A mediados de 2018, una limeña y una piurana se juntaron para emprender un negocio donde se mezcle arte y café. Ahí nació Frida, una cafetería ubicada en la Urb. Angamos de Piura.
En 2013, Cecilia Castillo e Hisabell Ortíz se conocieron en Trujillo cuando Hisabell era coordinadora técnica de la Selección de Natación de los Juegos Bolivarianos y Cecilia, fotógrafa de dicho evento.
El año pasado, Hisabell se mudó a Piura; y en junio de 2018, junto con Cecilia, deciden emprender un negocio donde esté presente el arte, la cultura, la literatura y fotografía. Es ahí cuando se empieza a trabajar la idea de invertir en una cafetería.
Inicios de Frida
Antes de abrir la cafetería, ambas socias y amigas decidieron visitar diversos restaurantes y cafeterías de Piura con el fin de captar ideas para su nuevo negocio.
Después de esto, en el mes de octubre, comenzaron a realizar diversas degustaciones de los productos que ofrecerían.
Las activaciones de degustación las realizaron en los alrededores de la Universidad de Piura, el colegio Santa María, el colegio Proyecto, en Zegel (Real Plaza) y en Crickets de la Urb. Angamos.
«Nosotras elegimos el nombre de Frida para la cafetería porque ella es una mujer que lucha, persevera, que siempre se esfuerza a pesar de varias cosas que le pasaron en la vida, entonces, para nosotras, ha sido todo un proceso llegar hasta lo que hemos consolidado ahora. No todo ha sido color de rosa, hemos tenido que trabajar duro», comentó Hisabell Ortíz.
Las propietarias de Frida contaron que invirtieron aproximadamente S/17,000 en su negocio. «El monto de la inversión incluye la decoración del local, implementación del mismo y los insumos, entre otros detalles», afirmaron Cecilia y Hisabell.
Ambas socias se han encargado de la mayor parte de la decoración del local. Asimismo, ellas atienden y preparan los productos para los clientes.
Frida Cafetería abrió sus puertas al público piurano el 5 de noviembre de 2018. «Ofrecemos productos refrescantes como las típicas cremoladas, cafés helados y frappes. Los precios de nuestros productos son accesibles para todos», explicaron.
«En Frida no tenemos un público en específico, ya que nos visitan desde niños, jóvenes, adolescentes y adultos».
Una cafetería diferente
«Lo que buscamos en Frida es que sea un lugar donde puedan entrar personas de todas las edades y que disfruten de la experiencia. Nosotras no segmentamos a un público objetivo sino que trabajamos para que todos se sientan cómodos en este lugar», agregó Cecilia Castillo.
Frida ha tenido gran acogida desde su apertura. Semanalmente, atiende a unas 200 personas.
«En Frida no solo vienes a tomar un café o a comer un sandwich. También puedes venir a leer un libro o una revista. Asimismo, el cliente puede elegir la música que desea escuchar», aseguraron las propietarias. «Buscamos, principalmente, que el cliente se sienta en casa», agregaron.
«Estamos muy contentas con nuestros clientes. Son muy variados y nos gusta que todos estén satisfechos. Lo preferido de nuestros clientes son los brownies, las cremoladas, los refrescantes y los frappés».
Actualmente, Hisabell se dedica a tiempo completo al negocio mientras que Cecilia divide su tiempo entre Frida y su trabajo en el restaurante de su padre.