El COVID-19 ataca a la música. En Perú, las empresas musicales de cumbia viven momentos de tensión e incertidumbre.
Walter Lozada, director musical de Armonía 10, desde su estudio en Piura, conversó con Infomercado. A continuación, las reflexiones del director de la emblemática orquesta piurana creada en 1972.
¿Cómo es la actualidad de Armonía 10 y qué ha hecho para afrontar esta situación inesperada?
Armonía 10 no es una orquesta, es una empresa. Nosotros hemos crecido como una empresa musical. Y dentro de la empresa musical los músicos están en planilla; nos hemos acogido al Programa Reactiva Perú, donde el gobierno nos ha otorgado un crédito, y con eso estamos solventando la planilla de los músicos hasta diciembre. Nadie estaba preparado para esto, fue un baldazo de agua fría. Pero, gracias a Dios, nuestra empresa es sólida y podemos enfrentarlo. El problema es que el Gobierno no nos da a nosotros una luz al final del horizonte, donde tenga contemplado lo que se refiere al rubro de diversión o entretenimiento, donde nosotros pertenecemos, y eso es lo que realmente nos preocupa.
Muchos músicos solo se dedican a la música…
Porque el músico, acá en el norte, solamente sabe hacer música. Es bien difícil que un músico vaya a la universidad y luego se dedique a la música. La persona que está dentro del ámbito musical, desde muy niño se prepara para ser músico. La música es rentable cuando pertenece a una empresa. Hemos tenido que devolver parte de los adelantos de los contratos. Hay otras personas e instituciones que son clientes y han dejado la fecha para el otro año. Entonces, realmente no sabemos; es como si entraras a un pozo oscuro y no sabes para dónde agarrar, la derecha o izquierda, no sabes nada, realmente esto es una incertidumbre total.
¿Cuántos trabajadores tiene Armonía 10?
Tenemos 19 músicos. De ese total, hemos liquidado a los que tenían menos de dos años. Se han quedado los más antiguos. Ahora solo contamos con 14 músicos. Por otro lado, de los 18 técnicos hemos despedido a 7; también son trabajadores antiguos. Ahora somos más de 40 personas que seguimos en la empresa esperando que pase la pandemia. Si no nos dan una luz hasta diciembre ya nos declararemos en quiebra y pasaremos a un rubro eventual. Sale dinero y no entra nada. Ya sálvese quien pueda, eso va a ocurrir si el Gobierno no toma medidas teniendo en cuenta el rubro al cual pertenecemos. No es un rubro chico, somos casi 800 mil personas que vivimos de este negocio.
¿Cuáles son las expectativas después de diciembre del 2020? En caso se reactive el entretenimiento de la música…
Quiero ser realista. No sé si lo compartirán mis compañeros. Nunca más volveremos a ser como antes, jamás. Ahora mismo la gente tiene miedo. No se trata de borrón y cuenta nueva. Hay gente que no ha estado acostumbrada a vivir en su casa 40, 50, 70 días.
Y las expectativas…
La expectativa, con el mejor de los ánimos, con esperanza. Tendrán que pasar buenos años para regresar al pasado. Así levanten la cuarentena, la gente no volverá a acudir a los bailes. Soy bien honesto. Dudo que eso pase. Nadie estaba preparado para esto, ni mis músicos ni los dueños de las orquestas. Hay músicos y grupos que estamos endeudados pues hicimos grandes inversiones. Gracias a Dios, el Gobierno ha creado Reactiva Perú para sobrevivir; sin embargo, si el gobierno no nos brinda salidas, esto va camino a una catástrofe para los artistas.
¿Cómo debería reinventarse el sector musical? ¿Cómo maneja esta situación?
Estaba pensando que si el Gobierno ‘da luz verde’ a las discotecas, con un protocolo que permita detectar personas con COVID-19, empezaríamos a realizar conciertos para 200 o 400 personas. No tanto para que el empresario gane, sino para tratar de sustentar el pago de los trabajadores. Por ahí debemos comenzar. Eso será un termómetro para más adelante poder realmente ver lo que podemos hacer. Si comenzamos de a pocos las cosas van cambiando, hasta que se encuentre la vacuna. La solución es la vacuna, no hay otra tampoco.
Como en sus inicios… Aunque la gente tendrá miedo acudir a los conciertos…
La gente temerá ir a un espectáculo por miedo a contagiarse. Ahora, no hay que olvidar las costumbres. La gente, cuando toma alcohol, no necesariamente mantiene el metro de distancia. Por eso, la idea es comenzar con shows para 200 personas, ingreso limitado. Quiero ser honesto y quiero invocar a todos mis compatriotas que la única manera de combatir esto es quedarse en casa, no hay otra medicina. Es una pena que se trafique con las medicinas en plena pandemia. Nos estamos destruyendo.
¿Continúan creando música en sus estudios a pesar que no hay presentaciones?
La mayoría agrupaciones tenemos estudio propio con tecnología de punta. Antes no teníamos tiempo para grabar y ahora sí. Armonía 10 está grabando canciones que fueron éxitos en 1992 y 1995. Fueron grabadas en vivo. Asimismo, hemos grabado mixes de 3 a 5 canciones, así como una parranda. Todo con sonido nuevo, pero sin perder nuestra esencia.
Canciones que sus seguidores seguirán pidiendo al retomarse el negocio…
Cuando era muy joven, con mi amigo Wilmer Peña, soñábamos con tener un grupo musical. Él tocaba la guitarra y yo el piano. Comenzamos a crear música con la boca. Luego se unió Ernesto Dediós; él transcribía para las trompetas lo que habíamos creado con la boca. Transcurría 1982. Muchas de nuestras canciones se grabaron en vivo porque las tantas giras no nos dejaban grabar en estudio. De las mil canciones que tenemos, 600 son en vivo. Por eso, ahora tomamos lo mejor que hemos hecho y lo trasladamos al estudio para una nueva imagen, sonido y voz.
¿Cómo trabajan las grabaciones si no pueden reunirse por cuestiones de seguridad?
A tres puertas de mi casa vive un artista completo de la orquesta porque toca el timbal, la tumba, la campana, la batería… Él graba en su casa con su propia tarjeta y me lo envía por WeTransfer. En mi estudio lo sincronizamos. Lo mismo es con la guitarra. La excepción es la trompeta porque si debemos añadir una melodía, de un tono a otro, lo debemos crear en estudio. Si un músico tiene que venir al estudio se toma todas las medidas de seguridad. En mi casa nadie está infectado, pero soy músico y tengo que seguir trabajando.
Es decir, regresarán con nuevos productos…
Te adelanto un dato. El año pasado fuimos a España, Italia, Alemania, Francia… Nos fue muy bien en Europa. Vamos a lanzar la producción audiovisual de cuando estuvimos en esa gira europea.
¿Tenían giras programadas para el 2020?
Las giras eran para octubre y noviembre. Pero, han sido postergadas para el otro año. Los viajes eran para Europa y Estados Unidos.
¿Se puede comparar esta crisis con las de la época terrorista o de la hiperinflación?
En la época del terrorismo hubo inmovilización total. Se tocaba los domingos en la tarde, de 2 p.m. a 6 p.m.. Las fiestas eran las kermés o las matinés. Luego todo el mundo a su casa, porque a las 8 de la noche había inmovilización. En ese tiempo sí se podía trabajar, pero en las tardes. Ahora no puedes trabajar. Es letal esta enfermedad.
¿Le fue complicado aplicar al fondo de Reactiva Perú?
Armonía 10 es una de los principales contribuyentes a la Sunat. ¿Qué hubiera pasado si no fuese legal? Ahora no tuviera dónde recostarme. Hicimos el trámite y en tres días depositaron el dinero. Aunque, después de diciembre, no se sabe qué pasará.
¿Cuál es el principal reto que deja esta crisis?
El reto más grande es tratar de que Armonía 10 sobreviva. Nuestros artistas y músicos viven de esto. Que no muera, no dejar que muera. Al morir Armonía 10 me muero yo. Solo Dios me podría bajar el dedo. Trato de enseñar a mis hijos, y dejar una dinastía. Musicalmente pienso que el reto está superado, es decir, estamos preparados para seguir en el mercado, no por conciertos, sino también por las redes sociales. El reto es grande, pero se puede superar.
Y seguir creciendo en fanáticos…
Armonía 10 tiene muchos seguidores. Cuando tocamos en el festival Vivo X El Rock y veíamos a miles de jóvenes cantar nuestras canciones. Llorábamos. Nos dijeron que son jóvenes de las universidades. Me pregunté cómo llegó la música de Armonía 10 a ellos. Y es que son de provincia. Son de familias que se hicieron de abajo y desde niños escucharon nuestras canciones. Por ello, mi familia confía en mi para llevar esta empresa. Armonía 10 es una escuela.