Emprendimientos

Qhata: De un carrito de emolientes en La Parada a una marca que renueva el consumo de esta bebida con una diversidad de sabores

Qhata opera mediante dos canales principales, por eventos y actividades itinerantes, pasando de participar en una feria mensual a tener presencia en hasta diez eventos cada mes.

Por Iveth Yamunaque Publicado: Últ. actualización: 7 octubre, 2025 09:51
5 minutos
Historia de Qhata
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La historia de Raquel Aliaga y su abuelo Abraham es un homenaje al esfuerzo familiar. Con Qhata, una marca que pone al emoliente como una bebida que une herencia e innovación, Raquel junto a su socio, Gerardo Gutiérrez, convirtió una receta de hace más de 60 años en un emprendimiento moderno que conquista ferias. Infomercado conversó con Raquel Aliaga, quien reveló detalles de la historia de Qhata y sus próximos proyectos.

Abraham y Raquel Aliaga

Raquel Aliaga creció entre Villa El Salvador y San Juan de Miraflores, en un entorno donde la perseverancia era parte del día a día. Inspirada por la constancia de sus padres y, sobre todo, por su abuelo, don Abraham Aliaga, aprendió desde pequeña el valor del esfuerzo.

Don Abraham llegó a Lima en los años 60 como parte de la gran ola migratoria. Con trabajo y sacrificio, levantó un pequeño negocio de emolientes en La Parada, el cual mantuvo hasta inicios de los 90. Ese carrito, más que un sustento, fue el lugar donde Raquel entendió lo que significaba ganarse la vida con dedicación.

Desde los 13 años, ella lo ayudaba en las ventas. A cambio recibía S/5 y un helado, pero lo más importante fueron las lecciones de disciplina y responsabilidad. Con el tiempo descubrió su facilidad para vender y su gusto por tratar con la gente. Durante su adolescencia, trabajó en librerías y campañas navideñas, experiencias que fortalecieron su espíritu emprendedor.

Aunque en un inicio soñó con ser médica, sus vivencias la llevaron a otro rumbo. Optó por estudiar Ingeniería y Gestión Empresarial en la Universidad Nacional Agraria La Molina. Esa decisión no solo le dio las herramientas para crear sus futuros proyectos, sino que también le permitió conocer a Gerardo Gutiérrez, quien más adelante sería su socio.

Historia de Qhata: Inicios

En 2019, Raquel y su socio Gerardo, decidieron dar nueva vida a una bebida que su familia había creado hace más de medio siglo. Don Abraham, abuelo de Raquel, les compartió la fórmula original, presentándoles un emoliente dulce, agradable al paladar y con un toque especial de tamarindo.

Hace 60 años, don Abraham buscó reinventar el clásico emoliente peruano. Mientras muchos ofrecían versiones amargas o solo de hierbas, él quiso marcar la diferencia creando una bebida sabrosa que acompañara otros productos y agradara a todo tipo de consumidores.

Inspirados en esa idea, Raquel y Gerardo fundaron Qhata, una marca que une tradición e innovación. Eligieron ese nombre porque “Qtha” es una palabra quechua que significa “subida de cordillera”, lo que simboliza tanto la cosecha de la linaza como el camino hacia las metas que desean alcanzar, ascendiendo hacia lo más alto.

A partir de la receta original familiar, ambos incorporaron nuevas combinaciones de frutas y hierbas aromáticas, lo que dio origen a un portafolio de sabores únicos que reflejan la esencia y evolución de Qhata.

El propósito era romper con la idea de que el emoliente solo se toma en invierno o cuando uno está enfermo. Qhata lo transformó en una bebida versátil, refrescante y atractiva para todas las edades, incluso para los niños, gracias a propuestas como el emoliente con sabor a fresa.

Desafíos y crecimiento

La marca nació en 2019 participando en ferias y eventos universitarios, pero el 15 de marzo de 2020 la pandemia detuvo todas sus actividades, dejándola inactiva casi cuatro años.

En 2024, su fundadora y su socio, también dueños de un bar en Trujillo desde 2022, decidieron relanzar Qhata con una propuesta renovada. Aunque probaron suerte tanto en Trujillo como en Lima, descubrieron que la capital mostraba una mejor conexión con el producto.

El verdadero regreso ocurrió en junio de 2024, durante la feria Perú Mucho Gusto en Chiclayo, donde presentaron versiones modernas del emoliente, como arándano, flor de Jamaica, camu camu, aguaymanto, frutos del bosque y polen. También sorprendieron con los “piteados”, emolientes con un toque de pisco que aportan un sabor distinto sin convertirlos en bebidas alcohólicas fuertes.

Otro acierto fue ofrecer el emoliente frío o como cremolada, opción ideal para el clima del norte. Además, lanzaron el “Bubba Jelly”, una versión de maracuyá con trocitos de jelly inspirada en la cultura oriental.

Más allá de los nuevos sabores, Qhata Emolientería busca que el emoliente sea reconocido como un símbolo del Perú, con el mismo orgullo que el ceviche.

Proyecciones

Hoy, Qhata opera mediante dos canales principales, por eventos y actividades itinerantes, pasando de participar en una feria mensual a tener presencia en hasta diez eventos cada mes.

Este impulso se ve reflejado en sus números. En promedio, logran vender entre 600 y 700 emolientes por día durante un solo evento.

Asimismo, se encuentran en negociaciones para abrir su primer local físico, un paso clave para fortalecer su posicionamiento y ofrecer una experiencia más cercana a sus clientes. Paralelamente planean lanzar un canal de delivery en los próximos meses, una medida que responde a la creciente demanda y busca ampliar su alcance.

Además, tienen como próxima meta lanzar una línea de emolientes embotellados. Este proyecto, previsto para concretarse en un plazo de seis a ocho meses, busca llevar su producto a bodegas y colegios, con una presentación práctica y refrescante. Con ello, esperan conquistar al público más joven.

Contactos:

Instagram: @qhata_emolienteria