La primera Ciudad Aeropuerto de Sudamérica estará en Perú y ya se encuentra en proceso de construcción.
Con una inversión de US$ 2,000 millones, en el distrito de Miraflores, un área de 210 mil metros cuadrados se alza y está en camino a convertirse en imagen internacional del país: el nuevo Jorge Chávez.
Esta historia se escribe desde hace 6 años, en octubre del 2018, periodo en el que el Estado entregó los terrenos para iniciar el Proyecto de Ampliación del primer aeropuerto del Perú. En total, son 6,500 personas las que se encuentran trabajando diariamente y forman parte de los 15 mil empleos generados desde ese periodo.
Hasta la fecha se ha concluido con la edificación de una torre de control de 65 m de altura y una pista de aterrizaje de 3,480 metros de longitud. Además, tendrá un propio centro logístico de transporte y una zona comercial que quintuplica el tamaño del Jockey Plaza.
Al cierre del 2023, el nuevo aeropuerto registraba un avance del 70%. La cuenta de Twitter de la empresa operadora del terminal aeroportuario, Lima Airport Partners (LAP), informaba, el 10 de enero de este año, sobre los progresos alcanzados en la infraestructura. Entre ellos, la implementación de las primeras mangas de abordaje, del sistema de equipajes de última generación, así como la vía de acceso vehicular.
También se empezó con la instalación de acabados internos y el asfaltado de las áreas de estacionamiento y las vías de acceso al terminal. Por último, con los avances en la construcción y adjudicación de las nuevas zonas comerciales, 2024 es el año que marcará el tramo final de la obra.
De esa manera, atrás quedó el aeropuerto que todos conocen. Desde fines del 2024, ya no habrá más vuelos internacionales desde ahí y hay miras para convertirlo en un mall o museo. Las luces se apagarán y los centros comerciales migrarán a la nueva zona, multiplicándose en número.
Una comparativa entre las dos áreas
La actual infraestructura del aeropuerto cuenta con una extensión de 90 mil metros cuadrados, o sea, casi 3 veces menos que la que posee el flamante proyecto que rinde culto a la Cultura Nazca al tener la forma del Colibrí.
Otra diferencia radica en la capacidad de pasajeros que puede atender: el nuevo Jorge Chávez acogerá a unos 30 millones, frente a los 20 millones del aeródromo ubicado en el Callao.
De las 19 mangas (pasarelas de embarque y desembarque) con las que a día de hoy cuenta el terminal aéreo, el megaproyecto promete contar con 46. Adicionalmente, se ha contemplado la construcción de 2 hoteles Costa del Sol, uno de 4 y otro de 5 estrellas.
Además, más de 1,100 aisladores sísmicos, un sistema único en los aeropuertos de Sudamérica, le harán frente futuros eventos e imposibilitarán el colapso de la infraestructura.
La otra cara de la moneda
Pero si algo ha generado preocupación es el acceso al aeropuerto: la construcción del puente Santa Rosa, obra que conectará la avenida con el ingreso principal del renovado terminal de pasajeros. Está programada para entregarse a finales del 2025, es decir, 12 meses después del Nuevo Jorge Chávez, tras constantes retrasos por gestiones del Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC).
Ante esta situación, Provías Nacional adjudicó el proyecto de colocación de puentes provisionales que darán acceso temporal al aeropuerto. Cada uno tendrá una longitud de 81,9 metros y su valor supera los S/11 millones.
Otro aspecto importante a resaltar es que, como todo aeropuerto internacional, es necesario su enlace con el sistema ferroviario de la ciudad. Sin embargo, no se aplica para el caso peruano.
Según el MTC, el proyecto de la Línea 2 del Metro de Lima no contempla la conexión con el nuevo terminal, puesto que, cuando fue concesionado en 2014, la megaobra no estaba definida.
La estación «Juan Pablo II» es la más próxima a la entrada principal del nuevo aeropuerto, ubicada a 2 km de distancia. Por ello, de acuerdo con lo declarado por la autoridad, se está trabajando en soluciones que atiendan a este problema en corto plazo.