Los mercados estadounidenses arrancaron la jornada en rojo tras conocerse un dato inesperado: el Producto Bruto Interno (PBI) de Estados Unidos retrocedió un 0.3 % en el primer trimestre de 2025, marcando su primera contracción desde 2022 y el primer informe económico bajo el segundo mandato de Donald Trump.
El índice Nasdaq, de fuerte peso tecnológico, lideró las pérdidas con una caída del 1.4 % hacia las 16:00 GMT. Le siguieron el S&P 500 con un descenso del 0.94 % y el Dow Jones de Industriales, que cedió un 0.54 %.
Contracción del PBI en EE.UU. prende las alertas económicas
Según La Oficina de Análisis Económico (BEA), el retroceso económico se explica principalmente por el aumento de las importaciones —que restan al cálculo del PBI— y una significativa reducción del gasto gubernamental. Aunque el dato anualizado es preocupante, la variación intertrimestral muestra una caída más leve, de apenas 0.1 %.
Este desempeño contrasta drásticamente con el crecimiento del 2.4 % registrado en el último trimestre de 2024 y se aleja de las previsiones de los analistas, que estimaban una expansión del 0.8 %.
Aranceles, tensiones comerciales y un discurso de culpas
El presidente Donald Trump se pronunció rápidamente a través de su red Truth Social, atribuyendo las cifras negativas al legado económico de Joe Biden. “Esta es la Bolsa de Biden, no la de Trump”, señaló, prometiendo una recuperación una vez que sus políticas comerciales surtan efecto.
Desde su retorno a la Casa Blanca, Trump ha intensificado su estrategia arancelaria, especialmente con China, generando incertidumbre entre consumidores y empresas. Aunque el mandatario asegura que estos ajustes no están detrás del retroceso económico, diversos analistas apuntan lo contrario.
Gregory Daco, economista jefe de EY, advirtió que si se mantienen estas políticas, el país podría estar acercándose peligrosamente a una recesión.
El consumo privado se enfría, pero la inversión empresarial repunta en EE.UU.
Uno de los motores tradicionales de la economía estadounidense, el consumo privado —que representa cerca del 70 % del PBI—, también mostró signos de desaceleración. En el primer trimestre, creció apenas un 1.8 %, muy por debajo del 4 % registrado a fines del año pasado. El gasto se redujo principalmente en bienes, evidenciando una mayor cautela por parte de los hogares.
En contraste, la inversión empresarial subió un robusto 9.8 %, lo que podría reflejar una estrategia de anticipación frente a futuros aumentos de precios derivados de los aranceles. Las ventas finales a compradores privados domésticos —un indicador clave de la demanda interna— también se fortalecieron ligeramente, pasando del 2.9 % al 3 %.
¿Está EE.UU. en recesión?
A pesar de la contracción del PBI, los economistas advierten que aún no se puede hablar de recesión. Técnicamente, se requieren al menos dos trimestres consecutivos de caída para declararla. Además, el desempleo sigue relativamente bajo (4.2 % en marzo), y algunos indicadores de inversión y consumo no han colapsado.
No obstante, el escenario es frágil. Un informe paralelo reveló que el sector privado solo generó 62,000 empleos en abril, muy por debajo de los 147,000 de marzo. Nela Richardson, economista jefe de ADP, describió el contexto actual con una sola palabra: “inquietud”.
En medio del pesimismo bursátil, destacaron las caídas de grandes tecnológicas como Amazon, Nvidia y Nike, con retrocesos cercanos al 3.8 %. Solo unas pocas compañías del Dow Jones mostraron signos positivos, como Verizon (+1.3 %) y Johnson & Johnson (+0.23 %).
Todos los sectores cotizaron en rojo, siendo los más afectados el de bienes no esenciales (-3.52 %), energía (-2.57 %) y tecnología (-2.44 %).
En commodities, el crudo West Texas Intermediate (WTI) también cayó casi 1 %, situándose en US$ 59.82 el barril, reflejando el nerviosismo del mercado.
Europa y Asia reaccionan de manera dispar
A contracorriente de Wall Street, los principales índices bursátiles europeos cerraron al alza: Londres avanzó un 0.37 %, París un 0.50 % y Frankfurt un 0.32 %. En Asia, el Nikkei japonés subió un 0.57 %, beneficiado por el anuncio de Trump de aliviar temporalmente los aranceles al sector automotor, lo que calmó momentáneamente a los fabricantes del país.