El Megapuerto de Chancay, considerado uno de los proyectos más ambiciosos y prometedores para la reactivación económica, puede ser detenido en seco por el tráfico de terrenos.
Al igual que otras obras en Perú, la construcción de este megapuerto se ha visto condicionado por la intervención de la mafia de tráfico de terrenos, quienes se apropian de los terrenos aledaños para revenderlos a precios accesibles.
Así lo afirmó Guido Valdivia, director ejecutivo de la Cámara Peruana de Construcción (Capeco).
Según un estudio ofrecido por Biswanger Perú, en los últimos años, el precio de los terrenos en Chancay se ha multiplicado de manera rápida, rondando los US$750, con variaciones de acuerdo a su ubicación.
En los últimos días, una delegación ecuatoriana que visitó el puerto y destacó las oportunidades que el proyecto puede proporcionar a la población de Chancay.
Se requiere de una solución sensata
El Viceministro de Vivienda y Urbanismo, Hernan Navarro, reconoció que, el estado peruano se dio cuenta demasiado tarde de las invasiones que rodean al Megapuerto.
Sin embargo, resalta que no se tomarán medidas contundentes como la confrontación, sino que, se manejará un programa de bonos para llevar a cabo la reubicación de los habitantes vulnerados.
«Tenemos claro que, en la medida en que se promueva más vivienda formal, las familias más vulnerables ya no serán ‘presa fácil’ de los aprovechadores».
El impacto de la obra no sólo será económico, sino también migracional.
Se estima que el megaproyecto puede generar miles de empleos atrayendo así migrantes que ofrezcan su mano de obra y que se asienten en Chancay.