La OCDE advirtió que la incertidumbre política en Perú, en el marco de las elecciones generales de 2026, podría afectar el crecimiento económico si no se aplican medidas para reforzar la estabilidad fiscal y social.
Crecimiento por debajo de lo esperado
El organismo internacional proyecta que el PBI de Perú crecerá 2.8% en 2025 y 2.6% en 2026, cifras menores a las estimaciones oficiales del Gobierno, que espera un avance de 3.5% y 3.2%, respectivamente.
La OCDE añadió que, pese a los “fundamentos macroeconómicos sólidos”, el país enfrenta un contexto de crecimiento potencial más bajo, incertidumbre global y tensiones políticas internas.
El informe señala que la fragmentación política y las protestas sociales han debilitado la confianza en el país. En los últimos nueve años, Perú ha tenido seis presidentes diferentes. Además, los índices de aprobación de la presidenta Dina Boluarte se mantienen en niveles mínimos, entre 2 % y 4 %, lo que refleja una crisis de legitimidad en medio de la agenda electoral.
Reformas y medidas urgentes
La OCDE recomendó al Perú implementar medidas que fortalezcan las bases de crecimiento, entre ellas:
- Mejorar las habilidades de la fuerza laboral.
- Impulsar el financiamiento a las pequeñas empresas.
- Fomentar la creación de empleo formal.
- Acelerar la adaptación climática.
Asimismo, instó a restablecer la disciplina fiscal, cumplir con la regla fiscal vigente e invertir en infraestructura, educación y resiliencia climática.
Un historial de resiliencia económica
A pesar de los desafíos, el organismo recordó que Perú creció a un promedio anual de 3.7% entre 2008 y 2024, una de las tasas más altas en América Latina.
El reto, según la OCDE, será mantener esa resiliencia en medio de un panorama político incierto y con más de 40 partidos inscritos para las elecciones presidenciales y legislativas de abril de 2026.
Finalmente, la proyección del organismo estima que la inflación se mantendrá dentro del rango objetivo del Banco Central de Reserva (1% – 3%), lo que daría margen para sostener la política monetaria en un entorno de volatilidad.