Emprendimientos

Laboratoria: Conoce la historia de la startup de tecnología que transforma la vida de mujeres en once países

Mariana Costa es cofundadora de Laboratoria, una startup que impulsa a mujeres a formar una carrera transformadora en el sector digital. Esta es su historia.
Por Jordy Acevedo Publicado: Últ. actualización: 18 junio, 2024 10:27
6 minutos
Mariana Costa Laboratoria

Mariana Costa es cofundadora y Directora Ejecutiva de Laboratoria y ha dedicado su carrera a empoderar a las mujeres a través de la educación en nuevas tecnologías. Pero sus inicios no fueron los esperados. No tenían de qué vivir y ella, junto a Herman Marin y Rodulfo Prieto, sus socios, tuvieron que tocar puertas para conseguir los ingresos que les permitiera continuar con su sueño. A pesar de estos desafíos, han logrado convertir a Laboratoria en una empresa de renombre con presencia en cuatro países. Esta es su historia.

Inicios

En el verano de 2013, Mariana Costa se graduó de una maestría en Administración Pública y Desarrollo en la Universidad de Columbia en Nueva York. Su experiencia en Kenia y su comprensión de los desafíos en los países en desarrollo la motivaron a regresar a Lima, Perú, con la esperanza de contribuir al lugar que la vio nacer.

Mariana, acompañada por su compañero de vida, Herman, un desarrollador web de origen ecuatoriano, y Rodulfo, un amigo venezolano, decidió embarcarse en un viaje incierto pero lleno de posibilidades: el mundo del emprendimiento.

Con una idea de negocio bien estructurada y un entusiasmo desbordante, Mariana, Herman y Rodulfo se trasladaron a Lima el 1 de septiembre de 2013. Fue allí donde nació Ayu, una agencia de desarrollo web. Aunque inicialmente se enfrentaron a numerosos desafíos, estos obstáculos les brindaron valiosas lecciones sobre la venta de servicios, la gestión de equipos y la importancia de los desarrolladores web.

Mientras Ayu estaba en crecimiento, Mariana necesitaba una fuente de ingresos para subsistir. Por lo tanto, encontró empleo en una ONG estadounidense con sede en Lima, lo que le permitió tener tiempo para dedicarse a Ayu.

Mariana recuerda con una mezcla de nostalgia y ternura esos primeros meses: “Al pensar en aquellos primeros meses, siento una mezcla de nostalgia y cariño. Realmente, no teníamos idea de lo que significaba emprender”.

Herman Marin, Mariana Costa y Rodulfo Prieto son los fundadores de Laboratoria.

Primeros desafíos

En las primeras semanas de Ayu, los tres emprendedores, Mariana, Herman y Rodulfo, se enfrentaron a un desafío considerable: no generaban ingresos. Ante esta situación, decidieron tomar la iniciativa y buscar activamente oportunidades.

Fue así como lograron persuadir a una compañía para que contratara sus servicios con el objetivo de desarrollar la plataforma web de su universidad corporativa. Este fue su primer gran logro. Pero no se detuvieron allí, también consiguieron convencer a un hotel y a una compañía de seguros para que les permitieran diseñar y desarrollar sus sitios web.

El nacimiento de Laboratoria

Durante su tiempo en Ayu, Mariana se dio cuenta de la escasez de desarrolladores en el mercado y la poca representación femenina en el sector tecnológico. Inspirada por modelos de bootcamps en Estados Unidos y organizaciones como Black Girls Code, decidió crear un emprendimiento social que formara a mujeres como desarrolladoras web. Así nació Laboratoria, un proyecto que buscaba no solo suplir la demanda de talento, sino también promover la diversidad de género en la tecnología.

«En Ayu aprendimos a vender con confianza servicios de los que poco sabíamos, a sobrevivir las angustias de tener plata solo hasta fin de mes en la cuenta y a enfrentar los miles de retos de construir un equipo. Esto último nos costó más de la cuenta. Necesitábamos, sobretodo, developers. Salimos a buscar en las redes sociales, en las universidades y en las comunidades de software. Rápidamente nos dimos cuenta de la enorme demanda que había por este talento y lo difícil que era encontrarlo«, comenta Mariana.

Mujeres apasionadas por la tecnología trabajando en Laboratoria.

Con el apoyo de su abuela y utilizando recursos prestados y donados, Mariana y su equipo lograron iniciar su primer bootcamp con 15 jóvenes. Este primer piloto fue un desafío, pero también una fuente de aprendizaje invaluable. A pesar de que solo tres egresadas consiguieron trabajo como desarrolladoras al finalizar el programa, el potencial transformador de la programación quedó claro.

«Así, en cuestión de pocas semanas, comenzamos nuestra primera clase de desarrollo web. Sin darnos cuenta, pusimos la primera piedra de lo que sería un movimiento latinoamericano de mujeres en tecnología», menciona.

Crecimiento y expansión

Con cada bootcamp, Laboratoria fue mejorando su proceso, adaptando su metodología y conociendo mejor las necesidades del mercado. El equipo creció, y con ello, la cultura de trabajo y la comunidad de mujeres desarrolladoras que comenzaron a surgir.

«Nos dimos cuenta de que Laboratoria no era para todo el mundo: debíamos encontrar a mujeres con ganas de salir adelante más grandes que ellas mismas, dispuestas a perseverar por construir una carrera en tecnología», comenta Mariana.

Con cada bootcamp, mejoraron su proceso, creando un salón de clases ágil y organizando Hackathones de empleabilidad. A pesar de los desafíos, estaban creando una nueva forma de aprender y motivando a las empresas a considerar una fuente de talento diferente. Mientras buscaban financiamiento y un modelo de negocio sostenible, Ana María, la esposa de Rodulfo, se unió para liderar las operaciones. Finalmente, tomaron la difícil pero saludable decisión de cerrar Ayu para concentrarse en Laboratoria, ya que manejar dos empresas resultaba agotador y creían que su enfoque único tenía un valor inigualable.

La expansión a otros países, aunque arriesgada, permitió a Laboratoria probar y ajustar su modelo en diferentes contextos. Amigos de Mariana de la maestría se unieron al proyecto en Chile y México, aportando nuevas perspectivas y consolidando la misión de Laboratoria en la región.

«En medio de este ritmo agitado, dos de mis mejores amigas de la maestría, Gabi y Marisol, que estaban en México y Chile respectivamente, vinieron a visitarnos a Lima y como yo con el piloto, se enamoraron. Siendo de mi entera confianza, decidimos tomar el riesgo de probar suerte en Santiago de Chile y la Ciudad de México», recuerda.

Actualidad

En la actualidad, Laboratoria cuenta con más de 60personas en diez países como Perú, Chile, Colombia, México, Brasil, Ecuador, Costa Rica, Bolivia, Panamá, Uruguay y Paraguay; y más de 3,800 egresadas que trabajan como desarrolladoras en empresas de talla global. Estas mujeres están redefiniendo lo que significa ser programadora en América Latina y están inspirando a miles más a seguir sus pasos.

Laboratoria se ha convertido en proveedor de talento para más de 1,300 empresas, contribuyendo significativamente a la inclusión de mujeres en el sector tecnológico. A pesar de los desafíos financieros y operativos, el equipo de Laboratoria sigue comprometido con su misión, impulsado por el impacto positivo que su trabajo tiene en las vidas de sus estudiantes.

“Entre las empresas que ya están trabajando con este nuevo programa se encuentran Mapfre, Yape, Interbank y Ripley. Estas compañías están participando activamente en el programa, identificando a mujeres de alto potencial dentro de sus equipos y facilitando su crecimiento profesional a través de la plataforma de Laboratoria+», destaca.