En las últimas semanas, los envases conocidos como «cuchareables», que en un principio se utilizaban para postres, ganaron gran aceptación en redes sociales, logrando un incremento en las ventas de estos envases, agotando los stocks y obligando a triplicar la producción, abriendo nuevas oportunidades para los emprendedores.
Por su parte, Ricardo Echegaray, vicepresidente comercial de Carvajal Empaques, comentó que desde inicios del año, se experimentó un aumento en la demanda de envases de kraft y de bagazo de caña de azúcar en tamaños de 8, 12, 32 y 44 onzas.
Incremento en la producción
Los emprendimientos gastronómicos aprovecharon los «cuchareables» para aumentar sus ventas. La aceptació fue tan grande que los envases biodegradables de 8 onzas se agotaron rápidamente.
Ante este incremento en la demanda, Pamolsa, empresa de Carvajal Empaques, se vio en la necesidad de aumentar su producción mensual para satisfacer al mercado y evitar nuevas escaseces.
Por otro lado, Echegaray señaló que esta nueva tendencia triplicó la demanda de los envases de 8 onzas, mientras que los de 32 y 44 onzas duplicaron su demanda.
Es importante precisar que actualmente producen 1,500 millares de envases circulares de distintos tamaños al mes, que se distribuyen a través de varios canales, como distribuidores, negocios de comida rápida, supermercados y exportaciones, entre otros.
La tendencia de los «cuchareables» parece que seguirá creciendo en los próximos meses, lo que podría abrir una nueva oportunidad: la personalización de los envases.
Una oportunidad para los emprendedores
Fernando Calmell, presidente de la Asociación de Emprendedores del Perú (ASEP), señaló que aunque los «cuchareables» se pusieron de moda en el sector gastronómico, este formato ya existía en el país desde hace varios años.
Calmell también destacó que la rápida aceptación de este formato se debe a la necesidad de los consumidores de adquirir productos en porciones más pequeñas, fáciles de transportar, que se ajusten a un estilo de vida acelerado y a las condiciones económicas actuales que demandan soluciones prácticas y asequibles.
En cuanto al precio de los «cuchareables», Calmell advirtió que la alta demanda puede elevar el costo de algunos insumos. Sin embargo, insistió en que los postres o comidas ofrecidas en este formato deben tener un precio razonable para el consumidor, evitando incrementarlo solo por estar en tendencia.