Emprendimientos

Panaka Hotel: De ser empleada en Italia a ser dueña de dos hoteles en Cusco

Panaka planea incorporar experiencias de turismo vivencial, brindando a los visitantes la oportunidad de conectarse con la cultura local y vivir el Cusco desde dentro.

Por Iveth Yamunaque
6 minutos
Historia de Panaka Hotel
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Tras pasar más de una década en Italia, donde trabajó y se formó en el sector hotelero, Doris Chang regresó al Perú decidida a crear su propio hotel en Cusco. Así nació Panaka, un emprendimiento que comenzó con deudas, noches sin descanso y una visión firme de ofrecer hospitalidad con identidad.

Doris Chang Perez

Doris nació el 29 de mayo de 1969 en Cañete, hija de madre cañetana y padre de ascendencia china y peruana, cuyo abuelo llegó al país tras la Segunda Guerra Mundial. Pasó su infancia en su ciudad natal hasta los ocho años, cuando se mudó a Lima en busca de una mejor educación.

A los 19 años se trasladó a Cusco para trabajar en ENACO, empresa dedicada al acopio, comercialización e industrialización de la Hoja de Coca, donde permaneció un año y medio, se casó y tuvo a su primer hijo. En ese tiempo, una amiga eslovena le ofreció un viaje a Europa como muestra de gratitud, viaje que marcaría un giro en su vida.

Durante su recorrido, visitó Italia y decidió establecerse allí. Los primeros años trabajó como asistente de adultos mayores y luego en el sector hotelero en Milán, donde permaneció 16 años.

A pesar de enfrentar racismo, logró ascender profesionalmente, adquirir un departamento y un vehículo propio. Sin embargo, un problema en la columna la obligó a vender parte de sus bienes para financiar una operación y retornar al Perú.

En 2014 regresó a Cusco, donde trabajó un año en el hotel de una amiga. Esa experiencia le permitió conocer las diferencias entre la hotelería europea y la peruana, inspiración que la llevó a iniciar su propio emprendimiento turístico.

Historia de Panaka Hotel: Inicios

A pocos pasos de la Plaza de Armas del Cusco, Doris empezó con su hotel propio llamado Panaka.

El proyecto nació en un local alquilado, anterioremente un hotel llamado Panaka real, que se encontraba en malas condiciones. Para ponerlo en marcha, Doris tuvo que endeudarse, y durante los dos primeros años, cada sol que ingresaba era destinado a pagar esas deudas. Comenzar desde cero no fue fácil.

El dinero que había traído de Italia terminó en manos del arrendatario como garantía, dejándola sin capital. Aun así, su experiencia en hotelería le dio el impulso para seguir adelante, aunque Panaka, en sus inicios, no cumplía las expectativas que había imaginado.

A pesar del apoyo de amigos y conocidos, su familia la criticaba constantemente por arriesgarse tanto. Sin embargo, Doris no se dejó vencer.

Fueron tiempos duros. Muchas noches no lograba dormir, preocupada por las deudas o por las bajas temporadas provocadas por huelgas y protestas. Aun así, trabajaba incansablemente desde las seis de la mañana hasta la medianoche, enfocada en posicionar su hotel.

Con esfuerzo, logró registrar Panaka en plataformas internacionales como Booking, Expedia y Despegar, lo que permitió atraer visitantes de distintas partes del mundo. Su estrategia de promoción fue tan efectiva que el hotel empezó a ganar reconocimiento entre los turistas. Todo avanzaba con paso firme, hasta que la pandemia detuvo temporalmente su crecimiento.

Desafíos

Cuando llegó la pandemia, Doris pensó que el encierro duraría poco, pero el impacto fue devastador. Una semana antes, había invertido todos sus ahorros en reparar el sistema de agua caliente del hotel, quedándose sin capital justo cuando tuvo que cerrar.

Sin ingresos, decidió reinventarse. Primero, comenzó a vender balones de oxígeno junto a su tío y, posteriormente, con un amigo que tenía una planta familiar. Gracias a esta iniciativa, logró mantenerse a flote y evitar el cierre definitivo de su negocio. Además, estudió Diseño de Interiores en Sencico, formación que hoy aplica en la decoración de los hoteles.

En diciembre de 2020 reabrió el hotel con tarifas desde S/20, pero un nuevo confinamiento en 2021 frenó su recuperación. Aun así, en abril reabrió Panaka y más tarde abrió un segundo hotel en el centro de Cusco. Sin embargo, la rigidez de los propietarios y una huelga nacional la obligaron a cerrarlo dos años después.

Lejos de rendirse, en 2023 consiguió un nuevo local y relanzó su segundo Panaka, esta vez con una propuesta más moderna y adaptada al mercado.

Proyectos

Doris, tene como principal objetivo contar con un espacio propio en el centro histórico de Cusco, una ubicación estratégica que le permitirá estar más cerca de la gran afluencia de turistas que visitan la ciudad.

Actualmente, el negocio opera en un local alquilado, pero la meta es consolidar su identidad con una sede que refleje su esencia y estilo. Es así como Doris demuetsra que todo se puede con mucho optimismo y aprendiendo de las caídas que la hicieron más fuerte.

Asimismo, planea incorporar experiencias de turismo vivencial, brindando a los visitantes la oportunidad de conectarse con la cultura local y vivir el Cusco desde dentro. Gracias a las recomendaciones de huéspedes satisfechos, su hotel recibe turistas de México, Colombia, Chile, Brasil y Argentina.

Con el tiempo, el nombre Panaka se ha hecho conocido, por lo que ahora recibe clientes incluso sin depender de redes como Booking, Expedia o Despegar. Actualmente, trabaja directamente con turistas extranjeros y nacionales, lo que refuerza su reputación y amplía su alcance en el sector turístico.

Contactos:

Facebook: Hostal Panaka