Desde muy niño, al peruano Marco García Aranda le fascinaron las plantas y los productos naturales, por ello, soñaba con crear extractos y fórmulas que algún día lo llevarían al éxito. Y no se equivocó.
Marco nació en Lima, pero por cosas de la vida, su desarrollo y crecimiento fue en Villa Rica, en un rincón de Oxapampa, considerada como “La Tierra del Café más fino del mundo”. Entre el espesor de la selva, Mario descubrió su pasión por la naturaleza y la cosmética, explorando cada rincón de su distrito.
Cuando Marco tenía 18 años, el terrorismo azotó la zona donde vivía y junto a su familia decidieron buscar un futuro mejor. Como muchos jóvenes en esa época, su principal objetivo era continuar con sus estudios. Su hermano emigro a Bolivia, el país más cerca desde su comunidad. Marco le siguió los pasos, quedando encantado con el país.
Al principio quería estudiar medicina, pero se dio cuenta de que su pasión era preparar extractos, cosa que hacía desde muy pequeño. Es así que decidió estudiar la carrera de Farmacia y su camino hacia el mundo de la cosmética comenzó a trazarse. El interés despierto de aquel niño que había nacido en la selva, se incrementaba con más fuerza, impulsando su deseo de crear productos que mejoraran la vida de las personas.
Durante sus estudios universitarios empezó a experimentar con algunas fórmulas, creando jabones y extractos en sus tiempos libres. En Bolivia, fue apodado como el “Uña de gato”, debido a que fue el primero en dar a conocer este producto natural, que actúa como un desinflamatorio, a sus compañeros de facultad. Entre cuadernos y clases, Marco dibujaba y soñaba con tener su propia fábrica de cosméticos.
Primeros jabones
Luego de cinco años, se graduó como farmacéutico. Tuvo una especialidad en tecnología cosmética y tras realizar varios cursos en Perú y Brasil, decidió dar el primer paso para cumplir su sueño. Inició preparando jabones en casa en una pequeña olla, usando su cocina como laboratorio improvisado.
Marco empezó desde cero, sin heredar nada ni recibir apoyo económico. Él caminaba varios kilómetros vendiendo jabones, a tal punto de que a veces se le agujereaban los zapatos. Cuando llovía, se ponía bolsas plásticas para que no se mojara los pies. Pero a pesar de las dificultades, el esfuerzo y la dedicación darían sus frutos.
Luego de algunos años, se casó con la ingeniera comercial boliviana Carmiña Moscoso, quien sería su compañera en esta aventura, ayudándolo posteriormente con el negocio. A pesar de los desafíos, como la distancia con sus padres, quienes no pudieron adaptarse al nuevo entorno y regresaron a Perú, él permaneció en Bolivia.
Oleuns Beauty
Era el año 2007, una época en la que las redes sociales no tenían el alcance de hoy. El reconocimiento no se conseguía con likes o publicaciones virales, sino participando en ferias. En estos eventos y con una simple maleta en mano, comenzaron a vender sus productos. Sin embargo, el verdadero cambio llegó cuando la Fundación Amigos de la Naturaleza (FAN) se interesó en sus jabones hechos con ingredientes provenientes de la biodiversidad boliviana, como el cacao silvestre y el aceite de almendras. Este interés no solo les otorgó un apoyo financiero de 50,000 dólares, sino también la capacitación necesaria para fortalecer su proyecto.
El camino no fue fácil, pues Oleuns Beauty requería una inversión considerable en registros sanitarios y en la creación de un laboratorio propio. Sin embargo, con esfuerzo y dedicación, poco a poco lograron establecer la empresa en 2009. Por lo que empezaron con jabones, luego champús, y pronto llegaron fórmulas innovadoras. De las cuales surgió una crema para peinar que combina cera y crema, que logró ser un éxito dentro del negocio. Desde un inicio, Oleuns Beauty apostó por ingredientes naturales, como el cacao silvestre, que proviene de la región amazónica.
El nombre de la marca también tiene su propia historia. Después de varios intentos fallidos por registrar nombres relacionados con la naturaleza, el fundador encontró inspiración en el latín. «Oleum», que significa aceite, y la palabra internacional «Beauty», dieron lugar a “Oleuns Beauty”, cuyo eslogan es: «De la naturaleza a tu piel». Aunque ningún producto puede ser completamente natural, los productos de Oleuns Beauty están elaborados con ingredientes que buscan acercarse lo más posible a ese ideal.
«Crecí en esa zona, y cuando regresé a Bolivia, me inspiré en el modelo de biocomercio de Natura, una empresa que en ese tiempo apenas comenzaba a ser reconocida».
Así nació la idea de crear cosméticos con insumos locales, y con el tiempo, se convirtieron en pioneros del biocomercio en Bolivia.
Desafíos y oportunidades
Mientras que para muchos negocios la pandemia fue un duro golpe, para Marco García y Oleuns Beauty se presentó como una gran oportunidad de hacer crecer su empresa. Aunque no producían alcohol en gel en ese momento, un cliente les hizo un pedido inesperado de 10,000 unidades, lo que llevó a que su equipo de trabajo se incrementara en 10 personas trabajando día y noche para cumplir con los pedidos de los clientes. Para Oleuns Beauty, el 2020 se convirtió en su mejor año.
La visión de los fundadores no se limitó a su empresa, por ello, en el año 2017. también fundaron la Asociación de Industrias Cosméticas y Productos de Limpieza (ADECOL) en Bolivia, con el objetivo de unir a las empresas del sector.
Marco García desempeñó el rol de presidente durante dos periodos debido a la necesidad de agruparse como una asociación. Hoy en día, ADECOL cuenta con más de 40 empresas legalmente establecidas y ha logrado convenios con el gobierno, establecer relaciones con ministerios e inclusive con el presidente de Bolivia.
El futuro del negocio en biocomercio es claramente escalable. Así lo asegura el fundador de una iniciativa boliviana que ha llevado productos como jabones de cacao a varios países, viajando a Alemania, Francia, Colombia, Perú y otros lugares, representando a Bolivia.
“Cuando fuimos a Perú, quedaron sorprendidos con nuestros jabones de cacao, porque allí no se hacía biocomercio. Nos convertimos en ejemplo con nuestra iniciativa, presentándonos en ferias y mostrando cómo funciona la cadena de valor del biocomercio”.
Este enfoque en el biocomercio implica un proceso integrado que abarca desde la cosecha en la Amazonía hasta la creación del producto final, como jabones y cremas. La Fundación FAN fue uno de los principales impulsores de este movimiento en Bolivia. Así como empresas como Natura, una de las mayores en el sector, también vieron el potencial y comenzaron a apoyar el biocomercio. Sin embargo, esta iniciativa boliviana fue una de las primeras en apostar por este mercado emergente
Diversificación y expansión
Actualmente, Oleuns Beauty ha logrado modernizar todo su proceso, por lo que dejaron de hacer las cosas a mano. Ahora cuentan con maquinaria avanzada, tanques de producción y sistemas de etiquetado automáticos, ya que les permite empaquetar en media hora lo que antes les tomaba una semana.
Gracias a estos avances, la producción ha crecido significativamente, permitiendo que el biocomercio boliviano se proyecte hacia mercados internacionales con mayor competitividad
Actualmente, el equipo de trabajo está conformado por cinco personas en el laboratorio y dos en ventas. Además, colaboran de forma indirecta con más de 200 peluquerías en Santa Cruz y entre 400 y 500 a nivel nacional. Esta red de aliados incluye también a promotoras, lo que ha permitido una distribución eficaz de sus productos en todo Bolivia.
En los últimos años, el emprendimiento dio un paso adelante incursionando en el mercado de la perfumería, una expansión que llegó acompañada de nuevas oportunidades. En uno de sus viajes al extranjero, el fundador amplió su visión empresarial, lo que lo motivó a profesionalizar aún más su proceso de producción.
«Al principio, hacía todo en una olla pequeña. Ahora, le muestro a mi hijo esas herramientas como símbolo de nuestro comienzo, y le digo que algún día serán parte de nuestra historia, como un museo que cuenta lo que logramos desde el inicio»
El registro legal de la empresa en 2009 fue solo el comienzo de un recorrido que ha llevado a sus productos a peluquerías de todo el país. Incluso, estudiantes de medicina de Brasil que viven en Bolivia han comenzado a llevar sus productos a su país de origen. Esto, junto con la expansión a ciudades clave como Santa Cruz, La Paz y Cochabamba, refleja el crecimiento constante del negocio.
Productos
Oleuns Beauty cuenta con más de 80 productos, siendo el más destacado el «Chaudol», un relajante muscular a base de aceites esenciales de molle, eucalipto y romero, conocido como la «crema milagrosa». Este producto es un éxito en ventas, con lotes de 1,500 a 2,000 unidades que se agotan rápidamente cada mes. Sin embargo, el crecimiento ha traído consigo nuevos desafíos, ya que el laboratorio, de solo 120 metros cuadrados, ha quedado pequeño, por lo que la empresa está considerando mudarse a instalaciones más amplias.
Desde sus inicios, cuando vendían solo una docena de jabones por semana, han pasado a comercializar más de 2,000 unidades al mes de un solo producto. Produciendo una de las cadenas de peluquería de lujo, H2O, la cual es uno de sus principales clientes. A pesar que Marco García es el gerente y farmacéutico, el fundador mantiene un contacto cercano con sus clientes. Visitando personalmente los salones de belleza y escuchando sus sugerencias, que lo llevó a desarrollar uno de sus productos más exitosos: la crema de planchado.
La marca también ha logrado captar la atención de grandes supermercados de Santa Cruz, donde sus productos se exhiben de manera destacada. Su esposa, ingeniera comercial, es la responsable de manejar la imagen y el margen de ganancia, proyectando una imagen sólida y profesional de la empresa.
Proyecciones
El objetivo de la empresa es posicionar a la industria cosmética boliviana como un referente. Al igual que en otros países como Perú, Ecuador y Colombia. Aunque aún no tienen presencia en Perú, la demanda es alta, especialmente en redes sociales. Siendo el más destacado TikTok donde cuentan con más de 60 mil seguidores y más de 200 mil me gusta.
Además, el fundador imparte cursos cuando su agenda lo permite, lo que ha generado una gran acogida entre sus seguidores. Con esta visión y proyección de crecimiento, la empresa se perfila como un referente en Bolivia y aspira a expandirse a nuevos mercados en la región.