La segunda ola del Coronavirus está afectando mucho al Perú, con distintas variantes ya habiendo entrado en el país.
Con ello, Anthony Fauci, director del National Institute of Allergy and Infectious Diseases de los EE.UU., indicó que para que un país pueda llegar a una “inmunidad colectiva” se debe llegar a vacunar a un 70% o 90% de un país.
La inmunidad colectiva es el estado de hechos donde se puede proteger a la población nacional contra un virus al alcanzar un umbral de vacunación.
Sin embargo, en la actualidad, un grupo considerable de personas (48% de la población) rechaza el uso de la vacuna contra el Covid-19.
Sea por razones religiosas, temor acerca de sus efectos secundarios o dudas acerca de su eficacia, dado que muchas de las que ya se encuentran aplicándose en el mundo reportan tener eficacias menores al 80%.
Frente a este hecho, varios empleadores empiezan a contemplar la opción de obligar a sus trabajadores a contar con la vacuna contra el Covid-19.
Ello, para poder realizar trabajados presenciales en la empresa.
En la actualidad, los abogados laboralistas tienen varias propuestas al respecto, lo cual ha llevado a discrepancias en el sector.
A favor
Germán Lora, socio del estudio Damma, indica que las empresas que realicen actividades de atención al público, como cines, clínicas, casinos y restaurantes sí pueden obligar a todos sus trabajadores a contar con la vacuna contra el Covid-19 para trabajar de manera presencial.
Lora indica que crear esta obligación eliminaría potenciales riesgos a los demás trabajadores, así como a clientes.
Protegiendo la salud de su personal y a la vez protegería a la empresa de posibles denuncias por contagios sufridos en el centro de trabajo.
“También podría imponerse una lista de trabajadores que tendrán contacto constante con otros, o con clientes, y dictar que sólo ellos deban vacunarse”, dice Lora.
“Esto no se haría con el ánimo de botar a trabajadores, sino como una medida necesaria para evitar la puesta en peligro de un grupo considerable de personas”, agrega.
El abogado indica que hasta se podría modificar la política de la empresa y exigir la vacunación como requisito indispensable para la contratación de nuevo personal.
“En caso el trabajador no quiera cumplir con esta medida, podría llegar a imponerse sanciones disciplinarias”, comenta, agregando que “Se le puede dar 30 días para que se vacune y si no lo hace, inclusive se podría despedir a un trabajador por esto”.
En Contra
No obstante, Cesar Puntriano, socio del estudio Muñiz, comenta que imponer la vacunación obligatoria puede traer consigo problemas frente a los trabajadores.
Resultando hasta denuncias por discriminación.
Puntriano indica que mientras una norma no plantee la exigibilidad de la vacuna, que una empresa exija esta condición a sus trabajadores puede ser visto como un atentado contra la intimidad de estos últimos.
Peor aún si su religión les prohíbe vacunarse.
“Sería mejor reubicar a los trabajadores que no quieren vacunarse para que no estén en contacto con el público”, señala Puntriano.
Además, considera que obligar a los trabajadores a someterse a una vacuna atentaría contra sus derechos.
OMS
Asimismo, Jorge Toyama, socio del estudio Vinatea & Toyama, señala que la Organización Mundial de la Salud ya señaló que la vacunación debe ser voluntaria y que existen varios motivos auténticos por los cuales un trabajador se puede negarse a ser vacunado.
“Hoy en día no es exigible a los trabajadores contar con vacunas contra el tétano u otras enfermedades que pueden ser evitadas mediante vacunas”, señala Toyama.
En ese sentido, considera que exigir a los trabajadores contar con la vacuna podría resultar en denuncias ante la Sunafil.
Las cuales considera serían amparadas por el Estado, resultando en sanciones contra la empresa.