Se dijo, en su momento, que el sector de salud fue uno de los más beneficiados al inicio de la pandemia, pues a los centros de salud privado impulsaron las ventas de las clínicas.
Sin embargo, el resultado con el que acabaron las clínicas el 2020 no fue del todo óptimo.
Esto se debe, según explica Jaime Moya, gerente de Salud de la Clínica Ricardo Palma, a que algunas clínicas, como el caso de ellos, terminarán en “azul tenue” pero otras, las que se enfocaron en la atención del covid-19, han terminado en rojo.
Ello se dio debido a que la atención ambulatoria es fundamental en los ingresos de la salud privada, impactada por la reducción en las visitas ante el temor de la población por ir a lugares cerrados.
En cifras, entre enero y noviembre de 2020, en base a un análisis de ocho de las principales clínicas de Lima, se observó que en el caso de las consultas se llegó al 66% del 2019, en altas un 77% y en emergencias un 60%.
“En algunos casos se avanzó, pero hay un déficit acumulado”, sostuvo.
2020 marcado
Para Moya, el tema en cuestión es la intensidad de la denominada segunda ola. “Pero nunca llegamos a salir de la primera”, dijo.
“Si hay una ola intermedia, lo más probable es una reducción de atenciones ambulatorias y un incremento de la hospitalización de casos complejos de covid, eso puede incidir negativamente en el desempeño de los establecimientos de salud privada”, agregó.
Pablo Yamurch, gerente general de la Clínica Internacional, coincide con Moya en ese aspecto.
“Si tenemos un rebrote severo, parecido al del primer año, no creo que haya mucho espacio de recuperación; pero si tenemos un rebrote mucho más débil, como el que nosotros estimamos, puede haber un espacio de recuperación, mas no de crecimiento”, asevera.
Su idea es que en 2021 puedan tener una recuperación que los haga llegar a niveles parecidos a los del 2019.
En el caso de la Clínica Internacional, su crecimiento en 2020 fue cerca a cero.
“Ha existido una franca recuperación en los últimos meses de 2020 producto de que han bajado los casos covid, y ha aumentado la actividad ambulatoria, y eso por supuesto juega a favor de los resultados financieros de la compañía”, remarcó.
Para este año, la proyección es que se arranque con la misma tendencia. “Los primeros dos o tres meses serán iguales a como está cerrando el 2020, con una franca recuperación y con resultados buenos”, dijo.
Sin embargo, “prevemos que vamos a tener un segundo trimestre un poco más duro por el covid, pero este rebrote no va a ser tan fuerte como la primera ola que ya sufrimos y que fue muy intensa”, agregó.
Acceso a la salud privada
Una de las consecuencias de la situación por el covid-19 es que muchos peruanos perdieron su trabajo.
Eso también genera un impacto en el sector salud, ya que parte de la masa laboral al perder sus empleos ya no puede acceder a la salud privada, a través de las Empresas Prestadoras de Salud (EPS)
Aunque, con data al mes de octubre de 2020, las utilidades reportadas por las EPS eran de S/ 137 millones, frente a los S/ 97 millones de 2019. Jaime Moya, gerente de Salud de la Clínica Ricardo Palma, sostiene que quien accede a la EPS tiene un sueldo base de S/ 3,500 para arriba.
“Donde se ha visto más el impacto por la pérdida de empleo es en quienes ganan menos y acceden al seguro social”, comentó.
Así, la reducción en afiliados ha sido de 2.6% reportando la salida de 21,960 afiliados en menos de un año, dentro de un mercado donde existen 800,000 afiliados regulares.
“Donde se dio una mayor caída fue en el seguro complementario de trabajo de riesgo que también es manejado por las EPS, con un descenso de 9.7%, que son 200,000 afiliados menos”, dijo.
Por otro lado, Pablo Yamurch, sostuvo que el 90% de sus ingresos en forma habitual corresponde a pacientes asegurados y 10% a particulares.
“Este año esa situación ha cambiado bastante por el covid-19 a un 80%-20%. Sin embargo, el incobrable que aparece es bastante grande”, dijo.