Una de las ponencias que más llamó mi atención en la última edición del Congreso NED 2025 fue, sin duda, la charla de Luis Larco, ingeniero de software en “X – The Moonshot Factory”.
Me pareció fascinante el concepto de Moonshot: un proyecto fuera de serie, que supera cualquier métrica habitual.
Larco explicó que un Moonshot nace de una gran pregunta, de un “¿qué pasaría si…?”. Y que su esencia se basa en tres elementos clave: un problema gigantesco, una solución radical y un fuerte apoyo en un avance tecnológico
Este concepto me dejó pensando en varias cosas.
Por ejemplo, tanto en Lima como en las regiones vemos un montón de emprendedores con ganas de hacer “el próximo Uber”.
Pero… ¿cuántas startups están realmente intentando solucionar problemas reales, masivos y —sobre todo— cercanos?
Muchos jóvenes se ilusionan con el desarrollo tecnológico, pero quizás aún no están mirando lo suficiente los problemas de su propio contexto.
En cualquier proceso —emprendimiento, investigación o simplemente la voluntad de resolver algo— deberíamos empezar identificando un problema masivo y cercano.
Y todo este concepto del Moonshot me lleva a pensar cuántas veces nos estamos preguntando realmente: ¿qué problemas tengo enfrente?
Creo que el Moonshot Thinking es una buena idea para cerrar el año. Con las fiestas a la vuelta de la esquina, es un gran momento para preguntarnos: ¿Cómo luce esa solución multiplicada por diez? ¿Cómo crear ese crecimiento exponencial? Pero, sobre todo, ¿cómo darle a un problema una gran solución?
Recuerdo que la exposición terminaba con dos preguntas potentes: ¿Cuál va a ser nuestro Moonshot? ¿Cuál es ese cambio que queremos hacer? A partir de allí, pueden crearse muchas cosas.
Y cierro con una pregunta final: ¿Cuántos emprendimientos se crean y cuántos realmente piensan en dar una solución real a nuestro entorno? Con tantos problemas graves tan cerca, las oportunidades pueden estar literalmente a la vuelta de la esquina.