Emprendimientos

Matices: Dejó su profesión como docente y ahora tiene dos marcas pioneras en disfraces en Ayacucho

Actualmente, dirige un local que integra ambas marcas y cuenta con un equipo que ofrece exclusividad y preserva la esencia de lo elaborado a mano.

Por Iveth Yamunaque
5 minutos
Historia de Matices
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Elizabeth Bartolo encontró en la costura el camino para transformar su vida. Lo que comenzó en 1998 como un pequeño negocio de disfraces se convirtió, con el paso del tiempo, en Matices, la primera empresa especializada en alquiler y confección de trajes en Ayacucho. Hoy, más de dos décadas después, continúa innovando y lidera también Concepción, su segunda marca, con la cual amplía su propuesta.

Elizabeth Jenny Bartolo Ñaña

Elizabeth creció en el pueblo de San Miguel, en Ayacucho. Donde su abuelo la animaba a vender frutas y verduras desde niña, enseñándole el valor del trabajo. También aprendió de su madre, quien complementaba los ingresos familiares elaborando corbatas y trajes de danza junto a su padre.

Por ello, desde pequeña participó en cursos de confección, diseño y peluquería, donde descubrió su talento creativo.

Trayectoria profesional

Con el paso del tiempo, Elizabeth estudió Contabilidad y, posteriormente, Educación Inicial. Al dedicarse a este último campo, que siempre fue su gran pasión, entregó todo su esfuerzo y compromiso. Así, sin contar con horarios fijos, comenzaba su jornada muy temprano y, en muchas ocasiones, continuaba trabajando hasta la madrugada.

Sin embargo, esta intensa rutina también afectaba en su vida personal, ya que no podía compartir momentos con su hijo, quien quedaba al cuidado de sus abuelos.

Esta situación la obligó a ausentarse del trabajo, lo que finalmente derivó en un despido que consideró una injusticia. Fue entonces cuando, a sus 30 años, decidió que era momento de empezar de nuevo y encontró en sus conocimientos de confección una oportunidad para hacerlo.

Historia de Matices: Inicios

Cuando regresó de la Selva a Ayacucho, la madre de Elizabeth le propuso abrir un negocio de disfraces, inspirándose en su experiencia en confección de trajes para danza. Animada por su gusto por la costura y el deseo de crear algo único, abrió un pequeño loca. Así empezó Matices en 1998.

El crecimiento fue inmediato, aunque al inicio sin conocimientos de gestión empresarial. Aun así, el negocio se sostuvo por más de diez años. Con el tiempo, la emprendedora comprendió que su proyecto debía ir más allá de alquilar o vender disfraces, pues debía ofrecer experiencias que marcaran a los niños.

Es así que la alta demanda la llevó rápidamente a mudarse a espacios más amplios, consolidándose como la primera empresa de alquiler de disfraces en la ciudad. Además, su formación como profesora fue una ventaja clave, pues cuenta con una red de jardines de infancias como clientes fidelizados.

Crecimiento

La perseverancia de Elizabeth no solo está con Matices, sino también con Concepción. Una marca creada en honor a su madre, María Concepción, quien falleció hace tres años.

Inspirada en el sueño de su madre, a inicios de este 2025, abrió un local donde el traje de la huamanguina, símbolo de elegancia y tradición ayacuchana, ocupa un lugar central.

Actualmente, dirige un local que integra ambas marcas y cuenta con un equipo de cinco personas. Su filosofía es clara, ofrecer exclusividad y preservar la esencia de lo hecho a mano.

Por ello, invierte en telas y detalles de la mejor calidad, mientras busca inspiración en internet para crear diseños propios que no se encuentran en otra parte del Perú.

Asimismo, el valor agregado de su negocio no solo está en los trajes, sino también en la atención personalizada. Cada cliente recibe una experiencia cercana y auténtica, porque para ella la confianza es tan importante como la prenda en sí.

Hoy confecciona junto a su equipo, elaborando muestras que luego se replican para la venta y el alquiler. Al mes atiende alrededor de cien clientes, muchos de los cuales optan por alquiler.

Proyecciones

Elizabeth, junto a Matices, marca con más de 20 años, logró consolidarse en Ayacucho. Donde ofrece disfraces exclusivos y elaborados a mano. Sin embargo, lejos de conformarse con este logro, actualmente trabaja en un nuevo reto, la exportación.

Respecto a su reciente marca Concepción, entre sus planes figura la exportación de trajes huamanguinos, los cuales son utilizados exclusivamente durante la Semana Santa. En este sentido, considera que preservar la originalidad de estas prendas no solo representa un compromiso con su pueblo natal, sino también un deber con la memoria de su madre.

Sin embargo, también reconoce la necesidad de adaptarse a las preferencias de los padres, que buscan opciones prácticas. Por eso, evalúa ampliar su línea con trajes de príncipe, muy solicitados para bebés en Lima, incluso, en Ecuador y Chile.

Contactos

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