Emprendimientos

Shambo: Comenzó con una máquina artesanal y ahora conquista EE.UU. con sus helados de frutas amazónicas

Este emprendimiento, con más de 60 años en el sector, sigue liderando el mercado de helados de frutas selváticas.

Por Iveth Yamunaque
5 minutos
Shambo historia

En el Corazón de Belén, un barrio en la ciudad de Iquitos, se fundó una marca que captura la esencia de la selva en cada helado. Shambo, fundada por el emprendedor Eliseo Reátegui, transforma las frutas más exóticas en helados.

A sus 27 años, con un gran conocimiento de la región y el deseo de emprender, Eliseo empezó con una máquina artesanal y ahora su herencia la tienen sus hijos, quienes lograron posicionar la marca en el mercado peruanos y extranjero.

Shambo tiene 62 años en el rubro y es un ejemplo de cómo una marca con identidad y visión puede trascender fronteras, llevando los sabores de la Amazonía peruana a Estados Unidos.

Helados Shambo

Eliseo Reátegui, originario de Yurimaguas, llegó a Iquitos y con el paso del tiempo decidió iniciar una carretera artística en la agrupación «Los Solteritos».

Este proyecto musical le permitió recorrer la selva y conocer en profundidad su cultura y tradiciones, un aprendizaje que luego transformaría en un exitoso negocio.

Tras un viaje a Lima, Eliseo regresó a Iquitos inspirado y decidido a innovar. El 20 de mayo de 1963, junto a su esposa, Arsemia Sánchez, aprovecharon las propiedades nutritivas de las frutas locales para crear un producto artesanal.

Para ello, construyó una máquina artesanal para producir helados con sabores exóticos, usando frutas tropicales de la región. Así nacieron los helados de aguaje, camu camu, ungurahui y coco, que pronto se volvieron los favoritos de los clientes.

Eliseo decidió darle una identidad a su marca debido a la gran acogida, por lo que le denominó «Shambo», fundando la empresa de helados más querida en la Amazonía.

El nombre proviene del aguaje, fruta amazónica que, al estar en su punto de maduración, recibe esta denominación. Eliseo, consciente de su popularidad, decidió usar el término para posicionar su producto.

Con el tiempo sus helados se volvieron un emblema tanto para los habitantes como para los turistas. Esto fue debido a la diversidad de sabores exóticos, que fue su gran ventaja competitiva, diferenciándose de los helados tradicionales del mercado.

Compromiso con las comunidades

Con el paso del tiempo, se posicionaron como la marca de helados favorita de los habitantes. Además, demostraron un fuerte compromiso con su entorno.

Es así que Shambo trabaja con comunidades locales para garantizar que sus frutas provengan de áreas protegidas, como la Reserva Nacional Pacaya-Samiria, siendo la fruta más destacada el aguaje.

Asimismo, sin conservantes ni colorantes los helados Shambo no son solo ricos, sino también un reflejo de la biodiversidad y tradiciones de la Amazonía.

Shambo de Arturini Shambini

En 2001, luego del fallecimiento de Eliseo Reátegui, fundador de la marca, sus hijos tomaron caminos independientes dentro del negocio familiar.

Martín Reátegui llevó Shambo a Lima con una heladería-café, mientras que Carlos Reátegui estableció un punto de venta en Iquitos. Sin embargo, Arturo Reátegui Sánchez, conocido como Arturo Shambini decidió continuar con el legado de su padre y darle un giro innovador.

Con esta idea, Arturo amplió el catálogo con nuevas opciones y llevó la marca a un mercado internacional. De esta manera nació Shambo de Arturini Shambini, un slogan que consolidó la recordación de marca entre clientes peruanos y extranjeros.

Arturo perfeccionó las recetas de las cremas y la textura de las paletas y helados, lanzando sabores únicos como aguaje, copoazí, umarí y taperibá.

Además de opciones más comerciales como chocolate, menta y fresa. Su innovación le permitió presentar más de 15 variedades en reconocidos eventos , entre ellos Mistura, donde la marca participa desde 2010.

Shambo a Estados Unidos

En 2012, Shambo creció tanto que llegó a exportar sus productos con sobres exóticos a Miami. Dos años después, en 2014, participó en el SUMAQ Peruvian Food Festival en Nueva York, donde vendió 1,200 unidades de chupetes y helados en solo dos días.

Ese mismo año, volvió a Mistura y logró vender aproximadamente 60,000 unidades de sus sabores tradicionales. 

El crecimiento de la marca permitió proyectar su ingreso a supermercados como Cencosud y Supermercados Peruanos en diciembre de 2014.

Además, su capacidad de producción aumentó significativamente, pasando a operar con 700 máquinas y fabricar 200,000 unidades de chupetes y helados al mes.

Shambo también se hizo presente en ferias internacionales como Expo Amazónica, Expo Loreto, Foodex Japan, PerúFest USA, Expocomer Panamá y la Feria de San Juan en Miami, consolidando su presencia en mercados extranjeros.

Para 2013, Shambo contaba con cuatro tiendas, un equipo de ventas y más de 100 puntos de distribución en todo el país, con 90 en Loreto y 10 en otras ciudades.

Ese mismo año, la producción alcanzó las 100,000 unidades mensuales, de las cuales 70,000 destinaban en Iquitos, Requena, Yurimagua, Contamana y Nauta, mientras que las 30,000 restantes abastecían a otras ciudades y pedidos en el extranjero.

De la Amazonía al éxito internacional

En 2019, Shambo se consolidó como la empresa más destacada en su región, apostando por el talento humano, tecnología y excelencia en sus productos para responder a las demandas del mercado.

A pesar de la pandemia, la marca continuó su expansión y, en 2020, alcanzó los 100 puntos de venta, incluyendo una nueva tienda en San Bartolo, Lima.

Ese mismo año, comercializó 100,000 unidades de helados, de las cuales el 70% correspondió a su línea económica.

Actualmente, con proyección en 2025 y más de 60 años en el sector, Shambo sigue liderando el mercado de helados de frutas selváticas.

Aunque la competencia incorporó sabores amazónicos a sus productos, la calidad y originalidad de Shambo la mantienen como referente.

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