El nacimiento de Tappoyo está inspirado en la historia de una madre que, sin acceso a financiamiento, logró sacar adelante a sus hijos. La menor de estos, Fiorella, soñaba con algún día ayudarla y extender ese apoyo a otras mujeres que no recibieron ningún impulso económico para crecer. Así, dio vida a la primera fintech, en Latinoamérica, que otorga créditos grupales digitales a mujeres rurales.
Historia de Fiorella
Fiorella Contreras creció en la ciudad de Tarma, Junín, siendo la menor de 4 hermanos. Ayudaba su madre en la venta de productos artesanales en su pequeño puesto. Desde los 8 años la idea de emprender rondaba su cabeza, aunque no conocía el término, ya que dependiendo de la temporada iniciaba algún negocio. Desde vender flores hasta queques con chocolate.
Su madre se esforzó mucho para que nunca les faltara nada, trabajando casi todo el día ya que no tuvo oportunidades para acceder a financiamiento por la informalidad de su negocio. Pese a esto, los hermanos lograron culminar sus estudios secundarios y superiores con éxito. Fiorella cuenta que sus tres hermanos se dedicaron a las finanzas, por lo que estuvo rodeada de temas de inversión y emprendimiento.
A sus 17 años se fue a vivir a la ciudad de Lima y estuvo un buen tiempo con la familia de su hermano mayor. Él, motivo a Fiorella a estudiar la carrera de Administración Bancaria en un instituto, aumentando su gusto por el emprendimiento y las entidades financieras.
Al terminar su carrera se le presentaron dos oportunidades de trabajo. La primera era una empresa emergente en el mercado que le ofrecía un buen sueldo; mientras que la otra era un banco muy reconocido en Perú en donde recibiría un sueldo mucho menor.
«Tenía una disyuntiva por saber a donde me iría a trabajar. Finalmente decidí irme por esta empresa extranajera que llevaba dos años en el mercado. Creo que fue la mejor decisión de mi vida, ya que trabajé ahí por mas de 10 años. Estaba trabajando en un startup.»
A los 3 años de iniciar su camino laboral , Fiorella decidió llevar la carrera de Ingeniería Industrial en la UPC en el formato de carreras para gente que trabaja. Pese a que se encontraba en momentos difíciles, cada vez que pensaba en renunciar, le asignaban nuevas funciones. Ello le permitían adquirir más habilidades sin perder de vista su deseo de emprender.
En un punto crucial de su carrera, su jefa le ofreció un nuevo puesto, lo que la llevó a relacionarse con personas que sumaron aún más a su experiencia. Este cargo, que mantuvo por más de cuatro años, le permitió especializarse en control operativo financiero. Adquiriendo conocimientos sobre cómo una empresa puede crecer hasta convertirse en una gran red multibancas.
Nacimiento de Tappoyo
Después de 15 años en el ámbito financiero, Fiorella sintió que era el momento de emprender. Junto a su hermano Rennzo, quien también tenía más de 20 años de experiencia en banca, discutieron la idea de crear un banco diferente. La historia de su madre, quien se sacrificó enormemente al no tener acceso a un crédito, fue la chispa que encendió la visión de Tappoyo.
De este modo, los hermanos se dieron cuenta que según cifras del Banco Mundial, de cada 10 créditos que se otorgan en el Perú, solo tres eran dirigidos a mujeres. De hecho, en zonas rurales solo una de cada diez obtenía financiamiento formal, mientras que el financiamiento informal tenía una mayor presencia.
«Mi madre era una mujer que, aunque no contaba con capital para hacer crecer su negocio, sacó adelante a sus cuatro hijos vendiendo productos artesanales en un pequeño puesto. Ella salió embarazada a los 22 años y luego de cuatro hijos, su pareja la abandonó. Mi mamá nos sacó adelante vendiendo productos artesanales sin conseguir capital para mejorar, por lo que tuvo que trabajar más, perjudicando su salud.»
Es así que tras identificar este panorama empezaron a crear prototipos y evaluando microcréditos hasta que lograron dar con una solución físico-digital. Tras desarrollar esto y ver que el proyecto iba muy bien, tomaron la difícil decisión de renunciar a sus trabajos. En el 2018 se lanzaron al mercado con Tappoyo, una plataforma que conecta a grupos de mujeres emprendedoras con inversionistas que buscan generar impacto social y obtener una rentabilidad segura.
«Tappoyo es una fintech de impacto social que tiene como principal propósito convertir mujeres invisibles en emprendedoras invencibles. Busca llevar financiamiento a mujeres vulnerables de los sectores C, D y E, con préstamos grupales a través de su plataforma, que permite que personas sin acceso a crédito, puedan acceder a una evaluación en menos de cinco minutos«.
¿Cómo funciona Tappoyo?
El sistema de crédito colectivo Mujeres Pro reúne a grupos de entre 8 y 15 mujeres emprendedoras, que se conocen y viven en la misma zona. Registran al grupo en la plataforma, completan la información necesaria y en un proceso mucho más rápido que en instituciones tradicionales, de cinco días aunque buscan reducirlo a dos, Tappoyo evalúa y desembolsa los créditos.
La Fintech opera como intermediario entre las emprendedoras y los inversores, personas con excedente de capital que buscan inversiones seguras con un impacto social positivo, gestionando el préstamo y la cobranza. Los financistas suelen tener edades comprendidas entre los 25 y los 55 años, con excedentes generados a lo largo de sus trayectorias. El monto promedio de inversión es de S/ 13,000.
La implementación de inteligencia artificial en su motor de evaluación fue clave para identificar los mejores perfiles pagadores. Este sistema cruza información de fuentes tradicionales y alternativas, creando un perfil detallado que se presenta a los inversores. Rennzo Contreras, co-fundador, destaca que aunque no son los primeros en ofrecer créditos grupales, sí son los primeros en hacerlo digitalmente.
Dicha tecnología tiene la capacidad de buscar información tanto del pasado de la persona en las fuentes tradicionales como centrales de riesgo, Reniec, Superintendencia de Banca y Seguros, y Sunat. Así como usar fuentes alternativas como redes sociales, traqueo en otras webs. Además, cruza la información de campo que proporcionan su red de aliadas, es decir, mujeres líderes de las comunidad que fueron capacitadas. Toda esta información les permite crear un perfil y presentarlo a los inversores.
“Al ser un préstamo digital reducimos costos y nos permite llevar un crédito a una tasa 800% mas barata que los créditos usureros a los que están expuestas las mujeres en situación de vulnerabilidad. Quienes muchas veces acceden a créditos y terminan perdiendo incluso el negocio”, señala Fiorella.
Expansión
Los primeros pasos de la empresa fue desembolsando créditos digitalmente en San Martín, Huánuco y Lima. A pesar de los desafíos que trajo la pandemia, decidieron seguir adelante, participando en programas de aceleración de startups que les permitieron profundizar en el mundo digital.
En el 2019 fueron acelerados por el programa de UTEC Ventures novena generación de Startup Perú y en 2020 fueron acelerados por Emprende UP con el programa Rural Fintech Challenge. Logrando alianzas con USAID con su programa Alianza Crece para el estudio de préstamos grupales en zonas rurales. Asimismo, en 2021 se convirtieron en la primera Fintech de Latinoamérica en desembolsar préstamos grupales a mujeres en zonas rurales.
«Desde setiembre del 2021 hasta diciembre del 2022, Tappoyo ha realizado 1,100 operaciones de créditos grupales, de los cuales el 30% fue dirigido a mujeres que recién emprendían un negocio. Mujeres de 25 hasta los 65 años de niveles socioeconómicos C,D,E que accedieron a créditos, de entre S/1,000 a S/4,000, y con una TEA de entre el 20% y 35%«.
Para noviembre del 2022, Tappoyo ganó el Gran Desafío Kunan, considerado como el máximo reconocimiento del emprendimiento social en el Perú, en la categoría Impulsa Mujer. Este logro les otorgó un capital semilla de S/ 50,000 y acompañamiento técnico por parte de NESsT. Dicho reconocimiento impulsó a la Fintech a reenfocar su producto hacia mujeres emprendedoras excluidas del sistema financiero.
Consolidación
En 2023 entablaron alianzas sólidas con distintas organizaciones públicas y privadas. También estuvieron en la lista de las 100 mejores startups del Perú creada por Forbes. Durante los premios ODS por Perú Sostenible, se llevaron el primer lugar en Creatividad Empresarial por su impacto e innovación.
Mayo del 2024 año fue un hito relevante para la startup pues, según cuentan sus fundadores, lograron alcanzar el punto de equilibrio. Además, fueron reconocidos en el WSA Congress como el ganador global de la categoría Business & Ecommerce. Apuntando a extender sus operaciones a nivel nacional e internacional
Según sus datos, el 70% de sus beneficiarias son madres solteras y, de ese grupo, el 72% no terminó la secundaria. Al cierre del 2023 el 85% de clientes logró renovar su crédito, mientras que tres de cada 10 que accedió al préstamo implementó un emprendimiento. Su tasa de default es del 1% de toda su cartera.
Proyeccciones
En 2023, Tappoyo experimentó un crecimiento de más del 400% en sus colocaciones, beneficiando a más de 4,000 mujeres con su programa Mujeres Pro. La meta para 2024 es aumentar de 3,200 mujeres beneficiarias a 18,000, lo que implicará un desembolso de más de S/ 20 millones. La fintech ofrece préstamos grupales que van desde los S/ 7,200 hasta los S/ 18,000 a una tasa de interés que es 300% menor a la que ofrece el sistema informal.
Otro de los objetivos de Tappoyo para este año es incluir el desembolso de créditos personales a mujeres. Aunque todavía no se ha acordado una fecha exacta de lanzamiento, Fiorella Contreras adelantó que beneficiará a aquellas clientes que tengan un historial crediticio de 12 meses con la empresa.
“Cuando una emprendedora tenga un historial crediticio de 12 meses con nosotros accederá a un financiamiento con condiciones más favorables. El préstamo ascenderá desde los S/ 900 hasta los S/ 2,000″, finaliza Fiorella.
Además, Tappoyo planea expandirse a nivel internacional, comenzando con Colombia en 2025, donde ya están sentando las bases para su ingreso. Rennzo señala que el crecimiento del ahorro en Colombia después de la pandemia ha sido similar al de Perú, lo que representa una oportunidad para su Fintech.