El flujo creciente de dinero, motor de la economía, también acelera la necesidad de robustecer la seguridad digital. Según la proyección de la Worldwide Security Spending Guide de IDC, se anticipa una inversión global de aproximadamente US$ 184 millones en servicios de ciberseguridad para el año 2024.
Industria bancaria en foco
Alberto Gómez, Gerente de Operaciones de Seguridad y Ciberseguridad en CANVIA, señala que la industria bancaria liderará estas inversiones. Se proyecta una inyección de US$ 53 millones, un 29% del total, para blindar la alta circulación de dinero ante la mirada avizora de ciberdelincuentes.
Este impulso no es solo una medida de precaución, sino también una respuesta a las estadísticas. El informe de IDC prevé un mercado de ciberseguridad que alcanzará los US$ 184 millones en 2024. Lo que evidencia un crecimiento significativo del 15.63% en comparación con 2023.
Los sectores estratégicos
Dentro del panorama diversificado, ciertos sectores emergen como punteros en invertir en su fortaleza digital. Además del sector bancario, se espera que la manufactura y obtención de recursos, el sector público y las telecomunicaciones lideren las inversiones cibernéticas en 2024.
Con una inversión prevista en 2023 de alrededor de US$ 159 millones en diversos sectores, la industria financiera encabeza con un 28% del total. Seguida por manufactura y obtención de recursos con un 16%, el sector público con un 11%, y las telecomunicaciones con un 10%.
Desafíos del futuro: La protección en el mundo digital
El incremento proyectado en inversiones de ciberseguridad no es solo una respuesta a los desafíos actuales sino una previsión para los desafíos venideros. Alberto Gómez destaca la importancia de soluciones integrales como la Gestión de Identidades, la Protección del Dispositivo Final, los Servicios SASE, y contar con un CyberSOC para el monitoreo de ciberseguridad, respaldado por un Equipo de Respuesta a Incidentes de Seguridad Informática.
Con el riesgo de ciberataques en aumento, se enfatiza la necesidad de fortalecer la infraestructura digital y mejorar la resiliencia en este entorno. Las inversiones previstas para 2024 no solo representan una respuesta a las amenazas actuales sino una preparación estratégica para asegurar la integridad de la información en la era digital en constante evolución.