Tras la noticia de que la economía del Perú cayó 0.4% en el primer trimestre del 2023, este escenario se oscurece y dificultará el regreso a la senda de reducción de la pobreza, además de poner en riesgo la salud y el futuro de los niños.
En este contexto, cabe resaltar que la desnutrición crónica infantil (menores de cinco años de edad) se encuentra estancada en alrededor de 12% durante los últimos cinco años.
Sin embargo, hay regiones que son una excepción como Huancavelica y Apurímac, las cuales redujeron su pobreza en 50 puntos porcentuales (PP) en los últimos 15 años (2007-2022), y las tasas de desnutrición cayeron en 29 PP y 24 PP, respectivamente. Así lo informó un estudio del Instituto Peruano de Economía (IPE).
Por otro lado, Madre de Dios, Tumbes y Lima que son la otra cara de la moneda. Estas regiones tuvieron la menor reducción de pobreza de -4.22 en promedio, y esta situación ha ido de la mano con la desnutrición, la cual solo se redujo 7.2 pp en promedio.
Dificultades para adquirir alimentos
Las familias con menores recursos económicos tienen dificultades para adquirir alimentos más nutritivos. En el estudio se utiliza como ejemplo la información obtenida de la Encuesta Nacional de Hogares (Enaho) del año 2022.
Según estos datos, se observa que las familias pertenecientes al quintil más bajo de gastos consumen menos de la mitad de carne (pollo o res) en comparación con las familias del quintil más rico. Específicamente, estas familias de pocos recursos consumen alrededor de 21 kg de carne por persona al año, mientras que las más ricas consumen alrededor de 50 kg por persona al año.