Aprovechando la visita del presidente Lula Da Silva a Argentina, el Gobierno de Alberto Fernández confirmó que prevén avanzar en las discusiones sobre una moneda suramericana. Aunque funcionarios y analistas no prevén que se implemente en el corto plazo.
«Decidimos avanzar en las discusiones sobre una moneda suramericana común que pueda usarse tanto para los flujos financieros como comerciales, reduciendo los costos operativos y reduciendo nuestra vulnerabilidad externa«, indica un comunicado.
«Tenemos la intención de superar las barreras a nuestros intercambios, simplificar y modernizar las reglas y fomentar el uso de las monedas locales«, agrega como uno de los acuerdos para relanzar la alianza estratégica entre ambos países.
Moneda a largo plazo
Pese a la gran expectativa de la nueva moneda, especialistas aseguraron que no prevén que esta se implemente a corto plazo. «Nada de eso que dice son medidas de corto plazo«, afirmó a EFE el director de la consultora Abeceb y ministro de Producción durante la gestión de Mauricio Macri (2015-2019), Dante Sica.
Sica recordó que durante ese mandato se había avanzado en una carta de intención entre ambos países para empezar a estudiar la posibilidad de tener una moneda común mediante un programa con el Banco Interamericano de Desarrollo, y que fue el banco central brasileño el que frenó la iniciativa.
Según dijo Sica, «la resistencia del banco central de Brasil es fuerte» porque Argentina tiene una inflación de 94,8 % en 2022 y los privados proyectan un 98,4 % en 2023, según las expectativas relevadas por el Banco Central argentino, y «no tiene un programa consistente para bajar la inflación de largo plazo«.
«La moneda en conjunto se construye con un gran nivel de confianza, políticas macroeconómicas establecidas y rangos de inflación similares«, agregó Sica, ya que en Brasil se proyecta una inflación de 4,8 % en 2023.