Las principales bolsas estadounidenses iniciaron la semana con fuertes caídas, arrastradas por el recrudecimiento de las críticas de Donald Trump hacia el presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos (FED), Jerome Powell.
La posibilidad, incluso, de una destitución del titular del banco central ha puesto en duda la independencia de la institución, generando preocupación en los mercados financieros.
En una jornada marcada por el nerviosismo, el índice Dow Jones se contrajo un 2,48%, el S&P 500 bajó 2,36% y el Nasdaq, con fuerte presencia tecnológica, cayó un 2,55%. A nivel internacional, el cierre de las bolsas europeas por el feriado de Pascua limitó la reacción global, aunque Tokio también reflejó el clima negativo con un retroceso de 1,24%.
La reacción bursátil no responde únicamente a factores internos. Las tensiones comerciales con China, sumadas a la incertidumbre política, están provocando que inversores y empresas mantengan una postura cautelosa ante los riesgos sobre precios, márgenes de ganancia y condiciones de inversión.
FED, política y mercados: una combinación explosiva
La reciente presión política sobre la FED ha sido interpretada como una amenaza directa a su autonomía. Analistas como César Huiman, analista senior en Renta4 Research, dijeron a El Comercio que este tipo de interferencias debilitan la confianza en los fundamentos técnicos de la política monetaria, especialmente en un contexto global donde los bancos centrales deben mantenerse como referentes de estabilidad frente a las turbulencias económicas.
El solo hecho de considerar la destitución del presidente de la FED —algo que legalmente solo podría ocurrir bajo ciertas condiciones— ya genera una fuerte distorsión en la percepción institucional. La posibilidad de que decisiones económicas clave puedan estar influenciadas por motivaciones políticas introduce un riesgo sistémico que los mercados no están dispuestos a ignorar.
Además, los movimientos simultáneos en acciones, bonos y monedas indican una creciente aversión al riesgo. El mensaje que se interpreta desde los mercados es claro: el clima de incertidumbre va más allá de lo coyuntural y afecta la percepción de largo plazo sobre la estabilidad económica estadounidense.
El dólar pierde fuerza ante el ruido político
El dólar también ha sido golpeado por esta situación. Según el índice Bloomberg Dollar Spot, la moneda estadounidense cayó 0,7% durante la jornada del lunes, marcando su nivel más bajo desde 2022. En contraste, las principales monedas de economías desarrolladas mostraron avances frente al billete verde.
Este debilitamiento responde a una mezcla de factores. Por un lado, el temor a que la Reserva Federal pierda autonomía resta credibilidad al sistema económico estadounidense. Por otro, los inversionistas están reconfigurando sus carteras hacia activos percibidos como más seguros, reduciendo su exposición al dólar.
Aunque en escenarios de incertidumbre global el dólar suele apreciarse como refugio, el actual panorama político podría revertir esa tendencia si persisten las dudas sobre la conducción técnica de la política monetaria.
A largo plazo, esta percepción podría traducirse en una desdolarización gradual de los portafolios internacionales y en un encarecimiento de la deuda estadounidense a través de mayores primas de riesgo.