Perú atraviesa uno de los momentos más difíciles en lo que va del siglo a causa de la pandemia del COVID-19. Son muchas las personas que se han unido en un esfuerzo conjunto para superar las dificultades que implica esta crisis sanitaria y social.
Entre este grupo se encuentran Jenny Soria Nina y Daniel Licetti Arena quienes inventaron el prototipo «lavamanos de accionamiento automático» y «un lavamanos semiautomático portátil».
El lavamanos automático fue uno de los 45 ganadores del concurso especial «Patentes frente al COVID-19» que organizó Indecopi.
El concurso tuvo como objetivo motivar y promover la protección de las invenciones que vienen siendo ideadas o desarrolladas por personas o instituciones peruanas para frenar los efectos del covid-19 en el país.
Jenny Soria Nina y Daniel Licetti Arena vienen desarrollando tecnología innovadora en su pequeña empresa llamada Biomarino E.I.R.L., dedicada a la acuicultura.
¿Cómo nació el proyecto?
Andina conversó con Daniel Licetti Arena, técnico en electrónica, profesor y estudiante de ingeniería de programación, con el afán de conocer un poco más sobre el lavamanos automático.
Daniel Licetti le llama poderosamente la atención que la palabra inventor haya desaparecido del vocabulario de la sociedad, “si uno dice que es inventor, lo tildan de payaso o un loco; pero si dices que eres ingeniero ahí si te respeto”, comenta.
La idea surgió ya en el estado de emergencia. Fue uno de los días en que Licetti y Soria acudieron al mercado de Sechura. Cuando llegaron al lugar cayeron en cuenta que se colocaba un botellón de agua y jabón líquido para la limpieza.
El que muchos tomarán ambos envases podía generar una fuente de contagio.
Fue allí cuando al ingeniero piurano se le ocurrió el usar diferentes dispositivos para crear un mecanismo en el que no se debía tocar nada para que funcionase.
Dificultades
Licetti comenta que muchos de los componentes electrónicos del lavamanos automático provenían de Lima o debían ser importados de China.
Al inventor y a su socia no les quedó más que adecuarse a su entorno y trabajar con los artefactos que encontraron en Piura.
Además, Daniel indicó que también fue arduo el diseñar el lavamos automático. Todas las partes tenía que quedar en un espacio determinado, condicionado por cuestionas estéticas y prácticas.
Beneficios
Licetti desea que el lavamanos automático beneficie a toda la población que lo necesite, desde el ámbito público hasta el doméstico. Sin embargo; añade que lo que los limita es la participación de las entidades con este proyecto.
Afirma que han ofrecido este proyecto a casi todas las municipalidades del país y solamente dos han mostrado su interés, pero son de otro país. En el caso de los municipios peruanos, declara, “nos contestan que ya tenían otra propuesta”.
También han ofrecido el lavamanos automático al sector salud, empresas mineras, pero tampoco les ha interesado comprar el proyecto.
Buscaron financiamiento para la elaboración y la construcción del proyecto con algunos gobiernos locales, sin resultados positivos. No obstante, no se rinden y seguirán adelante con el propósito de expandir su innovación.
Los 45 beneficiarios finales del certamen, se hicieron acreedores al financiamiento de todas las tasas administrativas, que comprende el trámite de la solicitud de patente respectiva hasta la culminación del mismo; así como a la condición de “prioridad”, para la aceleración del trámite de la patente ante la DIN.