En la región Junín, específicamente en las comunidades campesinas de Uchubamba, San José de Villano, San Cristóbal de Marancocha, junto a los anexos de Los Ángeles, Yanayacu y Las Orquídeas de Pacaybamba, un ambicioso proyecto agrícola está tomando forma. El «Proyecto Café Curibamba» busca transformar las vidas de las familias agricultoras en esta región, a la vez que mejora la producción y calidad del café que cultivan en las fértiles tierras a lo largo de la cuenca del río Tulumayo.
Este proyecto, impulsado por ENEL en colaboración con la Cooperativa Agraria de Cafés Especiales de la Cuenca del Tulumayo (CACEC Tulumayo), ha estado en marcha desde 2014, siendo un pilar fundamental para los pequeños productores de café en la zona. Actualmente, la cooperativa cuenta con 45 socios y socias, todos beneficiados por el soporte técnico y la asesoría de ENEL, una empresa que ha demostrado su compromiso con el desarrollo sostenible.
¿Cuál es el objetivo del proyecto?
El objetivo del «Proyecto Café Curibamba» es mejorar las técnicas de cultivo de café, implementando sistemas agroforestales que incrementen la producción y, al mismo tiempo, eleven la calidad del producto final. Gracias al trabajo conjunto de los agricultores y el equipo técnico de ENEL, se espera que este año se produzcan 27 toneladas adicionales de café de especialidad. El enfoque es llevar este café a los mercados tanto locales como internacionales, lo que promete un aumento significativo en los ingresos y calidad de vida de las familias involucradas.
El emblema de este esfuerzo es el «Café Curibamba Pampa de Oro», un producto que ha destacado en diversos eventos nacionales e internacionales. La cooperativa ha presentado sus diferentes variedades en categorías como café tradicional, café gourmet y café viajero. Además, este café se encuentra disponible en las tiendas sostenibles de Thika Thani, ubicadas en Miraflores, Santa Anita y San Miguel.
Abraham Meza, socio fundador de la cooperativa y uno de los productores más destacados de la CACEC Tulumayo, expresó su entusiasmo: «El cultivo del café ha sido una tradición familiar que viene desde mis ancestros. Siempre soñé con llevar nuestros productos a los mercados del mundo. La cooperativa nos ha enseñado el valor del trabajo en equipo para lograr este sueño y mejorar la calidad de vida de nuestras familias».
Con el apoyo continuo de ENEL y la dedicación de estos agricultores, se espera que la producción de café de alta calidad siga siendo un referente en la industria y un motor para el desarrollo local en Junín.