Este martes 13 de mayo de 2025, falleció José “Pepe” Mujica en su chacra de Rincón del Cerro, en las afueras de Montevideo. El anuncio fue realizado por el presidente uruguayo Yamandú Orsi, quien lo recordó como “presidente, militante, referente y conductor”. Mujica tenía 89 años y había pasado sus últimos meses enfrentando un cáncer de esófago.
Falleció José Mujica: Un anuncio que conmovió a todo Uruguay
En abril de 2024, Mujica sorprendió al país al dar una conferencia de prensa donde él mismo contó que padecía cáncer. Tras eso, inició un tratamiento con 32 sesiones de radioterapia.
Aunque el tumor parecía haber desaparecido, los problemas para alimentarse lo obligaron a varias hospitalizaciones. En enero de 2025, en una entrevista con el semanario Búsqueda, confirmó que el cáncer había hecho metástasis.
Consciente de lo que venía, pidió a la ciudadanía que lo dejaran vivir en paz lo que le quedaba de vida, en su chacra, manejando su tractor y rodeado de sus cultivos.
Un hombre que nunca dejó la política
A pesar de su delicado estado de salud, Mujica no se retiró completamente de la vida pública. Desde su hogar recibió a presidentes, periodistas y figuras del arte.
Incluso participó en actividades políticas y en la ceremonia de asunción del nuevo Parlamento. Hasta el final, mantuvo el contacto con el pueblo y con quienes lo admiraban.
Mujica fue presidente de Uruguay entre 2010 y 2015, pero su fama trascendió la política. Su estilo de vida austero, vivía en una pequeña casa rural, donaba gran parte de su sueldo y andaba en un viejo Volkswagen escarabajo, lo convirtió en un símbolo mundial de humildad y coherencia. Para muchos, fue un ejemplo de cómo se puede ejercer el poder sin dejar de ser uno mismo.
Un adiós íntimo y fiel a sus valores
El domingo anterior a su muerte, durante las elecciones departamentales en Uruguay, Mujica no pudo acudir a votar.
Su último deseo fue que sus restos fueran enterrados en su chacra, junto a su perra Manuela, una mascota con tres patas que lo acompañó por años y que también se volvió parte de su historia.
José Mujica se fue como vivió, con sencillez, con convicciones firmes y con el cariño de millones. Su partida deja un vacío en la política uruguaya, pero también un ejemplo difícil de olvidar.