Lamento mucho la declaración en bancarrota de WeWork. Durante un año fui responsable de comunicaciones y asuntos públicos para la marca en Perú y, más allá de los aspectos financieros ampliamente conocidos, considero algunas reflexiones que vale la pena destacar:
📌 Marca: WeWork creó una de las marcas más icónicas del sector inmobiliario a nivel global. Sin duda miles de empresas locales de coworking la han tomado como referencia, no sólo en los 38 países donde WW opera, sino en todo el mundo. El concepto de comunidades, actividades de networking internas, eventos/conferencias y visibilidad a los emprendedores son parte de su huella distintiva.
📌 Diseño: El diseño de las oficinas de WeWorkse ha convertido en el «estándar» para espacios de trabajo colaborativos y compartidos a nivel mundial. Incluso las grandes empresas que decidieron migrar al formato de oficinas abiertas, lo han hecho siguiendo sus pautas de diseño, elementos decorativos, iluminación, estaciones abiertas de café, cabinas, etc.
📌 Cultura: WeWork creó una suerte de tribu global verdaderamente orgullosa de su lugar de trabajo. A pesar de un nivel de exigencia laboral sumamente intenso, los «weworkers» respiran un propósito que va más allá de alquilar oficinas. Se vive una cultura de generación de impacto positivo en la comunidad, la economía, el emprendimiento, la inclusión y colaboración. El lema «Do What you Love» lo resumía bien y no faltaron personas que se tatuaron el logo o le declararon matrimonio a sus parejas (también weworkers) durante eventos de trabajo.
No se necesita ser un experto en finanzas para saber que los números de la empresa fueron mal manejados.
No obstante, desde un punto de vista del marketing, las relaciones públicas y la cultura corporativa, WeWork hizo cosas sorprendentes y por eso se ha convertido en un caso de estudio en algunas de las escuelas de negocios más importantes del mundo.
Será interesante ver si la fuerza innovadora de esta poderosísima marca buscará seguir transformándose y en qué.
Colaboración: Diego Cánovas López de Castilla, exjefe de comunicaciones y asuntos públicos de WeWork en Perú
