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El ratero burlón: Este piurano estuvo seis años en prisión y ahora triunfa en TikTok colaborando con la Policía Nacional

Johan Maza se hizo conocido como el ratero burlón tras ser detenido por séptima vez. Hoy es un influencer dedicado a promocionar negocios.
Por Daniel Flores
6 minutos
El ratero Burlón

Johan Cristhian Maza Quezada, natural de Piura, comenzó a delinquir a temprana edad, alrededor de los 12 o 13 años. Inició con pequeños robos, tanto de frutas y otros objetos de poco valor. Sin embargo comenzó a juntarse con personas que lo inquietaron a realizar robos de alto valor. A los 15 años empezó a cogotear y a los 22 años se sumergió en el mundo del raqueteo, a robar motos, carros o robar en un taxi.

Cuando se mudó a Lima, Johan trabajó como seguridad en una discoteca y también como soldador. Sin embargo, paralelamente seguía delinquiendo. A pesar de haber sido detenido varias veces por el robo de celulares, solía ser liberado rápidamente, ya que el arrebato de estos dispositivos se consideraba una falta menor y no un delito grave.

«En ese tiempo robaba entre cinco a seis celulares todos los días y los vendía cerca de 300 soles. Esto me generaba una ganancia de 1500 o 2000 soles al día. Ese dinero era todo para los vicios, para las borracheras. El dinero mal venido se va rápido».

En una de sus primeras detenciones, Johan sorprendió a muchos por su actitud tranquila y relajada. Incluso llegó a bromear, elogiando el trabajo policial y justificando sus robos como una manera de comprar útiles para sus dos hijos. Su comportamiento llamó la atención, pero fue en su séptima detención cuando realmente capturó el interés de todos, convirtiéndose en el centro de atención pública.

El ratero burlón

En 2017, Johan Maza se convirtió en un rostro ampliamente reconocido en Perú, aunque no por razones admirables. Fue arrestado por el robo de un teléfono móvil en Puente Piedra, Lima. Pero lo que realmente lo llevó a las primeras planas fue su actitud desafiante y su sonrisa de burla al ser capturado por la Policía Nacional del Perú. Esta expresión le valió el apodo de “el ratero burlón”, dejando su imagen grabada en la memoria colectiva del país desde entonces.

«Yo salí en dos oportunidades y los mandé a volar públicamente a los policías que me atrapaban. Yo los escupía, le mentaba la madre. Hay cosas que realmente no han salido. Lo que ellos han sacado es más el espacio gracioso de mi detención. No sacan el espacio donde los escupo ni nada de eso».

Sin embargo, Johan Maza fue liberado pocas horas después de su detención, lo que generó indignación entre la población. La gente se preguntaba cómo era posible que un individuo con múltiples detenciones, ampliamente conocido por sus delitos y su actitud desafiante, continuara libre. Esta situación llamó la atención del Ministerio de Justicia, quien emitió una orden para que, en su próxima detención, se tomaran medidas más severas y no fuera liberado nuevamente.

Seis años de prisión

Después de ser liberado, Johan Maza volvió a delinquir cerca del mercado Huamantanga, robando otro celular. En esta octava ocasión, no logró salir en libertad y, a sus 36 años fue condenado a seis años de prisión. Su esposa y dos hijos perdieron todo el contacto con él, incluso formando otra familia. Johan sufrió depresión y reflexionó que sus malas acciones no solo le habían causado vergüenza a ella y su familia, sino que también fueron el motivo de su separación.

Recuerda que durante su audiencia, la jueza inicialmente le comunicó que le darían 12 años de prisión, pero luego se lo reducirían a 9 años. Hubo un acuerdo entre la jueza y el fiscal para reducir aún más la sentencia, siempre y cuando él optara por la «confesión sincera» dentro del proceso de terminación anticipada. Al aceptar este acuerdo, su condena quedó en 6 años. Sin embargo, la pena era de cumplimiento efectivo, lo que significaba que no tendría acceso a beneficios, como la reducción de condena por estudios o trabajo dentro del penal.

Al llegar a su pabellón en el penal de Lurigancho, Johan recuerda que los reclusos comenzaron a corear «burlón, burlón, burlón», como si estuvieran recibiendo a una figura famosa. A pesar de la naturaleza de su fama, todos lo reconocían por su actitud desafiante al momento de ser detenido. Los internos lo recibieron con aplausos y bromas, dándole la mano y felicitándolo. Para ellos, Johan se había ganado respeto por haberse enfrentado a la policía, lo que fue un momento impactante para él.

De ladrón a tiktoker

Ese episodio marcó un punto de inflexión en la vida de Johan Maza. Hace un año y ocho meses salió en libertad tras cumplir su condena. En lugar de seguir por el mismo camino delictivo, decidió dejar atrás el crimen para siempre. La prisión y sus encuentros con la ley lo llevaron a una profunda reflexión, impulsándolo a buscar una nueva forma de ganarse la vida. Con el tiempo, Maza trabajó en cambiar su narrativa personal, lo que lo llevó a vender ropa en Gamarra.

En prisión, Johan conoció a muchas personas, entre ellas a alguien muy importante en el mundo del hampa que, tras salir de la cárcel también cambió su vida. Fue él quién le aconsejó que subiera un video a TikTok, mostrando lo que realmente hace ahora y permitiendo que la gente conozca la nueva persona en la que se convirtió.

«Yo solo subía videos así nomás a TikTok, pero me animó a mostrarme como yo era en realidad. Tuve un poco de vergüenza, pero decidí hablar sobre mi experiencia y las cosas que hacía ahora».

@johan.maza59

#si tu quieres q cambien muchas cosas,cambia primero tú.

♬ sonido original – Johan Maza

Una semana después, Johan aún dudaba si era una buena idea subir su video a TikTok. Mientras esperaba su chilcano en un restaurante, decidió grabarse, compartiendo su historia y concientizando a la gente sobre los errores que había cometido. Ese primer video se volvió viral y marcó el inicio de su nueva carrera en las redes sociales.

A partir de ahí, comenzó a crear videos humorísticos, contrastando su vida delictiva anterior con la que lleva ahora, logrando captar la atención del público y ganando popularidad. Aprovechando la notoriedad que adquirió tras su arresto, en tan solo dos semanas contó con más de 100,000 seguidores y más de un millón de likes. El ratero burlón comenzaba a surgir.

Promotor de negocios

Johan, conocido anteriormente como «el ratero burlón», se presenta como un promotor de negocios y emprendimientos, siempre añadiendo su toque característico. En sus videos, resalta su famosa frase: «Los ternas están en todo lugar, no te olvides de eso porque son unos conchadesumare», acompañada de su risa genuina y característica que lo ha vuelto aún más popular.

Los videos de Johan, donde auspicia negocios, alcanzaron una gran popularidad, logrando millones de vistas y una creciente audiencia. Curiosamente, quienes lo buscaban en el pasado para capturarlo como el famoso grupo Terna de Lima y el excomandante Urtecho, ahora lo visitan para saludarlo y mostrar su apoyo. Hoy disfrutan de sus videos humorísticos y celebran la transformación de Johan, reconociendo su cambio y éxito en esta nueva etapa de su vida.

El próximo objetivo de Johan es lanzar su propio canal de YouTube y estudiar una pequeña carrera que lo prepare para dar mensajes motivadores sobre su transformación. Su meta es ayudar a muchas personas compartiendo su historia de cambio, demostrando que es posible dejar atrás un pasado oscuro y construir un futuro mejor.