¿Qué efectos podría tener el ingreso del Banco de la Nación (BN) al sistema privado financiero? Conversamos con el experto en finanzas y profesor de la Pacifico Business School, Jorge Carrillo Acosta, para que nos comparta su análisis de este tema.
Para el especialista, esta propuesta del gobierno de Pedro Castillo «no tiene un sustento técnico, ni un enfoque de sostenibilidad».
El gobierno anunció que el Banco de la Nación (BN) ingresará al mercado de la banca comercial. ¿Es contraproducente?
Suena interesante que el Banco de la Nación compita con la banca privada para generar competencia. Como idea suena razonable y quizá las tasas de interés empiezan a bajar. Pero, analicemos los efectos negativos. Según la Constitución, el estado debe tener un rol subsidiario, es decir, debe ingresar en actividades privadas siempre que a los privados no le interese ingresar. Hoy el BN se maneja en ese contexto y otorga créditos a servidores públicos y trabaja por la inclusión financiera en zonas alejadas. Pero, competir de igual a igual al sistema privado en una zona urbana no sería lo más adecuado.
¿Por qué?
Más allá de lo constitucional, al BN no le interesa ser rentable, no le importa ganar plata. Por otro lado, tiene ciertas ventajas competitivas que no tiene la banca privada como la gran red de oficinas y una gran base de datos.
Una justificación para esta propuesta es que «el BN puede dar tasas más competitivas»…
Claro, porque el BN va al costo, no le interesa la rentabilidad. Estas tasas puede llevar a la quiebra a muchas entidades financieras más pequeñas.
El titular del MEF, Pedro Francke, dice que el BN «no será competencia» de las cajas sino «complemento»…
Eso tendría sentido si es que el BN ingresa a atender clientes que los bancos, las cajas o los financieras no quieran o no puedan atender. Allí se cumpliría el rol subsidiario del estado. El BN puede tener dos caminos para potenciarse. El primero es ingresar a zonas geográficas donde la banca privada no pueda ingresar. El otro camino es la inclusión financiera, es decir, donde a la banca privada le cueste mucho evaluar clientes y brindar créditos, en ese segmento si puede ingresar el BN, en clientes que no están bancarizados. De esa manera ayudaría a la inclusión financiera.
¿No es necesario que el BN ingrese a la banca comercial para avanzar la inclusión financiera?
No. Puede ofrecer productos a determinados segmentos crediticios. Por ejemplo, el BN podría prestarle dinero a quienes no tienen historial crediticio. El BN no tiene expertise de dar créditos de consumos, ni prestar a los emprendedores. Esa curva de aprendizaje puede ser muy costosa y ese costo saldrá del bolsillo de todos los peruanos, de nuestros impuestos.
Francke dice que el dinero a prestar será de las utilidades del BN y no del erario público…
Claro, eso mientras duren las utilidades. Si el BN ingresa a competir con la banca privada y a correr riesgos, se acabarán las utilidades. Y cuando se acaben y vengan las moras, ¿de dónde saldrá el dinero? De las arcas públicas. Las utilidades no son eternas.
¿Cuánto tiempo le puede tomar la curva de aprendizaje?
Es muy relativo. Cuando una entidad financiera ingresa al mercado, mínimo pasan dos años para lograr la experiencia adecuada. En menos de un año no lo aprendes y, además, tienes problemas de costos. Por otro lado, existen aprendizaje con errores. En la banca privada, los errores los paga el dueño de la entidad. En el BN lo asumirá el estado con nuestros impuestos.
¿Es un despropósito la propuesta del Ejecutivo?
No sé si llamarlo así. Suena bastante bien, pero no tiene un sustento técnico, ni un enfoque de sostenibilidad. Es una decisión apresurada y muy optimista.
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