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Conoce las 4 diferencias entre cuenta corriente y cuenta de ahorros

Es importante que conozcas estas diferencias para tomar mejor decisiones financieras.
Por Jordy Acevedo
4 minutos
Diferencias entre cuenta corriente y cuenta de ahorros

Conocer las diferencias entre cuenta corriente y cuenta de ahorros es muy importante para tomar decisiones financieras más informadas. Por ello, en este artículo te explicaremos de forma sencilla qué son, para qué sirven cuáles son sus ventajas e inconvenientes.

¿Qué es una cuenta corriente?

Una cuenta corriente es un tipo de cuenta bancaria que te permite guardar tu dinero de forma segura y acceder a él cuando quieras. Con una cuenta corriente, puedes realizar operaciones como:

  • Depositar y retirar dinero en efectivo o mediante transferencias.
  • Pagar con tarjeta de débito o crédito.
  • Recibir y emitir cheques.
  • Domiciliar recibos y nóminas.
  • Contratar otros productos financieros, como préstamos o inversiones.

Una cuenta corriente suele tener un costo de mantenimiento, que depende del banco y de las condiciones que ofrezca. También puede tener comisiones por algunos servicios, como las transferencias o el uso de cajeros automáticos.

¿Qué es una cuenta de ahorros?

Una cuenta de ahorro es otro tipo de cuenta bancaria que también te permite guardar tu dinero, pero con una diferencia: te paga intereses por el saldo que mantienes en ella. Con una cuenta de ahorro, puedes:

  • Depositar dinero y obtener una rentabilidad por él.
  • Retirar dinero, aunque con algunas limitaciones.
  • Transferir dinero a otras cuentas, normalmente sin comisiones.

Una cuenta de ahorro suele tener un costo de mantenimiento menor que una cuenta corriente, o incluso nulo. Sin embargo, también suele tener menos servicios y facilidades que una cuenta corriente.

¿Cuáles son las diferencias entre una cuenta corriente y una cuenta de ahorros?

Como has visto, una cuenta corriente y una cuenta de ahorros tienen algunas características en común, pero también algunas diferencias. Estas son las principales:

  • Rentabilidad: Una cuenta de ahorro te paga intereses por tu dinero, mientras que una cuenta corriente no. La tasa de interés que te ofrece una cuenta de ahorro depende del banco y del mercado, y puede variar con el tiempo. Normalmente, es más alta que la inflación, lo que significa que tu dinero no pierde valor con el tiempo.
  • Liquidez: Una cuenta corriente te permite disponer de tu dinero en cualquier momento y de forma fácil, mientras que una cuenta de ahorro puede tener algunas restricciones. Por ejemplo, puede haber un monto mínimo de depósito o de retiro, o un número máximo de operaciones al mes. Estas limitaciones buscan incentivar el ahorro y evitar que uses la cuenta de ahorro como una cuenta corriente.
  • Servicios: Una cuenta corriente te ofrece más servicios y facilidades que una cuenta de ahorro, como el pago de facturas, los cheques, la domiciliación de recibos y nóminas, o la contratación de otros productos financieros. Estos servicios pueden tener un costo adicional, que se refleja en las comisiones que te cobra el banco.
  • Costo: Una cuenta corriente suele tener un costo de mantenimiento mayor que una cuenta de ahorro, debido a los servicios que ofrece. El costo de mantenimiento se puede reducir o eliminar si cumples con algunos requisitos, como tener un saldo mínimo, una nómina domiciliada, o una vinculación con el banco. Una cuenta de ahorro suele tener un costo de mantenimiento menor o nulo, pero también menos servicios.

¿Qué tipo de cuenta te conviene más?

La respuesta a esta pregunta depende de tus necesidades y objetivos financieros. Si lo que buscas es guardar tu dinero de forma segura y obtener una rentabilidad por él, una cuenta de ahorro puede ser una buena opción.

Si lo que quieres es tener acceso a tu dinero en cualquier momento o tienes un negocio y necesitas realizar operaciones cotidianas, una cuenta corriente puede ser más adecuada.

No obstante, no tienes que elegir entre una u otra. Puedes tener ambas cuentas y usarlas de forma complementaria. Por ejemplo, puedes usar la cuenta corriente para tus gastos habituales y la cuenta de ahorro para tus metas a largo plazo. Así, podrás aprovechar las ventajas de cada una y minimizar sus inconvenientes.