El Jurado Nacional de Elecciones proclamó como ganador de la segunda vuelta electoral a Pedro Castillo Terrones. De esta manera, ya tenemos presidente del Bicentenario.
Nos guste o no, ya tenemos presidente. ¿Hubo fraude? Legalmente, hasta hoy, no se ha demostrado dicho delito. Por ende, no hay vuelta atrás.
En sus primeras declaraciones como presidente proclamado, Pedro Castillo ha lanzado dos frases. «Primero está el Perú» y «Compartiremos juntos esta lucha para un país más justo y digno».
Y esperemos que honre esas palabras. La proclamación y posterior asunción al mando no debe ser un cheque en blanco y decir «Primero el Perú» implica no mezclar su color de camiseta política.
Sabemos que separar la gestión gubernamental del partido que te llevó al poder es una promesa incumplida por muchos gobernantes, pero hay que estar vigilantes de que eso se cumpla. No es una tarea fácil, pero es parte de nuestra ‘chamba’ como ciudadanos comprometidos.
Esperamos que los partidos y simpatizantes que comulgan con la propuesta política ganadora se saquen el polo de la campaña y asuman su responsabilidad de vigilantes del respeto a la democracia y no hacerse de la vista gorda con la corrupción.
Y los partidos y simpatizantes que perdieron tengan un comportamiento a la altura: respeto a la gobernabilidad sin dejar de lado la labor fiscalizadora responsable.
En ambos casos hay dos actores importantes: el Congreso, el máximo representante -y garante- del voto nacional. Y la sociedad civil organizada que deberá mantenerse en la presentación de propuesta y en la vigilancia continua de la defensa de la democracia.
La tarea prosigue, pero con un nuevo gobierno. Ojalá que todos estemos a la altura del reto.