Todo empezó en el colegio, cuando dos amigos ya mostraban una visión emprendedora. Vendían bolsas de canchita, panes con pollo y chinchines, y con el tiempo surgió en ellos el deseo de crear algo más grande. Mateo Marroquín, Cristóbal Cisneros y otros dos compañeros no contaban con capital, pero sí con la idea de construir una marca con propósito. Así nació Thrive, un emprendimiento de ropa urbana que busca inspirar a miles de jóvenes en todo el país.
El origen de emprender
Mateo recuerda que, en su penúltimo año de colegio, sentía la necesidad de hacer algo distinto. No sabía qué ni cómo, pero sí tenía claro que debía comenzar. Fue entonces cuando le aconsejaron que primero formara sus hábitos y, después, construyera lo demás.
Siguiendo esa guía, Mateo comenzó a levantarse a las 5 a.m., ir al gimnasio y leer libros sobre desarrollo personal. Esa disciplina lo llevó a probar distintas formas de generar ingresos, primero vendiendo canchita en el colegio y luego, galletas caseras. Cada intento era un aprendizaje. Entendió que el producto importa, pero también cómo lo presentas.
El encuentro con Cristóbal y el nacimiento de Thrive
En ese camino, Mateo y Cristóbal se conocieron. Cristóbal ya vendía panes con pollo y chinchines. Durante unas vacaciones escolares sin ingresos, Mateo vio en TikTok la historia de un niño argentino de 12 años que ya tenía su marca de ropa.
Ese fue el detonante. Decidió que no necesitaba tener todo resuelto para empezar. Lo que importaba era el mensaje, no solo el producto.
Así nació Thrive, una marca de ropa urbana con la intención de motivar a los jóvenes a atreverse y no temerle a los riesgos.

De las ventas escolares al branding digital
El inicio fue más difícil de lo que imaginaron. Creyeron que vender 100 polos sería sencillo, pero tardaron tres meses en lograrlo.
Pasaron meses sin resultados. La cuenta de Instagram tenía menos de 1,000 seguidores y no recibían mensajes. El ánimo bajó, pero no se detuvieron. Siguieron creando contenido, grabando videos y creyendo en su propósito.
Entre julio y diciembre, sin notarlo, ya habían formado una rutina sólida de creación y ventas. La marca comenzó a crecer, no solo en números, sino en comunidad.
Más que ropa
Hoy, a menos de un año del lanzamiento oficial de Thrive (febrero de 2024), Mateo y Cristóbal sienten que recorrieron un camino largo. Ambos consideran que están creando la mejor marca del Perú, dejando en claro que no es solo ambición, es convicción.
Ambos saben que el éxito no llega por suerte. Fueron constantes, grabando y editando cada semana durante más de un año.
A través de sus redes, construyeron una comunidad real, donde muchos jóvenes se sienten identificados. Algunos incluso intentaron lanzar sus propias marcas inspirados por ellos. Pero aprendieron que el verdadero reto no es comenzar, sino mantenerse.
Proyecciones
El siguiente paso es claro. Quieren que Thrive llegue a provincias, no solo como marca, sino como una comunidad que motive y conecte a más jóvenes. Cada prenda debe representar valores, esfuerzo y propósito.
Además, se encuentran dentro de Palo Alto House, un proyecto colaborativo que busca reunir a emprendedores reales en espacios de aprendizaje, colaboración y crecimiento. No será un evento más de networking, será un punto de partida para quienes quieran crecer con propósito.
Cristóbal, actualmente estudiante de la Universidad de Lima, conoció a los creadores de MyWorking, lo que lo llevó a unirse a esta casa de emprendedores. Allí, entre personas con talentos distintos, aprendió sobre organización, gestión y liderazgo.