Karina Gilardi, fundadora de Panostro, una panadería artesanal que proyecta expandirse a tres ciudades del Perú, compartió su historia con Infomercado. Durante la entrevista, explicó cómo su negocio comenzó y las proyecciones que tiene a futuro.
Un cambio inesperado de carrera
La historia de Panostro comenzó en marzo de 2023. Karina, quien es psicóloga de profesión, nunca había tenido afinidad por la cocina. Sin embargo, su pareja la animó a tomar clases de panadería, específicamente de pan de masa madre. Aunque los primeros intentos no fueron exitosos, persistió hasta que finalmente logró hornear un pan que le gustara.
Durante los primeros meses, Karina producía solo cinco panes por semana, los cuales regalaba a amigos y familiares. Con el tiempo, las solicitudes aumentaron, y vio una oportunidad de negocio. Para agosto de 2023, junto a su pareja, creó una página de Instagram y formalizó Panostro como una empresa.
El desafío de combinar roles
Antes de dedicarse a la panadería, Karina trabajaba a tiempo completo como psicóloga. Aunque disfrutaba de su trabajo, también le resultaba muy demandante. El proceso de hacer pan le permitió reconectar con su lado creativo, una faceta que había descubierto de niña cuando solía hacer postres.
A medida que Panostro crecía, Karina enfrentó el reto de equilibrar su vida personal y su negocio. Trabajando desde casa, comenta que es difícil establecer límites claros entre el trabajo y el tiempo libre.
Sin embargo, aprendió a gestionar mejor su tiempo y a marcar pausas cuando es necesario para no sentirse abrumada.
Panadería artesanal: La operación diaria en Panostro
El lunes es el día clave para organizar la semana. Karina se dedica a gestionar el marketing y el stock. Además, realiza seguimiento a los clientes, programa publicaciones en redes sociales y verifica que todo esté listo para comenzar la producción el martes. Esa noche, prepara la masa madre, la cual fermenta hasta la mañana siguiente.
El martes es un día de producción intensa, que empieza alrededor de las 7:30 a.m. y termina cerca de las 7 p.m. Luego, Karina se dedica a la limpieza del equipo. El miércoles continúa con la producción y los envíos, especialmente a Trujillo, su ciudad natal. Su madre se encarga de realizar los repartos en esa ciudad.
El resto de la semana sigue una rutina similar, enfocándose en la producción para Lima y en la entrega de pedidos. A pesar de tener un horno grande, Karina señala que aún no es de nivel industrial. No obstante, recientemente adquirió una amasadora que facilitó enormemente el proceso.
Proyecciones para Panostro
Aunque Panostro opera actualmente de manera virtual, Karina tiene claro que su próximo paso es abrir una tienda física.
Sin embargo, no busca un local grande, sino un espacio pequeño y acogedor, donde los clientes puedan ver el proceso de elaboración del pan. Además, planea seguir capacitándose, con la meta de aprender nuevas técnicas de panadería en el extranjero.
A corto plazo, su objetivo es ampliar su equipo y contar con alguien de confianza que la apoye en las operaciones diarias. A largo plazo, visualiza a Panostro en ciudades como Huaraz y Arequipa, donde cree que hay una gran apreciación por los productos artesanales.
Un negocio con potencial de crecimiento
Karina está convencida de que el pan es un producto que siempre tendrá demanda, especialmente si es saludable y de buena calidad. Cree firmemente que Panostro es un negocio escalable, pero sabe que el crecimiento requiere mejorar continuamente, aprender de los errores y seguir formándose.
Con el apoyo de su familia, Karina continúa impulsando su emprendimiento y tiene la vista puesta en consolidar Panostro, panadería artesanal, como una marca reconocida en el mercado peruano.