“Candy Marcela” es una tradicional pastelería originaria del distrito de Bernal, en la provincia de Sechura.
Su historia se remonta a los años 50 con la vasta experiencia culinaria de Amalia Chunga Martínez, quien tenía una concurrida picantería en donde la chicha de jora acompañaba a los deliciosos potajes que vendía.
Tras 20 años con ese negocio, Amalia, junto con sus hijas, migra a Lima, donde se dedica a la venta de picarones, mazamorra morada y arroz con leche.
El negocio fue de viento en popa y estos deliciosos postres tradicionales se volvieron muy populares en el mercado “Dueñas” en San Martín de Porres.
Ese es el legado que Amalia dejó a su descendencia: hijas y nietas, quienes también se dedicaron a continuar con el negocio que ella empezó.
Tradición familiar
En el año 2000, Cándida Pingo Chunga, hija de Amalia, retornó a Bernal debido a la crisis económica de aquel entonces.
«En el año 2000, el negocio de mi abuela había decaído un poco por la enfermedad que la aquejaba. Ante esto, mi mamá (Cándida) se propone reflotarlo, empezando nuevamente con la venta de comida y sus infaltables mazamorras», cuenta Sonia Cherre.
Esta vez, al igual que en los años 50, el negocio tuvo bastante acogida, pero a ello se le sumó la competencia. Es ahí cuando Cándida decidió, con el fin de diferenciarse, enfocarse y perfeccionarse en la preparación de mazamorras.
Para el año 2005, cuando Bernal fue declarado como Capital Regional del Carnaval de la región Piura, el negocio que Cándida había decidio continuar, ya era conocido por la mayoría del distrito. El Carnaval de Bernal fue una excelente oportunidad para este negocio, ya que le permitió ser partícipe de la preparación de los postres para este conocido evento.
«Nuestra mayor satisfacción fue escuchar el comentario de la mayoría de personas sobre lo exquisito de nuestros potajes. Muchas de esas personas regresaron los años siguientes en la misma temporada, incluso hacían cola para adquirir nuestra comida, lo cual nos hizo conocidas en los distritos aledaños», recuerda Sonia.
Candy Marcela
“Candy Marcela”, que en un inicio se llamó “Inmaculado corazón de María” (hasta el 2017), proviene de los nombres de Cándida («Candy») y Marcelino, su esposo. Por estética, la hija de ambos decidió cambiar el nombre de Marcelino a Marcela, quedando «Candy Marcela».
Este negocio bernaleño está especializando en la prepaparación de todo tipo de dulces caseros (martajada de piña) y mazamorras tradicionales (de mote, morada) de la región; solo para banquetes o reuniones de trabajo suelen preparar comida.
«Nuestros productos son frescos, con insumos de primera calidad. Nuestros picarones son únicos, no vas a encontrar otros con mejor sabor o textura. En los últimos años incursionamos con las tortas y bocaditos», refiere Cherre.
A ello, agrega que su público son aquellas personas que buscan disfrutar un postre en familia, que saben que el producto que están adquiriendo es de buena calidad y desean brindar algo agradable a sus seres queridos. Por otra parte, el segmento al que se están adentrando es al de las empresas o instituciones públicas, pues a veces hay agasajos o celebraciones que realizan.
A la fecha, Candy Marcela hace envíos a algunas provincias como Piura y Paita, y regiones como Lima y Lambayeque.
Pandemia
Debido a la pandemia de la Covid-19, la pastelería tuvo sus altos y bajos. A la muerte de don Marcelino, quien falleció el pasado julio víctima del nuevo coronavirus, se le sumó una baja en ventas del 90%.
«En el inicio del confinamiento, nos manteníamos con la venta de algunos insumos y productos de primera necesidad. Recién en el mes de setiembre, hemos reiniciado nuestro negocio y, por insistencia de algunos clientes cautivos, que nos han animado a no dejarlo», asegura la hija de Cándida y Marcelino.
Ante esta situación, se vieron en la obligación de adicionar dos nuevos servicios a Candy Marcela, lo cual complementa lo que ya venían haciendo en el negocio.
«Le agregamos los arreglos con globos, esto es como un plus que se relaciona con lo que vendemos. Por ejemplo, hay quienes nos piden un desayuno especial y presentado en una bonita caja con sus globos. También, nos dedicamos a vender insumos de repostería, con la pandemia escasearon los insumos para las tortas, algo que yo conseguía con facilidad ya que mi hermana trabaja en Piura y tenía acceso a comprarlos casi a diario. Ahora son muchas las reposteras que me compran sus insumos», cuenta.
Ahora, su sistema de ventas es mediante delivery, redes sociales y Whatsapp.
Experiencia con Sonaly
La visita de Sonaly Tuesta impulsó el negocio no solo al ámbito regional, sino nacional.
«Indudablemente la visita de Sonaly nos ha sido de gran ayuda. Ella vino invitada especialmente para la difusión del Carnaval de Bernal, donde Candy Marcela estuvo a cargo de los postres y dulces típicos como los picarones, la martajada de piña y la mazamorra de mote», recuerda.
A partir de esa visita, Candy Marcela cobró fama. «Es curioso ir a otro lugar y que nos reconozcan y te digan ‘usted salió en el programa de Sonaly’, ya iremos a Bernal a probar sus postres’.
También, afirmó Sonia, «nos ha servido para que otros personajes nos visiten como por ejemplo Martín Arredondo, que también vino a difundir el Carnaval y de paso quiso probar nuestros postres».