La criptomoneda un tipo de medio digital de intercambio que ya lleva más de una década en el mundo, pero ha sido en los últimos años cuando más ha ido aumentando su fama.
► LEER TAMBIÉN: Volvo busca reducir las emisiones de dióxido de carbono con la economía circular
También son llamadas criptodivisas o criptoactivos. Cumple la función de una moneda, y de ahí que se las conozca con ese nombre.
Sin embargo, es algo totalmente digital, que utiliza métodos criptográficos para asegurar sus transacciones financieras, controlar la creación de nuevas unidades y verificar la transferencia de activos.
La primera criptomoneda
La primera fue el Bitcoin creado por «Satoshi Nakamoto», seudónimo que corresponde a una persona que nadie sabe exactamente quién es.
Esta persona publicó en 2009 un artículo en el que describía un sistema de pagos P2P al que llamó Bitcoin. Al cabo de unos meses él mismo publicó la primera versión del software que permite gestionar la red de la moneda, y empieza a interactuar en foros con los primeros interesados.
Todavía no se sabe realmente quién es esta persona, pero sí que se sabe que se ha convertido en una de las 20 personas más ricas del mundo.
El Bitcoin y su tecnología han tenido tal impacto, que a lo largo de los años han ido llegando cada vez más alternativas, nuevas criptomonedas alternativas que han ido incrementando su valor con mayor o menor suerte.
¿Cómo funcionan?
Debes entender también varios conceptos básicos. El primero es que se basa en una red de ordenadores descentralizada, lo que suponen nodos repartidos por todo el mundo con copias de todas las transacciones que se han realizado.
El segundo concepto es el de los mineros, personas que forman parte de los nodos, y que tienen el incentivo de que cada vez que se generan Bitcoins nuevos se reparten entre quienes forman parte de estos nodos.
Otro de los conceptos importantes es el de las exchanges, que son empresas que te permiten cambiar monedas como los euros o los dólares por Bitcoins y meterte en el mundo de forma más sencilla. Cuando los consigues, estos se almacenan en los ‘Wallets’ o carteras, que son aplicaciones que te permiten guardarlos o intercambiarlos.
Cada criptomoneda tiene su propio algoritmo, el cuál es el que gestiona la cantidad de nuevas unidades que se emiten cada año.
Por ejemplo tenemos el Bitcoin, que cada cuatro años se reduce por dos la cantidad que se producen, y sólo se emitirán un total de 21 millones de Bitcoins. Esto es una diferencia fundamental con las monedas convencionales, puesto que los bancos modifican su valor a su libre albedrío.
Y como los algoritmos de las diferentes criptomonedas es diferente, el máximo de unidades de cada criptodivisa también varía.
Otras criptomonedas
Algunas de estas criptomonedas llevan años posicionándose como alternativas robustas y populares como el Ethereum, el Litecoin, y otras similares. El Ethereum incluso tiene una nueva versión llamada Ethereum 2.
Pero también hay algunas sorpresas nuevas como Dogecoin, una criptomoneda creada por divertimento y basada en un meme.
Y como estas, hay muchísimas alternativas con valores al alza, y nuevas que van saliendo. Algunos nombres propios entre las más valoradas son el :
- Binance Coin,
- XRP,
- Cardano,
- Tether,
- Polkador,
- Uniswap,
- Chainlink o Bitcoin Cash.
Sin embargo, la mayoría de estas quedan muy lejos del que tienen las tres grandes: el Bitcoin, Ethereum y Ethereum 2.