Cada vez que se visita un restaurante de comida asiática se pueden encontrar las inigualables botellas de salsa de soja en las mesas es por eso que en esta nota te explicaremos por qué no se ha cambiado a lo largo de 50 años.
Considerado como uno de los diseños más representativo del siglo XX, esta botella tiene historia muy especial. En el año 1950, Kikkoman, la principal empresa productora de salsa de soja se percató que sus consumidores deseaban que sus botellas sean más pequeñas.
A raíz de ello surgió la idea de realizar un recipiente que sea considerado como una pieza fundamental en las vajillas y el reto de hacerlo realidad fue encargado a Kenji Ekuan, un joven, quien antes se dedicaba a diseñar motocicletas y trenes balas.
El recuerdo de su infancia cuando su madre vaciaba el contenido de una botella pesada de dos litros a un pequeño dispensador fue su inspiración, además le sirvió para reconocer que el dispensador goteaba después de utilizarlo.
Después de 3 largos años y 100 prototipos de prueba, Kenji logró crear la famosa botella de forma curva, con fondo ancho para evitar la inestabilidad además de contar con la peculiar tapa roja con dos picos que evita el goteo de la salsa y a su vez permite controlar la cantidad de soja que deseas verter a tus comidas.
