Diego Contreras ha encontrado en los gatos su razón de ser y su propósito en esta vida. A pesar de haber tomado algunas decisiones difíciles pero necesarias, terminó viviendo una vida complicada en Estados Unidos, donde trabajó en supermercados y limpiando baños en discotecas. Sin embargo, un conjunto de eventos marcados por el destino lo llevó de regreso a Perú, donde finalmente descubrió su verdadera vocación: crear el refugio para gatos Mishi Wasi, el más grande en Perú y reconocido en toda Latinoamérica.
Inicios
Diego Contreras Cerff estudió Comunicación Audiovisual en el Instituto Charles Chaplin, en Lima. No llegó a terminar la carrera, por ello decidió viajar a Estados Unidos en busca de mejores oportunidades. Comenzó trabajando en supermercados y en diferentes empleos relacionados al comercio.
A la par, se dedicaba a hacer música, videoarte y organizaba conciertos de música noise. Su sueño en ese entonces era dedicarse a la música y videoclips, pero pese a todo lo que hacía en tierras norteamericanas, los gatos siempre estuvieron presentes en la vida de Diego.
«Desde muy pequeño me gustaban los gatos. La primera vez que vi a uno, no lo vi entero. Vi su pata saliendo debajo de la mesa y le pregunté a mi abuelita: ‘¿Por qué tienes frijoles debajo de la mesa?’», recordó. “Ella me dijo: ‘¡No son frijoles! Son las patas del gato’”.
Sin embargo, antes de cumplir 21 años, tuvo un accidente de tránsito que lo dejó muy mal. Perdió todo, e incluso sus amistades dejaron de brindarle alojamiento. Tras su recuperación, Diego decidió realizar una búsqueda interior. Se mudó de Nueva York a las montañas de Albuquerque para sanar y encontrarse a sí mismo. En esa etapa, buscó trabajos que le permitieran sobrevivir. Vendía helados por la mañana y por la noche limpiaba baños en discotecas.
Numerología y un nuevo comienzo
Los años transcurrían y, en una noche, a puertas de cumplir 32 años, un acontecimiento relacionado con la numerología marcó un antes y un después en su vida. «Me despidieron de la discoteca y esa noche pasé mi cumpleaños en un llanto interminable hasta que la gatita de mi amiga lamió mis lágrimas. Dije: ‘Desearía solo cuidar a los gatos’ y nos echamos a reír. La tristeza se me pasó, pero a las 3:33 de la madrugada sonó la alarma sin que nadie la haya activado», recuerda.
Con esa sensación extraña, Diego recordó lo que había conversado con su amiga: «Diego, alguna de esas cosas que tú haces o una combinación de estas cosas algún día te va a llevar a algún sitio. Solo tienes que trabajar en eso. Deja de estar consiguiendo trabajos pequeños solo por sobrevivir. Busca algo que te guste más, que te haga feliz y usa esa felicidad para seguir haciendo lo que más te apasiona».
Diego volvió al supermercado donde trabajó luego de llegar a Estados Unidos, ahorró y se compró un iPhone con el que comenzó a grabar videoclips musicales. Luego lo llamaron de una oficina de periodismo y empezó a tener jornadas laborales más tranquilas, pero el número 3 no dejaba de perseguirlo. Lo veía en los recibos de su cuenta, en el horario en que salía al trabajo, siempre a las 3:33 p.m. «Sin darme cuenta, el número 3 aparecía en cada circunstancia de mi vida. Incluso cuando ganó Donald Trump las elecciones presidenciales en 2016, el semáforo por donde estaba se detuvo en el número 33», comenta.
Ese mismo día, Diego recibió un correo de su mamá informándole que su abuelita estaba muy mal y que quería hablar con él. Diego tomó sus cosas y buscó un vuelo donde encontró uno super barato que costaba $333. «Vi todo esto como una señal y, sin pensarlo, regresé a Perú para visitar a mi abuela».
Encuentro con su pasado
Al cruzar la puerta de la casa donde había crecido para despedirse de su querida abuela, toda su vida pasó delante de sus ojos. “Ella fue muy importante en mi decisión de regresar al Perú después de tantos años. Al entrar a su casa en Lima, donde crecí, y ver todo el arte gatuno en las paredes y algunas fotos mías, no pude contener la emoción. Al poco tiempo, ella se nos fue. Se dice mucho en mi familia que ella solo quería verme antes de irse”.
Diego comprendió entonces que lo que había buscado toda su vida estaba delante de él. Supo que en su afecto por su abuela y los gatos que ella tanto había amado se encontraba el comienzo de su futuro.
Nacimiento del refugio «Mishi Wasi»
En el Valle Sagrado, en Urubamba, Cusco, Diego encontró el lugar para empezar de nuevo. Quería tener su historia, dejar un legado. “Un día, hablando con un familiar, nos preguntamos a dónde se había ido mi abuela. Solo sabíamos que a un lugar lleno de gatos. Ahí se me prendió el foco y decidí poner el albergue. Cumplí 33 años, me hice un tatuaje del 333 y empecé con el refugio para gatos en el 2016”.
El refugio estaba conformado por autobuses y contenedores chatarra que fueron adaptados para dar vivienda a más de 70 gatos. Además, el lugar contaba con un hospedaje para humanos que quisieran convivir con los felinos, lo cual era un ingreso extra. El nombre del lugar está inspirado en las palabras en quechua “michi” y “wasi”, cuya unión en español significa “el hogar de los gatos”.
El «boom» de TikTok
TikTok fue una de las plataformas que despegaron durante la pandemia del Covid-19. Diego, ahora conocido como el Sr. Mishi Wasi, aprovechó este momento para unirse a la red social. En febrero de 2021, subió su primer video, en el que se ve a su gata imitando el sticker de otro felino tocando la guitarra.
En 2022, un video de los premios ‘Best Michis’, organizado por Diego, se viralizó cuando mostró a un gatito llamado Garfield haciendo un truco que captó la atención del público. Este video alcanzó más de 22 millones de reproducciones, y el canal del Sr. Mishi Wasi continuó creciendo, llegando a 1.9 millones de seguidores y acumulando más de 45.9 millones de ‘me gusta’ en sus videos.
De acuerdo con Contreras, su popularidad en redes sociales también ha llevado a que sus proyectos reciban más atención por parte de la prensa internacional. Además, ha podido participar en eventos como meet & greets, en los que ha conocido a cientos de sus seguidores.
“He recibido mucha atención y apoyo. El cariño es increíble. Me han traído cartas escritas a mano con mucho amor, objetos como souvenirs de sus ciudades natales y tantas cositas”, aseguró.
Cierre del primer refugio Mishi Wasi
Diego utilizó sus redes sociales para compartir información sobre el albergue, rescates, consejos de cuidado y contenido divertido sobre gatos. Su popularidad creció al punto de que se convirtió en una persona reconocida en su localidad, ganando el apodo de «Sr. Mishi Wasi».
Desafortunadamente, en 2021, mientras Contreras se encontraba en Lima trabajando en sus productos, recibió la noticia de que el albergue Mishi Wasi tendría que cerrar sus puertas, ya que en tres meses serían desalojados.
“Tuve un albergue para gatitos y hospedaje para humanos, pero me desalojaron, estaba prácticamente perdido, no sabía qué iba a hacer con los rescates. Un niño de la calle, de la nada, me dijo: ‘Buenos días, Señor Mishi Wasi’. Fue como en la ‘Rosa de Guadalupe’, me iluminó y pensé: Ahora el Señor Mishi Wasi va a rescatar, publicarlo y ver si podemos comprar un terreno. Todo nació a partir de eso”, contó a Infomercado.
En TikTok, el creador de contenido hizo algunas publicaciones sobre lo que ocurría, pero no tenía un plan. Sin embargo, al llegar a Urubamba, tres gatitos con leucemia fueron adoptados juntos, lo que lo impulsó a encontrar una respuesta.
“Yo tengo una obsesión con el número tres. Entonces, fue como un augurio. De pronto dije: ‘¿Sabes qué? Vamos a hacer esto. Vamos a dar todos los gatos en adopción, porque si me mudo a otro lugar alquilado, lo más probable es que nos vuelvan a botar’”.
Contreras utilizó los tres meses que tenía y encontró un hogar para los más de 70 gatos que tenía en adopción. Se mudó, almacenó todos sus objetos en contenedores y durante los siguientes seis meses se enfocó en vender sus productos, lanzar una campaña para recaudar fondos y encontrar un auspiciador mayoritario.
Actualidad y nuevo albergue Mishi Wasi
Hoy en día, Diego Contreras continúa recaudando fondos para crear un mega albergue para gatitos en Chincheros, Cusco. Comenzó a crear productos que luego puso a la venta, como la Mishila, una mochila que permite transportar a los gatos, y las “Mishichompas”, suéteres con coloridos diseños de gatitos creados con lana de alpaca, un material muy trabajado en Cusco.
Sin embargo, la fortuna le volvió a sonreír a Diego cuando un seguidor se puso en contacto con Diego para brindarle apoyo económico y así crear un nuevo refugio. El rescatista detalló que la construcción del nuevo albergue fue posible gracias a la generosa donación de varios seguidores, especialmente un colaborador de Australia. Gracias a ello, este recinto obtuvo un terreno en Chinchero, Cusco, y sus espacios de 3,400 metros cuadrados contarán con diversas áreas para el disfrute de los gatitos rescatados y las personas que deseen convivir temporalmente con ellos.
“El tema es el financiamiento. Vamos avanzando a paso lento pero seguro. Contando el 2024, yo creo que el proyecto se desarrollará en tres años más. Vamos a hacer más actividades para recaudar fondos. Me gustaría hacerlo este año, pero no quiero ilusionarme”, indicó.
Además, tiene planes de construir otros refugios dentro de Perú y en muchas partes más de Latinoamérica y el mundo.
Contacto
- Instagram: @sr.mishiwasi
- Facebook: Sr. Mishi Wasi
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