El último Reporte de Inflación de marzo, emitido por el BCR (Banco Central de Reserva), reveló que la ineficiencia del Estado le cuesta al Perú hasta S/ 16,394 millones al año. Este monto sería equivalente a S/500 por peruano, según Mónica Muñoz-Nájar, economista de REDES.
Por su parte, el BCR sostiene que la cifra se obtuvo teniendo en cuenta el desperdicio de recursos que se realiza cuando los funcionarios del Estado realizan la adquisición de bienes y contratación servicios en la ejecución de obras.
«Si tomamos en cuenta el tamaño del gasto público en el Perú en 2021 (21,0 por ciento del PBI) y la composición entre contratación de bienes y servicios e inversiones, es posible extrapolar las mediciones efectuadas por los trabajos reseñados para tener una idea sobre el impacto del uso redundante e improductivo de recursos, como consecuencia de ineficiencias en el proceso de procura pública«, mencionaron en su reporte.
Asimismo, se reveló que lo mínimo que pierde el país al año por errores e ineficiencia de funcionarios y posible corrupción son S/ 10,853 millones.
El BCR reveló que este uso improductivo de los recursos públicos puede afectar negativamente al crecimiento potencial de la economía. «La reducción de las ineficiencias en la procura pública resulta fundamental, en la medida que permitirá orientar más recursos a la reducción de la elevada brecha de infraestructura económica y social del país«, indicaron.
¿Qué dicen los expertos?
Según Mónica Muñoz-Nájar de REDES, algunos de los ejemplos de la ineficiencia estatal en el Perú fueron las cuatro compras fallidas de úrea y los retrasos en comprar pasaportes.
“Estas ineficiencias se traducen en menos y peores obras públicas, que significa peor educación, peor salud, peores carreteras y mayor vulnerabilidad. Además, la infraestructura pública es un elemento fundamental para el crecimiento de los negocios y el desarrollo del país, por lo que esta ineficiencia nos afecta a todos en el largo plazo”, comentó a RPP.
De igual forma, a nivel regional y local indicó que hay otros ejemplos de obras que no son prioritarios, como estadios y piletas ornamentales en distritos que no tienen agua, así como las otras 1.879 obras públicas paralizadas.