Pablo Lavado es economista y docente de la Universidad del Pacífico; además, vocero del colectivo ciudadano Volvamos a Clases, organización civil integrada por padres y madres de familia a nivel nacional que buscan el retorno a clases en los colegios de todo el país.
Infomercado conversó con Pablo Lavado para conocer cuál es el impacto económico del no retorno a clases en los colegios.
Existe legislación a favor del retorno a clases, pero los directores regionales de educación no quieren…
A pesar que existe la RM 273-2021-MINEDU, donde se señala que las IE pueden retornar a clases en un espacio excepcional, independientemente de las condiciones que se señalaban en la RM 121-2021, aún no vemos una apertura de los colegios. Ante esto se pueden analizar diversos factores como la implementación de los protocolos bioseguridad que deben realizar los colegios y que dependen mucho de la infraestructura, la logística y la capacidad de los directores para elaborar los protocolos. Luego, que la UGEL apruebe el protocolo. Es inconcebible que algunos gobiernos regionales, como el de Piura, estén en contra del retorno a clases. Hay otros gobiernos regionales que no dicen nada, no lo tienen en agenda y menos se organizan con las Ugeles de su región para adecuar su infraestructura.
Entonces, la decisión del no retorno es más política que técnica…
Es una combinación. Por un lado, cuáles son los incentivos y las capacidades para acelerar el retorno. Y también el político. ¿Cuáles son las razones por la cual los gobiernos regionales no están empujando el carro para volver a clases presenciales? Esos detalles tienen distintos actores: profesores y padres de familia. Un grupo de profesores quiere regresar y otro no, y parece que este segundo grupo tiene más peso su posición. Ahora, lo debemos decir claro, existe otro grupo que no quiere regresar porque se han involucrado en otras actividades económicas y les resulta cómodo la situación en la que están.
¿Y los padres de familia?
Es un requisito para volver a clases que se presente un consenso social entre los padres y el director del colegio. Sin embargo, no hay información fidedigna sobre cuáles son las acciones para mitigar los riesgos de enviar a los alumnos al colegio. Entregar esa información le corresponde al Ministerio de Educación. No estamos hablando de un retorno en su totalidad, como ha sido en otros países, pero la falta información no le brinda confianza a los padres.
¿Cuál es el impacto económico del no retorno a clases?
A partir de los que se ha estudiado en otros países, tomando en cuenta la relación entre la pérdida de aprendizaje y el numero de meses con los colegios cerrados, se estima que un año de cierre de escuela es un año de pérdida de aprendizaje. En el Perú tenemos dos años de cierre de escuela, es decir, dos años de perdida de aprendizaje. Y si no hicieras nada para remediar la pérdida de aprendizaje, cuando el niño salga al mercado laboral tendrá una caída en su remuneración. Esta caída será mayor para los niños que viven en hogares pobres. En este segundo caso, la caída en la remuneración será de 40%, es decir, de ganar 1000 soles solo recibirá 600; así, aumenta la probabilidad de caer en la pobreza. Y si sumamos las pérdidas a lo largo de la vida laboral de estos niños, la pérdida equivale a un año del PBI del país.
A esto hay que sumarle el sobrecosto familiar de comprar datos de internet para recibir las clases virtuales…
Hay algunos costos y beneficios. Algunas familias están haciendo el esfuerzo para la adquisición de datos, pero la mayoría no está haciendo la inversión. Y no se hace porque no se percibe la dureza del cierre de las escuelas y la falta de aprendizaje. Es como un niño con anemia, que no notas su enfermedad pero la construcción de redes neuronales es menor y no aprende. En el momento actual, como se se experimenta la pérdida de aprendizaje no se hace nada para remediarlo y solo se dice que ‘ya aprenderá a leer el próximo año’. Todo esto generará un niño menos productivo, menos empleable y con menos recursos económicos.
¿Cuánto es el sobrecosto para los colegios estatales para cumplir las condiciones de bioseguridad?
Ese sobrecosto lo están experimentado toda las actividades económicas. El shock de la pandemia es de oferta, de demanda, y de productividad, porque se aumenta los costos de producción de toda actividad económica. En la actividad educativa será lo mismo, pero hay que contrastar los costos adicionales con los costos de no implementarlos. El segundo costo será mayor que el primero, sino se implementa se tendrá que sumar la pérdida del aprendizaje de los niños y su futuro en el mercado laboral.
¿Se ha calculado las pérdidas en el sector educativo privado?
No tenemos esos cálculos. Lo que sabemos es que los colegios privados pequeños han sufrido mucho y varios han cerrado. De hecho, la deserción escolar se experimenta más en las zonas urbanas y de colegios privados, una deserción hacia la escuela pública.
¿Confía en volver a clases en el 2021 o esperamos al 2022?
Consideramos que el colectivo Volvamos a Clases seguirá creciendo y aglomerando a más padres de familia de todo el país. Se hace necesario levantar la voz para que el retorno a las clases presenciales se acelere y se involucren a todos lo actores.