En el cuarto trimestre del año 2022 se puede apreciar una contracción de la inversión privada de 1.6%, según estimaciones del Instituto Peruano de Economía (IPE).
Esta cifra representa el segundo trimestre consecutivo de retroceso en el indicador, después de la caída de 0.8% en el tercer bloque del año pasado. Cabe indicar que en el primer y segundo trimestre se tuvo variaciones positivas de 0.7% y 0.8%, respectivamente.
«Probablemente este año tengamos alguna caída o una cifra similar a la que tuvimos el 2022, considerando que vamos a tener una caída fuerte de la inversión minera en 15% y 16%. La inversión no minera, que es cuatro quintos de la inversión total, para este año esperamos también un número igual al de 2022. Estamos en un proceso de desaceleración y empieza a pesar no solo la coyuntura internacional, sino la local y la incertidumbre política», dijo Diego Macera, gerente general de IPE, en la Comisión de Economía del Congreso.
Para Eduardo Jiménez, jefe del Sistema de Información de Macroconsult, la caída habría sido incluso más acentuada en el cuarto trimestre, estando alrededor de 5%. Esto configura una caída anual de 1% en la inversión.
Mencionó que la contracción ya se anticipaba por la entrada en operación de Quellaveco (ya no es considerado como gasto en inversión) y la permanencia de las expectativas de las firmas en terreno negativo (que a tres meses se mantienen pesimistas desde abril de 2021).
Esto último, destacó el economista, se ha venido reflejando en otros indicadores relacionados a la inversión privada como la importación de bienes de capital (que tiene una caída acumulada a noviembre de 2.7%, según el BCR) y el consumo interno de cemento (que tuvo una contracción entre julio y noviembre).
«La economía ha visto una desaceleración fuerte en el segundo semestre. La inversión minera habría caído 30%, mientras que la parte no minera un 0.5%, esta última es la que se impacta más directamente por la confianza empresarial deprimida», anotó.
Asimismo, indicó que si bien la conflictividad social que se registró en diciembre impacta en las expectativas del primer trimestre de este año, también limitó el que se pueda desplegar el gasto en inversión en este último mes del año.
«Al clima que ya se anticipaba malo, se sumaron las protestas de diciembre que probablemente han evitado que algunas inversiones se puedan poner en marcha a pesar de que haya intención de hacer el gasto».
Primer trimestre de 2023
Las expectativas se han golpeado en la última parte de diciembre y, con la escala de protestas en enero, ello tendrá reflejo en los resultados de inversión del primer trimestre. Posiblemente se tenga una contracción de 4%, según Macroconsult.
Para Jiménez, otro punto a considerar es la fecha de elecciones (aún por definir por el Congreso) que podría influir en los datos que se tengan de inversión y PBI en el presente año.
«De convertirse el 2023 en un año electoral, entonces las perspectivas que tengamos estarán sujetas a cómo evolucionen las encuestas y quiénes están mejor posicionados. Es un factor de incertidumbre más para el presente año», dijo.
Además, según las proyecciones de Macroconsult, la inversión privada caería un 3% en el 2023. Contrariamente, el Banco Central de Reserva (BCR) estima un crecimiento de 1% de este indicador para el presente año.