Hace casi 3 meses, Giselle Camacho materializó una idea de negocio que venía visualizando desde hace mucho; pero para hacerla posible necesitaba de un aliado en quien confiar a ojos cerrados, y encontró en su primo, Edgar Olivares, su dupla perfecta para sacar adelante The Factory, una cafetería pequeña pero acogedora, ubicada en el distrito de San Miguel, en Lima.
Estos emprendedores piuranos radican en Lima hace más de 10 años y recientemente decidieron apostar por el sueño del negocio familiar, dividiendo funciones y trabajando palmo a palmo, apuestan por esta cafetería como un espacio de encuentro para las familias y amigos.
Giselle Camacho es una piurana de 36 años, egresada de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Piura, que dejó su calurosa ciudad norteña hace 12 años y se asentó en Lima, en donde giró hacia su vocación docente y hoy dicta clases en el campus Udep Lima a alumnos de la carrera de Empresas. A la par, y asociada con su primo Edgar, de 43 años y encargado de la operación y servicio, han abierto las puertas de la cafetería ubicada en la cuadra 2 de la avenida Brígida Silva de Ochoa.
“Abrimos en San Miguel porque conocemos bastante la zona, nuestro día a día circula aquí. Lo que habíamos visto es que toda esta zona de la calle Brígida Silva es muy comercial, hay negocios y edificios multifamiliares, y observamos que, pese a ser una zona movida en el aspecto comercial, había escasez de una oferta como la que hemos traído con The Factory, que es un espacio de encuentro para la conversación, familia, amigos”, explica Guiselle, encargada de la parte administrativa del negocio, a Infomercado.
Apuesta por el negocio propio con sello personal
Ambos primos siempre tuvieron un perfil emprendedor y solo fue cuestión de tiempo para abrir The Factory. “Nuestra primera iniciativa fue hace muchos años, cuando éramos chicos en Piura y teníamos una tienda en casa donde vendíamos dulces. Luego hemos vendido un poco de todo; mi primo tenía una tienda de ropa para bebés. Hace tiempo veníamos dándole vueltas al tema de poder hacer algo juntos y de modo independiente”, detalla Camacho.
Y tras esos años de intentar emprender, llegó el momento de hacerlo en la capital, con todo lo que ha demandado formalizar y obtener las licencias necesarias para empezar a operar, buscando en los insumos premium la receta idónea de sus productos, como el café de Chanchamayo que ofrecen, y apostando por el servicio y buen sabor de sus postres para enganchar a los clientes.
Pues bien, al ingresar a la cafetería, un olor a café aborda a los visitantes, pero lo que jala la vista son los postres coloridos y sabrosos. Waffles como “La pituca” y “La melosa”, y crepes dulces y salados son las estrellas de la casa, cuyos colores vívidos contrastan perfectamente con el fondo de paredes rosadas y luces neón que hacen todavía más “instagrameable” el lugar.
Y si buscas algo salado, el contundente Factory Club y Factory Mozzarella son precisos para acompañar con una limonada pink o un milkshake de fresa, bebidas de las más solicitadas, comenta Camacho.
El inicio siempre cuesta más
The Factory funciona gracias al trabajo de 4 personas, Giselle y su primo Edgar, un cocinero y un barista. Y aunque por el momento atienden de 4:00 p.m. a 10:00 p.m., esperan ampliar ese horario a las mañanas.
Para empezar, la mira está puesta en consolidar la marca y generar ganancias que puedan reinvertir. Y mirando hacia los años próximos, abrir también en el distrito de Jesús María.
Giselle explica que ha podido ordenar sus tiempos para no dejar las aulas universitarias y dedicarle tiempo también a su negocio. “Es la primera vez que trabajo en el área de restaurantes o comida y es un ritmo fuerte. Es físicamente agotador, pero lo vale cuando las personas te dicen que todo está rico”, asegura.
Las redes sociales son necesarias
Si bien la recomendación boca a boca de un cliente satisfecho es una herramienta potente, también es necesario estar presente en el ámbito digital, en concreto, las redes sociales.
“Hemos llegado al punto de ser conscientes de que la recomendación de boca boca es poderosa e importante, pero las redes sociales van a agilizar que la gente te conozca. Hay que estar ahí, no es si quieres o no, tienes que estar. Es un canal y hay que hacer uso de él”, detalla Camacho.
Sin embargo, no es tan sencillo generar un contenido que impacte y logre conectar con el público en redes sociales, y esto lo saben bien los emprendedores. Para The Factory, Instagram es su red principal, también están en Facebook; sin embargo, es todo un reto ingresar a Tik Tok y conseguir seguidores, pero no le huyen a eso.
“Ha sido lo más difícil, poder gestionar una red social que no conocemos tanto. Uno es activo a nivel de usuario, pero es distinto generar contenido a nivel comercial”, apunta la administradora.
Finalmente, Guiselle aconseja que para emprender hace falta considerar dos cosas importantes, la primera, es el ahorro, ya que “hay que tener el recurso económico y para eso hay que ahorrar”; y segunda, el conocimiento y la experiencia en el rubro, porque “te estás jugando tus ahorros al empezar un negocio, tu esfuerzo. Es mejor que puedas aliarte con alguien que tiene experiencia en el rubro. Si vas a invertir, invierte en algo que sepas hacer bien”, defiende.