El presidente argentino, Javier Milei, dio este miércoles 17 de enero su primer discurso en el Foro Económico Mundial de Davos (Suiza). El mandatario viajó a Europa acompañado por Karina Milei, su hermana y la actual secretaria general de la Presidencia y sus ministros de Economía y Relaciones Exteriores, Luis “Toto” Caputo y Diana Mondino, y el jefe de Gabinete, Nicolás Posse.
Miles de personas asistieron a la conferencia de Milei, que se convirtió en una de las más concurridas del evento. El presidente argentino comenzó su discurso criticando al socialismo, que calificó de «fracaso». «El socialismo es un fenómeno empobrecedor que fracasó en todos los países donde se intentó», dijo Milei. Incluso, llego a acusar al socialismo de matar: «Es un fracaso en lo económico, en lo social, en lo cultural y además asesinó a más de 100 millones de seres humanos«.
En cuanto al intervencionismo estatal, Milei lo calificó de «una máquina de generar pobreza«. «El Estado no crea riqueza, solo la redistribuye […] El Estado es un parásito que se alimenta de la riqueza que crean los privados«, declaró.
Por otro lado, el presidente argentino abogó por el libre mercado y la libertad individual como las únicas soluciones para el progreso económico y social. «El libre mercado es el único sistema que ha generado riqueza y prosperidad […] La libertad individual es el único valor que nos permite alcanzar nuestra máxima felicidad«, expresó.
Entre otros temas, el presidente argentino también expresó sus ideas sobre el feminismo: “Lo único que devino la agenda del feminismo radical es en mayor intervención del Estado para entorpecer el crecimiento económico, darle el trabajo a burócratas que no aportaron nada a la sociedad, sea en formato del Ministerio de la Mujer o de organismos internacionales dedicados a promover esta agenda”.
Asimismo, se refirió acerca de los movimientos contra la vida, afirmando que se trata de otro de los conflictos que los socialistas se plantean respecto al hombre contra la naturaleza, a tal punto que llegan a abogar por mecanismos de control poblacional o en la agenda sangrienta del aborto.