Jorge Chávez Álvarez es economista y fue Presidente del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) y director de la Cámara de Comercio de Lima.
Hoy es presidente ejecutivo de la consultora MAXIMIXE y lidera la iniciativa ciudadana Reverdeser, grupo de profesionales que proponen cambios para la gigantesca estructura del estado.
¿Cuáles son las tareas pendientes para el próximo gobierno? fue el tema que le planteamos y sobre el cual conversamos en la siguiente entrevista.
El conteo de votos se está cerrando y parece que ya tenemos presidente de la República…
Está en proceso, pero las posibilidades son mayores para Pedro Castillo. Fuerza Popular ha presentando un recurso final. Al parecer la situación estaría decantada pero hay que esperar el pronunciamiento de la ONPE.
Más allá de quién sea el ganador, ¿cuáles son las tareas pendientes en materia económica e institucional?
Los dos primeros años debemos enfocarnos en combatir la pandemia y los estragos económicos que ha dejado, es decir, hay que generar empleos permanentes y transitorios; asimismo, necesitamos una reforma del estado para ser más eficientes en educación, salud y seguridad ciudadana. Hasta el momento no lo logramos porque tenemos un estado corrupto, burocrático y deficiente.
¿Por dónde empezar la reforma del estado?
Los gobiernos no han querido hacer la reforma del estado. Existen muchos intereses pues en un estado caótico hay ganancia de pescadores, corrupción y falta de transparencia. Esto le conviene a los corruptos. Lo primero que debería hacer el gobierno entrante es pedir facultades al Congreso para poder hacer una reforma integral y, dentro de ellas, la declaratoria en emergencia de la organización del estado, para hacer una reforma profunda. Hay que fusionar ministerios y convertir el Centro Nacional de Planeamiento Estratégico (CEPLAN) en un Ministerio de Planificación porque una de las grandes falencias del estado es no planificar, no hay programación de inversiones. Los proyectos ingresan por las puertas falsas, con vínculos mafiosos y no se centran en las prioridades que requiere el país. Asimismo, hay que instituir la carrera pública y unificar el sistema remunerativo.
¿La propuesta de un nuevo Ministerio de la Planificación implica absorber a Proinversión?
Todo el sistema de inversión pasaría a depender del Ministerio de Planeamiento y Desarrollo Territorial. Proinversión tiene otra opción: ser parte del Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC). Asimismo, el MTC debe escindir la parte de comunicaciones y crear un ministerio de digitalización incluyendo algunas dependencias de la Presidencia del Consejo de Ministros (PCM). El MTC se convertiría en el Ministerio de Infraestructura y Transportes y sería responsable de gran parte de la inversión pública y de las Asociaciones Público Privadas (APP). De esta manera no habrá tantas cabezas manejando la inversión. Es deplorable la manera como Proinversión ha manejado los proyectos, se ha hecho muy poco en muchos años.
¿El sector minero cómo puede superar su rol solo extractivo?
La minería es fundamental para el país como generador de divisas y debería ser un aportante para la generación de valor agregado. En eso estoy de acuerdo con lo que propone el equipo técnico de Pedro Castillo. Pero lo que hay que cuidar es seguir siendo competitivos para atraer inversión. No debemos olvidar que somos un país minero desde la época preincaica y los incas promovían la actividad minera cuidando la agricultura. Lo que hemos perdido es la diligencia en el cuidado ambiental pues en Madre de Dios, Puno y Piura hay minería ilegal muy dañina para el medio ambiente. A una empresa grande se le sanciona, pero con un ilegal no pasa nada.
Entonces, las tareas urgentes del estado en minería es formalizar y fiscalizar…
Sí, pero también generar mayor valor agregado a partir de los minerales, como la joyería. No estamos aprovechando nuestras habilidades y por eso el recurso se va en bruto al exterior. También se puede producir oro certificado con valor agregado mucho mayor y para ello hay que desarrollar cluster que permitan atraer inversión.
En elecciones a la pequeña agricultura solo se les menciona para ofrecerles acceso a crédito o para ‘fortalecer’ Agrobanco. ¿Qué más se puede hacer?
Esto es parte de la reforma del estado. El Ministerio de Agricultura debe reconvertirse en un Ministerio de Agricultura y Alimentación. Esto significa que se debe focalizar en ser el soporte de la agricultura familiar, transferirle asistencia técnica, montarlos en plataformas tecnológicas que les permitan gestionar la agricultura en línea como lo hacen las agroexportadoras. Esa tecnología está muy difundida y el estado la podría transferir de manera gratuita o a precios muy bajos. Esto permitiría un salto cualitativo en la pequeña agricultura. También hay que fomentar la asociatividad para generar cluster de productos competitivos que lleguen a las grandes ciudades del país o al exterior. Hoy hay muchas pérdidas en la producción de papa porque el estado no se ha preocupado por transparentar los cultivos. En ese sentido, se debe promover el cambio del patrón de consumo interno, brindarle mayor prioridad a la seguridad alimentaria y nutricional, lo que pasa por sustituir de forma creativa insumos importados.
La importación, un tema sensible en campaña…
No se requiere prohibir importaciones porque son políticas del pasado que no funcionan y generan muchos costos a la economía. Es mejor una sustitución creativa. Por ejemplo, establecer una organización con todas las panaderías del Perú y crear nuevas con capacitación a jóvenes en nuevas tecnologías de la panificación para que fabriquen panes con insumos nacionales. El peruano podría acostumbrarse a consumir otro pan como lo hicieron en México y que ha generado una gastronomía mundial con sus tortillas. Hay que engarzar el consumo con lo que produce el país, hay que lograr la seguridad alimentaria pero sin cerrar el mercado. Debemos estar preparados, no solo para otra pandemia, sino para otras crisis internacionales y, por ello, necesitamos un consumo alimentario que dependa menos del exterior. Hoy somos demasiado dependientes del exterior y nuestro patrón de consumo está distorsionado. De esta manera podemos lograr desarrollo en los productores agrícolas.
¿Cuál es la salida eficiente para que las Mypes puedan reactivarse?
Por décadas nos hemos gastado mucho dinero en «promover» la innovación en la pequeña empresa, centrándonos en un pequeño grupo de empresas productoras de bienes como la metalmecánica; sin embargo, nos hemos olvidado de que el 80% de la población están en actividades informales que se dedican al comercio y los servicios, muy pocas producen bienes. Una industria de producción necesita otro tipo de políticas que articulen, por ejemplo, a la minería. Si ya tenemos miles de Mypes debemos reconvertirlas en competitivas. Hay que volver a crear a Prompyme para que ayude a los negocios a mejorar en todos los aspectos. Mientras no hagamos mejoras para generarles rentabilidad, los pequeños negocios seguirán con sus problemas. En Reverdeser estamos proponiendo un monotributo hasta que la empresa pueda ir generando un flujo de caja que le permita tener capacidad de pago; con ese monotributo, los que trabajan en ese pequeño negocio podrán estar formalizados.
Ustedes proponen una «economía social de mercado competitiva y sostenible». ¿Cuál es la diferencia con lo que dice en la Constitución?
En el papel ‘dice’ que es una economía social de mercado, pero la diferencia es que sea competitiva, es decir, muchos demandantes y muchos ofertantes, de tal manera que el consumidor se beneficia porque hay competencia y esto produce mayor bienestar. Es social porque los excedentes de la economía se gastarán en generar igualdad de oportunidades de calidad para todos los peruanos, acceso a educación y salud. Hemos tenido una economía que se ha monopolizado, se ha concentrado y eso se nota en diversos mercados. No son estrictamente monopolios, pero si hay una alta concentración. Por ello, hay que promover al de abajo, promover el desarrollo del mercado. La gran empresa no es un enemigo y se puede convertir en un aliado. Hoy tenemos una economía divorciada y debemos evitar el mercantilismo de las grandes empresas. Hay que buscar una economía social de mercado que sea sostenible y que defienda el ambiente.