Héctor Renee Arroyo Ambrosio creció en Huancavelica como el séptimo de diez hermanos. A lo largo de su vida desempeñó diversos oficios como comerciante ambulante, vigilante, taxista, minero y empresario textil. Sin embargo, su historia dio un giro cuando, junto a sus hermanas, fundó Hasp Service. La empresa nació con un pequeño cafetín escolar y hoy se ha consolidado en todo el Perú, con más de 500 trabajadores y proyección hacia la expansión internacional.
Héctor Renee Arroyo Ambrosio
Héctor Arroyo es hijo de un trabajador minero y séptimo de diez hermanos, nació en Huancavelica. Aunque su familia es originaria de Jauja. Desde pequeño aprendió a valerse por sí mismo y a soñar con independencia.
Por ello, desde muy niño organizaba eventos con amigos y profesores para recaudar fondos, pero pronto comenzó a hacerlo solo. Vendía entradas y bebidas, generando sus primeras ganancias. También impulsaba celebraciones navideñas en su barrio.
A los 13 años trabajaba durante sus vacaciones en una cooperativa del centro minero, lo que le permitía comprarse su propia ropa y sentir la satisfacción de ser independiente.
A pesar que algunos se burlaban por la labor que realizaba, nunca dejó de organizar eventos durante su adolescencia. Sin embargo, a los 17 años, se mudó a Huancayo donde continuó con su pasión por la organización de fiestas en discotecas y eventos culturales.

Inicios como emprendedor
Al terminar el colegio, Héctor estudió electricidad en un instituto. Sin embargo, la crisis económica de los 90 lo obligó a tomar otras opciones. Fue entonces cuando un primo lo introdujo en el mundo de las confecciones como comerciante ambulante.
Viajó por diversas ciudades vendiendo ropa y aprendió las bases del comercio. En Tingo María conoció a un mayorista que lo inspiró a cambiar su estrategia. En lugar de vender en las calles, ofrecía productos directamente a tiendas. Este cambio le abrió nuevas oportunidades en mercados de Pucallpa y Tarapoto.
Con el tiempo regresó a Huancayo y reafirmó su independencia. Trabajó como vigilante, taxista y comerciante, hasta abrir una tienda de ropa infantil. Allí descubrió el potencial de los uniformes escolares y decidió producirlos.
Primero tercerizó con talleres, pero los retrasos lo empujaron a buscar soluciones en el penal de Huancayo, donde firmó convenios con internos. Durante cinco años su negocio creció con fuerza abasteciendo colegios e institutos, hasta que los cambios legales redujeron la mano de obra penitenciaria.
Pese a las dificultades, Héctor exploró el rubro de concesiones de alimentos con e INPE. Sin embargo, la corrupción y su falta de experiencia lo dejaron endeudado y sin capital. Vendió sus bienes y buscó nuevas oportunidades en la minería, donde trabajó como chofer, mecánico y administrador.
Pese a la estabilidad laboral, la idea de emprender siempre lo acompañó. Junto a su esposa abrió una cabina de internet y teléfono, mientras él continuaba en minas.
Sin embargo, entendió que la alimentación ofrecía más estabilidad que las confecciones. Así postuló a una empresa de servicios de comida para mineras, Santa Mónica, donde su trayectoria le abrió las puertas.

Historia de Grupo HASP SERVICE: Inicios
Con el paso del tiempo, un reencuentro con su exjefe marcó un nuevo giro para Héctor. Por ello, regresó a Santa Mónica, esta vez en oficinas, donde empezó a dar forma a su propia idea de negocio, debido al crecimiento de aquella concesionaria donde trabajaba. Es así que en 2013, junto a sus hermanos, fundó Hasp Service.
Los inicios fueron difíciles, debido a que pasaron más de un año sin contratos. Pero en 2015 lograron su primera oportunidad en el cafetín de un colegio, gracias a la gestión de su esposa, quien es profesora. Ese mismo año, obtuvieron una concesión en la Universidad Alas Peruanas y su primer contrato minero a través de un sindicato, a quienes ofrecieron su servicio de comida.
Luego de tres años de esfuerzo y optimo desempeño, Hasp Service recibió el premio a Mejor Empresa del Año en 2018.

Desafíos y crecimiento
Hasp Service creció con rapidez, y hoy, el 85% de su negocio está enfocado en alimentación colectiva, ofreciendo no solo desayuno, almuerzo y cena en campamentos, sino también lavandería, limpieza, hotelería y construcción de comedores.
Con el tiempo, crearon una segunda línea, Hasp Ingeniería y Construcción, especializada en campamentos mineros.
Asimismo, la apuesta por la calidad fue clave, pues consiguieron certificaciones ISO en medio ambiente, seguridad y anticorrupción. Actualmente cuentan con más de 500 trabajadores en planilla, 17 sedes en todo el país y una facturación superior a S/8 millones mensuales.
Incluso construyeron un almacén de más de 1,000 metros cuadrados en Lima para procesar sus propios insumos.
Proyecciones
Hoy Hasp Service compite directamente con gigantes como la multinacional francesa Sodexo, la chilena Giser, entre otras. Su mayor fortaleza es mantener la esencia de la cocina peruana en un mercado dominado por comida industrial.
Tras 12 años de operaciones, la compañía consolidó su presencia en todo el Perú y acaba de ingresar al mercado limeño atendiendo a Alicorp. El objetivo ahora es duplicar su facturación en dos años y expandirse hacia Chile y Colombia, llevando la comida peruana con una propuesta cercana, accesible y auténtica, que conserve el sabor casero.

Contactos:
Web: Grupo Hasp Service
Facebook: Grupo HASP Service
LinkedIn: Grupo HASP Service
Instagram: @grupohaspservice
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