Cada adversidad puede traer una oportunidad para levantarte. Esta es la historia de Wilfredo Rengifo, un emprendedor que transformó los fracasos en aprendizajes.
Fundador de Romawi, veterinaria consolidada en la región San Martín con más de 25 años. Wilfredo, junto a su hija Maria Rengifo, son ahora los encargados de este negocio familiar con miras a expandirse en la región y fundar una clínica veterinaria.
Wilfredo Rengifo
Wilfredo Rengifo Reategui nació en 1958, en el distrito de Agua Blanca, San Martín. Sus padres, dedicados a la ganadería, enfrentaban las pocas oportunidades que habían en un pueblo aislado donde el acceso a la educación secundaria eran inexistentes. Sin embargo, sus sueños traspasaron el aislamiento de la tierra en donde nació.
A sus 11 años, sus padres decidieron enviarlo a Bellavista, donde vivió con sus tíos para poder continuar sus estudios. Más tarde, la búsqueda de mejores oportunidades lo llevó a Lima, donde terminó la secundaria y, a los 18 años, logró ingresar a la Facultad de Medicina Veterinaria en la Universidad Nacional de San Marcos.
Un camino con desafíos
La carrera de Medicina Veterinaria no fue un trayecto sencillo. Las huelgas universitarias de aquella época extendieron sus años de estudio, y en 1986, cuando finalmente obtuvo su título, enfrentó la pérdida de su padre.
Ese mismo año, se casó y se convirtió en papá por primera vez, lo que lo impulsó a regresar a Agua Blanca.
Cuando regresó a su tierra natal, Wilfredo asumió un nuevo reto al ser elegido alcalde del distrito. Durante su gestión, impulsó proyectos importantes como el alumbrado público y la construcción de una losa deportiva, marcando un impacto duradero con la comunidad.
Sin embargo, en los años 90, las circunstancias lo llevaron de regreso a Lima, esta vez acompañado por su esposa y sus tres hijos. Debido a que las necesidades económicas surgían, y aunque trabajaba como veterinario en diferentes consultorios, los ingresos no eran suficientes.
Fue entonces cuando Wilfredo Rengifo y su esposa decidieron incursionar en la venta de tamales, una actividad que realizaban desde su casa y que él ayudaba llevando los productos a su trabajo.
Sin embargo, los ingresos seguían sin ser suficientes. Con el positivismo que lo caracterizaba, Wilfredo apostó por su primera idea de emprendimiento, abrir una veterinaria. Así surgió Romawi, un nombre que fue inspirado en sus tres hijos: Rosa, Maria y Wilfredo.
A pesar de su entusiasmo, Romawi enfrentó un difícil panorama, pues la ubicación en Comas, la hacía competir con empresas bien establecidas, que ofrecían precios más bajos como resultado de la venta directa de distribuidores. Por ello, tiempo después quebró.
Romawi: Nuevo camino
En 2002 Wilfredo tomó la decisión de regresar a San Martín, en donde fundó Romawi, ubicada en José de Sisa, provincia de El Dorado.
Debido a que Wilfredo era el primer médico titulado en la región, Romawi logró posicionarse. Incluso tuvo que asumir el reto de mantener la veterinaria en solitario. Con jornadas cansadas que iniciaban desde las cuatro de la mañana a diez de la noche, desempeñando diferentes roles.
Su determinación no solo sacó adelante a Romawi, sino también a sus 3 hijos, quienes alcanzaron sus metas profesionales. Rosa es estomatóloga; Maria, médico veterinaria; y Wilfredo, quien se encuentra estudiando Arquitectura.
María Rengifo y el legado compartido
En paralelo al trabajo de Wilfredo y su veterinaria, se encontraba la segunda hija de este, Maria Rengifo, quien sintió pasión por la medicina gracias a su papá.
Desde los 7 años, lo acompañaba en su bicicleta durante las visitas a los clientes, aprendiendo sobre animales como perros, gatos, gallinas, cerdos y más. Aunque al principio les temía, esa cercanía logró que ella siguiera los pasos de su padre.
En 2009, Maria ingresó a estudiar Medicina Veterinaria, y luego de graduarse, emprendió su propio camino. Abrió su veterinaria en Lima, llamada Huesitos, la cual operó por un año y medio, pues tuvo que cerrarla debido a su ubicación poco concurrida.
Con el pasar de los años, Maria intentó nuevamente con otra veterinaria, sin embargo, la pandemia paralizó sus planes, durando solo dos meses y medio, antes de que decretaran emergencia sanitaria por Coronavirus.
Durante la emergencia sanitaria, trabajó desde su casa realizando teleconsultas y atendiendo presencialmente con estrictos protocolos de seguridad. Pese a sus precauciones, contrajo el virus, lo que la llevó a priorizar la salud de su hija y regresar a San Martín, donde su padre le propuso convertirse en socia de Romawi.
A partir del 2023, Maria asumió la administración de Romawi, mientras Wilfredo se centró en el rol de veterinario principal.
Además, crearon Cuyilandia, un emprendimiento centrado en la crianza y comercialización de cuyes. Con líneas genéticas provenientes de Lima y Chachapoyas, producen cuyes para consumo, genética y mascotas.
Romawi: Actualidad y proyecciones
Romawi no es solo un negocio, sino también un negocio familiar que continúa por más de 25 años en El Dorado, bajo el liderazgo de María y su padre Wilfredo.
Maria trabaja desde las siete de la mañana hasta las 8 de la noche, mientras que Wilfredo, con un horario más flexible, se encarga de atender emergencias cuando es necesario.
Con un posicionamiento en San Martín, esta empresa familiar tienen planes de expansión. «Le idea es crecer», explica Maria en una reciente entrevista con Infomercado.
«Queremos pasar de ser solo un negocio familiar a establecer más sedes. Estamos considerando abrir una en Tarapoto, que incluya una clínica veterinaria completamente equipada y una farmacia veterinaria».
El sueño no se detiene ahí. María también visualiza extenderse a otros lugares cercanos, como los distritos de Bellavista y Consuelo, conocidos por su gran población y dinamismo económico. Con estos proyectos, Romawi busca no solo consolidarse como un referente en El Dorado, sino también llevar su compromiso con el bienestar animal a más comunidades.