El sector construcción enfrenta retos que requieren soluciones urgentes. Y es que las cifras no mienten: la actividad constructora cerró el año pasado con 12 meses en caída.
Sin embargo, las expectativas para este 2024 son positivas. Según la Cámara Peruana de la Construcción (Capeco), el sector habría experimentado un crecimiento del 20.7% en el mes de enero.
De hecho, según la institución, existe consenso entre el Banco Central de Reserva del Perú (BCRP), consultoras económicas y empresarios para un crecimiento del PBI sectorial entre 3% y 4% al cierre de 2024.
«Se puede decir que hay un inicio positivo este año, que marca el camino de la recuperación, aunque es parte de un ‘rebote’ estadístico importante. Además, la obra privada todavía no tiene un desempeño favorable como el que se podría esperar si es que algunas cuestiones administrativas y presupuestales se pueden alinear”, explicó Guido Valdivia, director ejecutivo de Capeco.
Asimismo, enfatizó en la necesidad urgente de acciones gubernamentales para la recuperación del gremio.
“Alcanzar un crecimiento de 3 o 4% depende en gran medida de las decisiones que tome el gobierno nacional, sobre todo aquellas que conciernen a la producción de vivienda social y a la ejecución de obras públicas convencionales”, dijo.
¿Qué factores motivan esta perspectiva?
Diversos factores sustentan un pronóstico positivo este año. Se espera un Fenómeno El Niño de intensidad leve o moderada, los precios de materiales tenderán a la baja y las tasas de interés también experimentarán una reducción.
Además, es probable que la inversión minera se recupere y se incrementará la puesta en marcha de proyectos mediante asociaciones público-privadas (APPs) a cargo de Proinversión.
Por otro lado, en cuanto a la inversión pública y privada, se espera un crecimiento del 4.0% y 1.8%, respectivamente, según el BCRP. Las consultoras prevén un crecimiento del 3.9% y 1.9%, en ese orden.
Sin embargo, el crecimiento del sector dependerá en gran medida de las decisiones que tome el gobierno nacional, sobre todo aquellas que conciernen a la producción de vivienda social y a la ejecución de obras públicas convencionales.
Para que la actividad constructora sea sostenible en el mediano y largo plazo, Capeco señala que se requiere una reforma integral de la gestión estatal. Esta reforma debe priorizar adecuadamente las inversiones a efectuar, reducir drásticamente la corrupción y la informalidad en la construcción, garantizar la calidad y eficiencia de las infraestructuras y equipamientos públicos e impulsar la inversión privada en el sector.