La facturación del mercado de franquicias en el país facturaría US$ 1.500 millones al cierre de 2019, lo que significaría un crecimiento del 25% respecto al 2018 (US$ 1.200 millones), informó la Comisión de Promoción del Perú para la Exportación y el Turismo (PromPerú).
Durante la VI Expo & Rueda de Negocios Internacional de Franquicias organizado por la Cámara de Comercio de Lima (CCL), el gerente de Exportación de Servicios de PromPerú, David Edery, precisó que si bien la cifra es alentadora, se deben hacer esfuerzos para que el mercado peruano destaque en la región.
“Ello se logrará si trabajamos en la profesionalización del sector, estrategia importante que impulsará la promoción de este modelo de negocio”, señaló.
Según PromPerú, en el país operan 210 franquicias, de las cuales 110 son peruanas y 100 extranjeras. Además, para el primer semestre de 2020 se estima ingresen al mercado 25 franquicias peruanas.
Respecto a las extranjeras, indicó que el rubro moda es el más dinámico seguido de entretenimiento y entrenamiento (gimnasios).
“El Perú es una plaza sumamente interesante y eso está haciendo que el inventario crezca cada vez más”, indicó Edery.
Puestos de trabajo
Asimismo, destacó que el país, con este modelo de negocio, se encuentra incursionado en 21 mercados internacionales liderado por el sector gastronomía con más de 5.000 restaurantes a nivel mundial.
Respecto al empleo, el funcionario de PromPerú mencionó que el sector genera alrededor de 30.000 puestos de trabajo de manera sostenible, relacionado directamente a las empresas de servicios.
Precisamente desde hace más 20 años las franquicias en el país están en constante crecimiento aportando a la economía con mayores puestos de trabajo, ofreciendo productos de calidad y el pago de impuestos, ingresos necesarios que se utilizan para atender las necesidades básicas de la población.
“Por ello, las franquicias constituyen un importante dinamizador de la economía y del empleo al facilitar el acceso a pequeños y medianos inversionistas a negocios de éxito, con un riesgo menor al que tendrían para organizar su propio emprendimiento, permitiéndoles además recuperar su capital, en un periodo de menor tiempo”, anotó el primer vicepresidente de la CCL, Peter Anders.