Si es cierto, como he leído y oído, que cierto supermercado, técnicamente a las afueras de la ciudad de Sullana, está rematando mercadería por traspaso.
Hay tres causas que identifico en esta salida del mercado:
1. Pésima ubicación para un centro de abastos
Las amas de casa, que es el segmento meta principal de esa marca, no salen de la ciudad a comprar, a menos que los precios sean tan baratos, pero tan baratos, que valga la pena pagar los costos antojadizos del mototaxi, sin contar el riesgo por la seguridad.
La avenida Champagnat tenía mucha más lógica, lo que significa que su estudio de mercado fue un desastre. El eje oeste-este es el que predomina ya que crecemos teniendo al río como referencia, no la carretera (por eso usamos el término de «área metropolitana», del que muchos se han reído… a ver, síganse riendo).
2. La visión limeña sobre las ciudades del resto del país
Los encargados de mercadeo de la marca, cómodamente sentados en sus oficinas en la Capital de la República, sobrestimaron su posicionamiento basados únicamente en sus insights de la mayor área metropolitana del Perú y subestimaron que cada ciudad de este país tiene su propia personalidad urbana.
Claro que se beneficiaban los vecinos o quienes se dan el lujo de recorrer supermercados en su propia movilidad; pero, en el contexto de Sullana, ¿qué porcentaje de mercado potencial representa? ¿Ese era su segmento meta?
Si no reflexionaron nunca sobre el término descentralización, este es un buen momento porque si sinceran su investigación de mercados, verán que el sector oeste tiene más potencial.
3. Sullana ya no es más el eje carretero de Piura
Lo dije antes y me dijeron exagerado; lo repetí y me dijeron metemiedo. Pero, el tiempo me dio la razón, modestia aparte.
La apertura de la carretera Km 21 – Tambogrande y del aeropuerto de Talara dejaron obsoleto el cruce a Tambogrande (insisto, no se qué hace el peaje de Valle Hermoso en ese lugar cuando podría estar después de Cruceta), lo que aunado a la carencia de un plan de mercadeo para la ciudad de Sullana.
Considerando este nuevo contexto geopolítico no permitió una adecuada reacción de nadie. ¿Por qué? Todo el mundo se aferró de un status-quo que era válido hasta inicios de milenio, pero que -como lo dije en repetidas columnas mías- ya no va más, ya no existe, o sea superémoslo.
La ciudad será la segunda más poblada del departamento, pero pronto ya no será el segundo mercado más importante del mismo (todo el eje litoral de Talara apunta a ser nuestro sucesor).
Por esa estúpida mentalidad localista, es probable que este fracaso comercial sea el inicio de un colapso lento y doloroso que, si no reaccionamos con visión urbana estratégica (atención, piara de candidatos que están rogando likes pero no dicen nada de ésto), logrará que en el corto plazo, otros negocios tan grandes como el que ahora parece cerrar -porque éso pasaría: va a cerrar- se tengan que ir de Sullana, y con éso ya nadie mas quiera invertir acá.
O damos un salto de garrocha en la historia, o Sullana será la segunda aldea más grande de Piura. La mentalidad, al menos, ya la tiene, y ésa es su principal debilidad.
Así que menos populismo, menos cemento, más materia gris. Sullana para los sullaneros y las sullaneras ya no es la voz. La voz debe ser: Sullana para el mundo.