Hace unos años conocí a una joven abogada egresada de la Udep. Tenía un puesto gerencial en una empresa prestigiosa del sector financiero y me contactó para realizar servicios de comunicación.
Aunque al principio entablamos conversación por el tema laboral, terminamos hablando de política. “Soy fujimorista”, me dijo sin rodeos. Me sorprendió su enfática posición en un principio, pero una vez que me explicó las razones, lo entendí perfectamente.
Mira, «cuando era niña en mi natal Ayabaca, sufrimos por El Niño del 97′ y 98′. Fue el presidente Alberto Fujimori quien nos auxilió, él mismo nos llevó la ayuda. Mis abuelos habían perdido su casa y él les llevó calaminas y cuanto pudo para que no quedemos desamparados”.
Mi joven amiga recordó haber recibido de sus manos, una chompita. “Era una niña. Quedé maravillada, pues era el primer presidente que llegó a mi tierra para atender nuestra emergencia. Así que estaré eternamente agradecida”, dijo.
A veces queremos saber las razones de la preferencia del partido naranja, sin recordar que Alberto Fujimori sembró mucho en nuestra región. Le dedicó mucho esfuerzo en atender las demandas de la población durante El Niño.
Han pasado 2 décadas y su hija Keiko sigue cosechando a una “Piura Albertista”, una región que ya no ha visto a otro presidente hacer lo mismo que él.
Y no sólo eso, Fujimori supo dirigir a sus funcionarios. Recuerdo en la época de El Niño, cuando era reportero del Diario La República (oposición en ese entonces), el mandamás del CTAR Piura (hoy llamado gobierno regional), Ríos Rueda era un dinámico soldado cuya eficiencia quedó demostrada en el campo. No me lo contaron. Estuve allí.
Para quienes piensan que la actual fujimorista es apoyada por la zona rural, se equivocan, su alta votación procede del mismo bolsón electoral del corazón de Piura, de la capital provincial.
Hoy conversaba con un viejo amigo comunicador que ratificó lo que siempre he pensado. El fujimorismo tiene un voto escondido en plena ciudad, nuestros padres o contemporáneos aún mantienen afecto al viejo Alberto y por ende a su hija.
Los fujimoristas son gente organizada que no salen sólo en campaña, realizan muchas actividades fuera de la temporada de elecciones para mantener vigente ese capital social que los sostiene vivos.
Tenemos fujimorismo para rato. Ya no sigan lamentándose de la falta de educación electoral, que quienes la piden, son los mismos que la padecen.
Si Keiko gana, ojalá sepa retribuir su apoyo en regiones como la nuestra, donde la ausencia del Estado es cada día más notoria.
Quisiera dejar en claro que no soy ni pro, ni anti fujimorista. Espero que este relato no se entienda equivocadamente. Lo que pretendo es analizar estos resultados, en base a mis años de experiencia en el trajinar periodístico.
Con el relato quería demostrar una fuerte «conexión» de un grupo de piuranos con el fujimorismo. Si no lo entendieron así, más no puedo hacer. Muchos sufren de comprensión lectora, otros el odio ciego no los deja emitir un criterio coherente.
De que fue un personaje nefasto que cometió delitos y en su gobierno abundó la corrupción nadie lo duda. No obstante, hasta ahora 166,965 electores piuranos han respaldado al partido naranja en Piura.