Pese a que más del 80% de las empresas en el Perú tienen origen familiar y contribuyen al 40% del PBI, los negocios familiares suelen ser los que experimentan más problemas para asegurar una sucesión y su propia longevidad.
Según el último estudio desarrollado por la Asociación de Empresas Familiares del Perú (AEF) junto a EY indicó que solo el 44% de las empresas familiares en el país ha vivido un cambio generacional de mando y apenas el 3% ha pasado a la tercera generación.
Esta situación se ha convertido en un desafío crítico para la sostenibilidad de estas compañías, las cuales representan una parte significativa del tejido empresarial del Perú.
“Principalmente, encontramos que el modelo de negocio familiar encuentra muy difícil profesionalizar sus procesos y agregar el carácter corporativo a su actividad. La ausencia de una estrategia clara y la falta de preparación para el cambio generacional pueden llevar a la desaparición de un negocio con décadas de historia y tradición”, comenta Ljubitza Frkovich, vocera de la Asociación de Empresas Familiares del Perú (AEF).
Está claro que esta tendencia no se limita al territorio nacional, en América Latina podemos encontrar casos excepcionales de empresas que han alcanzado la sexta generación, con una gestión sumamente exitosa.
Congreso de Familia Empresarias y Gestión de Patrimonio
Este es el caso de Carvajal, empresa colombiana que presentará su historia el 24 de agosto en el XI Congreso de Familias Empresarias y Gestión del Patrimonio, evento que reunirá a reconocidos ejecutivos de empresas líderes del Perú y expertos en gestión del patrimonio del mercado nacional e internacional.
Para compartir la experiencia de éxito y la historia de la empresa, Isabel Carvajal del comité de desarrollo y la fundación Carvajal S.A, brindó algunas recomendaciones que pueden permitir a otras empresas familiares superar la barrera generacional.
- Valores alineados: Para una operatividad eficiente, es fundamental que la empresa y familia mantengan valores en común, los cuales puedan ser trasladados posteriormente a las nuevas generaciones. De esta manera, se crea una tradición a largo plazo y un set de reglas o procesos inquebrantables como punto de partida en cualquier toma de decisión.
- Empresa y familia, dos esferas distintas: Una vez que la compañía obtiene un crecimiento considerable, es vital saber diferenciar las esferas de ‘empresa’, ‘familia’ y ‘propiedad’. La familia debe tener presente su lugar en la junta de accionistas y respetar la independencia del directorio, a quienes le han confiado las decisiones diarias de las operaciones.
- Formalización de los procesos: Dependiendo del tiempo de vida de una empresa, es común que hasta una tercera generación sean los mismos miembros de la familia los que toman las decisiones corporativas. Sin embargo, a partir de la cuarta se empieza a experimentar un choque generacional que invita a repensar los procesos y formalizar algunos aspectos de las operaciones como instalar protocolos, planificar una línea de sucesión, entre otros.
- Cultivar el talento jóven: Actualmente, es sumamente importante contar con incentivos para que el talento jóven esté dispuesto a asumir el espíritu de la empresa y a ejercer el liderazgo que ha heredado. Además, es esencial ejecutar un plan de educación y capacitación en puestos de gerencia.