Edgar Walter Saenz Montemayor dejó atrás un Perú marcado por la crisis para seguir su verdadera pasión por la cocina en Italia. Desde su infancia en un pueblo de la sierra limeña a tener una cadena de restaurantes, un hotel y publicar seis libros; hoy encontró en la gastronomía peruana no solo su propósito, sino también una forma de conquistar Europa.
¿Quién es Edgar Walter Saenz Montemayor?
Desde pequeño, Edgar convivió con el color de la naturaleza en San Jerónimo de Conchao, un pequeño pueblo en la sierra de la región Lima, distrito de Navan, provincia de Oyón. Rodeado de montañas, aire puro y paisajes que parecían pintados a mano, vivió en un hogar humilde, donde nunca faltó un plato de comida ni el sabor compartido de una Inca Kola entre siete personas.
Aunque su sueño infantil era convertirse en cocinero, los prejuicios sociales de la época lo encaminaron a estudiar mecánica. Así fue como ingresó al SENATI, obedeciendo a su familia y a la sociedad que veía la cocina como algo poco serio para un hombre, sin embargo, la vida le tenía otros planes.
Empezar de cero
El 14 de abril de 1991, impulsado por la necesidad de encontrar mejores oportunidades y dejando atrás un Perú golpeado por el terrorismo, Edgar llegó a Italia. Su esposa Luisa Lloclla ya lo esperaba allá, y con ella, una motivación más fuerte que cualquier obstáculo. Llegó con la idea de reunir 10,000 dólares y regresar, según lo relata en el podcast de El Patrón Show.
Los primeros años fueron muy difíciles, pues no contaba con documentos. Por ello, trabajó como niñero, albañil y en otros oficios que le permitieran subsistir. No fue hasta 1995, cuando logró regularizar su situación migratoria, que comenzó a trabajar de manera independiente, facturando al Estado y construyendo poco a poco su estabilidad. Durante casi dos décadas, la construcción fue su sustento. Pero no su pasión.
Consciente de que aún no vivía la vida que había soñado para él y su familia, Edgar no se detuvo. Tras sus jornadas laborales, se convirtió en repartidor de pizzas y paquetes. Fue en uno de esos caminos, ya entrada la noche, que conoció a un maestro que le cuestionó su verdadera pasión.
La respuesta no tardó en aparecer mediante sus recuerdos de niño, cuando quería ser cocinero. Ese reencuentro con su vocación de infancia fue el punto de quiebre. Edgar redescubrió su amor por la gastronomía, y con ello, una nueva manera de reconstruirse, esta vez, siguiendo su verdadero sueño.
Inka Chicken
Luego de redescubrir su pasión, Edgar, junto a su esposa y su hermano, comenzó un sueño que parecía imposible, abrir un restaurante peruano en una ciudad extranjera. Sin capital, pero con mucho ingenio, él mismo refaccionó un local gracias a sus conocimientos en construcción y electricidad. Así, tras dos años de arduo trabajo, el 14 de junio de 2012, nació Inka Chicken, en la Via Palestro.
No fue un inicio fácil. Los primeros dos años estuvieron marcados por deudas y la incertidumbre. A pesar de los números en rojo, Edgar apostó por su crecimiento personal, por lo que viajó a Colombia para capacitarse en marketing digital. Allí descubrió el poder de internet y cómo podía convertirse en una herramienta clave para atraer clientes y fidelizarlos.
Aplicando lo aprendido, transformó la presencia del restaurante, pues compartía el día a día del local, presentaba platos típicos peruanos y convirtió el ambiente en una verdadera experiencia cultural, decorado con arte y símbolos de su tierra natal. Poco a poco, la estrategia dio frutos, e Inka Chicken creció hasta convertirse en una cadena de cuatro locales.
Tullpukuna
Con el tiempo, Edgar quiso llevar la gastronomía peruana a un siguiente nivel. Así nació Tallpukuna, un restaurante de cocina peruana contemporánea que combina la tradición con técnicas gourmet. Para este nuevo proyecto, se sumaron tres reconocidos chefs, Guy Mann, Max Conversion y Ruby Van Rails. Todos cuentan con experiencia en restaurantes de renombre como La Rosa Náutica y en cocinas lideradas por Gastón Acurio.
Tallpukuna no solo ofrece una carta sofisticada, sino también una selección de bebidas peruanas: macerados de pisco, licores autóctonos y cerveza artesanal. Todo está pensado para brindar una experiencia gastronómica completa y auténtica.
Proyecciones
Hoy, sus restaurantes reciben a italianos, latinoamericanos y turistas de todas partes del mundo. Uno de los platos más aclamados de Inka Chicken es el Piqueo Inka, una explosión de sabores que incluye anticuchos, el producto más solicitado, junto con el Jabiche (una combinación de jalea y ceviche), lomo saltado y arroz con mariscos.
Con 34 años viviendo en Italia y 14 en el rubro gastronómico, Edgar logró consolidar seis restaurantes, un hotel y una pasión que lo impulsa a seguir aprendiendo. No solo publicó una colección de seis libros con el apoyo de la Embajada de Perú en Italia, sino que además continúa formándose en Administración de Negocios y Marketing con enfoque en Inteligencia Artificial.
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