Perú es responsable del 0.3% de las emisiones de gases de efecto invernadero, lo que pone en riesgo los recursos naturales del país, ya que estos son un eje importante para su crecimiento.
La escasez del agua en el país se debe al derretimiento de los glaciares, que desde 1970 ha ascendido a más del 40% de la superficie glacial, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Lorena Gaviño, subgerente de sostenibilidad de Celepsa, detalla que el cambio climático y el cambio en los patrones de las lluvias están alterando significativamente la frecuencia y gravedad de las sequías, así como la disponibilidad del agua para su uso en la agricultura, la producción de energía y el consumo.
El Banco Mundial estima que para el 2030 el flujo del agua tendrá una reducción significativa. Esto es especialmente preocupante ya que un tercio de la población mundial depende del derretimiento de los glaciares.
Pérdidas económicas
Además, el fenómeno de El Niño está relacionado con inundaciones y sequías en la costa y la sierra. En tal sentido, El Niño Costero del 2017 produjo perdidas económicas por más de US$ 30,000 millones y daños a casi la mitad de la red vial.
Estos efectos están vinculados a la afectación del crecimiento económico, de acuerdo con el Banco Mundial el grado de crecimiento de la temperatura generará la perdida promedio de 0.1% de la tasa de crecimiento per cápita.
Comenta que se prevé que los sectores agrícola y pesquero sufrirán los mayores impactos, y para el año 2050 la pérdida de los ingresos per cápita ascenderán al 9%.
Según el Banco Mundial en su infome detalla que en promedio 9 millones de personas están expuestas a las lluvias intensas, inundaciones y deslizamientos de tierras; 7 millones a temperaturas bajas y muy bajas; y 3.5 millones a sequías.
Lorena Gaviño destaca que los efectos del ciclón Yaku detectado en la costa del país, han generado estragos en más de 480 distritos declarados en Estado de Emergencia por el Gobierno.